Tierra Adentro

Titulo: Tangos para Barbie y Ken

Autor: Maritza M. Buendía

Editorial: Textofilia

Lugar y Año: México, 2016

Alondra es una niña huérfana que vive con una abuela hermética y estricta, que no entiende a su nieta y evita hablarle de la realidad, en un inútil intento por protegerla; Alondra, por su parte, se entretiene con sus muñecos Barbie y Ken. En su juego, recrea un mundo adulto, uno que ha visto y que aún no entiende del todo pero que intuye como cercano y que le ayuda a en-tender lo que su abuela se niega a explicarle. Así inicia Tangos para Barbie y Ken.

No es extraño que precisamente la muñeca Barbie y su compañero Ken sean los protagonistas de esta historia de espejos. La Barbie, aparecida por primera vez en 1959, fue la primer muñeca con características físicas de una mujer adulta, que se comercializó a escala mundial. Ruth Handler, la mujer que la creó, se inspiró en la muñeca alemana Bild Lilli, que surgió a partir de una popular caricatura, publicada en el periódico Bild-Zeitung en 1952. Lilli era una chica perteneciente a la generación de la postguerra: ambiciosa, independiente y trabajadora. La caricatura trataba, sin tapujos, temas como el sexo, la moda, la política e incluso la naturaleza. Por desgracia nada de ese espíritu transgresor se plasmó en la sumisa muñeca Barbie.

Alondra, como muchas niñas durante varias generaciones, plasma el mundo adulto que la rodea, a través de sus juegos. Poco a poco, Barbie, Ken y Kelly, la supuesta mejor amiga de Barbie, según la publicidad, vivirán sus propias historias escabrosas, cada vez más parecidas a la vida real, de parejas disfuncionales y tríos no consensuados, pero tolerados.

Mientras los personajes de Mattel se relacionan, Alondra crece para protagonizar su propia historia de amor y de desencuentros. Tanto la vida de los muñecos como la de la propia Alondra cumplen con los estereotipos de las parejas disfuncionales. El juego sexual de Alondra con un hombre casado con el que se involucra y quien, luego del rompimiento, le envía barbies mutiladas, no traspasa las líneas convencionales de las relaciones tortuosas; los juegos sexuales tampoco alcanzan un clímax perturbador. De hecho, Alondra palidecería ante las actitudes de la muñeca original alemana Bild Lilli.

Tangos para Barbie y Ken refleja el espíritu convencional de la muñeca, ése que se ajusta a los estereotipos sociales y que no cuestiona los roles de lo femenino y lo masculino, ni las transformaciones mediante cirugías plásticas, la obesidad o la anorexia; ni mucho menos prácticas sexuales extremas. Como los personajes de Mattel que poco a poco han perdido popularidad, estos relatos hilados como una novela presentan una realidad que ya ha sido rebasada.

Hoy en día la empresa Mattel ha diversificado sus modelos al infinito: bailarinas, personajes de cómics, de series de televisión, negras, latinas, con curvas pronunciadas, actrices, cantantes… Las melodías para Barbie y Ken son infinitas.