Mi tercer ojo y algunas cositas más sobre Patricia Binôme.
“Veo salir gorriones roncos del hocico del perro / diminutos bocados de pez y pataleos eléctricos” eso escribe la autora de Perro sombra (edición de autor, 2011) y de Corazón (Kodama Cartonera, 2012). Practicante fiel del haikú porno, egresada de la licenciatura en Lengua y Literatura en Hispanoamérica (UABC), directora de la acción poética Poemas parabrisas, tijuanense de nacimiento (1985) y hábitat, la novísima editora en “Ojo de Pez” firma como: Patricia Binôme. Ella, silenciosa, da una lenta y precisa tajada a la tradicional crítica sobre las mujeres, la escritura y la cursilería. Yo, con ello, soy feliz.
Había oído su nombre y había leído uno de sus textos pero fue hasta hace un par de meses, cuando la escuché leer en voz alta -timbre tranquilo, sereno-, que mi atención aprehendió algunos de los versos de su próximo libro titulado Mi tercer ojo. Durante esa lectura, el mismo perro que Patricia nombra tanto, me mordió y no me lo pude quitar de encima: Perro perro perro perro perro perro perro perro perro perro o papá. Luego del cánico hecho, le pedí el manuscrito.
Tiempo después, al conversar con Patricia pude oler y detectar la inequívoca, la fresca fragancia de la curiosidad por saber, por aprender. Supe de su trabajo como editora. (Hay veces en que lo monosilábico deja ver más). Aunque la siguiente conversación pudiera parecer interrogatorio de la KGB, no lo fue. Léase pues, con suavidad y escuche usted las risillas de por medio:
A. ¿Quién hizo el diseño de Perro sombra?
P. Yo se lo pedí a un diseñador del D.F.
A. ¿Quién lo editó?
P. Yo.
A. ¿Quién lo publicó?
P. Yo.
A. ¿Quién hizo el encuadernado de Haikú porno?
P. Yo.
A. ¿Por qué?
P. Quería aprender a encuadernar.
A. ¿Está cosido a mano, verdad?
P. Sí.
A. ¿Quién te enseñó?
P. Bajé un pdf de Internet.
A. Je je je
P. Je je je
Luego leí un poco de Haikú porno:
Caen bragas tiernas sangre en sexo lampiño a la intemperie
*
La palidez el blanco de sus ojos al terminar
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Se oye un gemido jadeo entre los arbustos del parque a oscuras
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Despunta el alba una verga florece y se marchita
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Amanecer besos negros dejó la oscuridad
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Tenaz el aire seca el sudor del cuerpo flácida verga
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Se oye un chasquido cuando los dedos entran y cuando salen
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No finjamos demencia, en la escritura como en la vida, no es fácil arriesgar. Arriesgar en la poesía como un registro de existencia, atiende a los paisajes del haikú pero sin sus limitaciones en la forma, (Binôme, dix it). Particularmente me gusta leer la escritura que, siendo honesta, no necesita de altavoces, gritos, piruetas o faramallas. En ningún momento tampoco necesita que adjudiquen sobre ella el verbo “fluir”.
Luego de la conversación volví al manuscrito otra vez. Y he de decir de Mi tercer ojo, como de la espiral que se sucede mientras atraviesa la palabra. A la manera de algunos sonidos, las tres partes de este poema largo orquestan oscura melodía: el golpe del martillo sobre el clavo, el escozor silente de la indómita grieta, el crepitar de ascuas luego del fuego, el ladrido de un perro inconcluso. Refugiarse en las palabras puede ser un acto cotidiano, pero hacer de ellas filo -para cortar-, es un arte. La pupila atenta, el oído finamente amaestrado, nunca dormido.
Abrir el significado de las palabras para luego observar por dentro. Comprender la intención de las palabras para luego celebrar su erosión. Patricia Binôme plantea, desde lo siniestro de los niños, la suerte del chamán: un caso de abandono universal, irrevocable consecuencia. ¿Búsqueda de la figura paterna? ¿Reconstrucción de su estructura? ¿Rezo, recuperación, lavado, granizo?
Las palabras poco a poco están siendo sanadas. El fuego es el agua y el aire es un pensamiento desbaratado. No hay que sanar personas sino palabras. Aquí empieza la nueva alquimia: trasmutación del sueño.
Palabras-bálsamo, palabras-cura, palabras-clavo, palabras-llaga, palabras-sombra, palabras-espíritu. ¿Metafísica de las palabras? Sin duda alguna: sonido.
¿Cuál es el reverso exacto de un niño? ¿Y el de un niño leopardo? ¿Cómo se dice padre en el lenguaje de los perros? ¿Cómo se dice muerte en el lenguaje de los niños? Pregunto pero tú sigues acariciando moscas con la lengua o son ellas las que lamen tus labios de madera. Las moscas en tu boca son como flores. Entonces te olvido un rato y bailo. Las flores se van secando.
La búsqueda no ceja aquí. Mi tercer ojo de Patricia Binôme deviene dibujos, formas, el movimiento finisecular del ojo, el comienzo del otro, secuencias en blanco y negro, quizá galaxia, quizá planeta, quizá mero polvo o pupila. O como ella dice: Pequeños milagros.