Tierra Adentro
Fernand Arrabal. Fotografía de Miguel Berrocal.

Desde hace días circula en internet un video donde Jodorowsky, completamente desnudo, habla de su nueva película La Danza de la Realidad. Jodorowsky es sinónimo de excentricidad, debo confesar que el verlo a cuadro me trajo, irremediablemente, el recuerdo del dramaturgo español Fernando Arrabal, contemporáneo, amigo y compañero del artista chileno.

Al buscar en la red, para mi grata sorpresa, encontré una noticia publicada recientemente, donde se informa de una conferencia  dada por el mismo Arrabal en Madrid,  para anunciar el estreno de su nueva obra  Dalí vs Picasso. Estoy emocionada.

Hablar de Arrabal, del dramaturgo, no del novelista, no del poeta ni del cineasta, es hablar de un niño superdotado que a los nueve años ganó un premio para mejorar sus estudios. Es hablar de un “dramaturgo de la urgencia” que pasó de hacer guiñol a los cinco años para su madre, a diseñar un pequeño teatro de madera con el fin de mejorar la “calidad del espectáculo”. Es hablar de un hombre-teatro que desde el territorio de la infancia tenía conciencia de que “cuando queremos decir las cosas rápidamente, utilizamos el teatro”[1]; también es comentar de un hombre que pasó gran parte de su vida buscando por toda España pedazos del padre -el pintor Fernando Arrabal Ruiz- figura que la Guerra Civil española le arrebató y que él volvió a construir una y otra vez a lo largo de su obra:

Recuerdo sus manos sobre mis piernas. Yo tenía tres años. Mientras brillaba el sol, el corazón y el diamante estallaron en innumerables gotas de agua. A menudo me preguntan qué es lo que más influyó en mí, qué es lo que admiro más; entonces, olvidando a Kafka y Lewis Carroll, el terrible paisaje y el palacio infinito, olvidando a Gracián y Dostoievski, los confines del universo y el sueño maldito, respondo que es un ser del que no logro sino recordar sus manos sobre mis pies de niño: mi padre.”[2]

Es mencionar el movimiento pánico, el cual fundó junto con Jodorowsky y Roland Topor, en Paris a principios de los sesenta y que está influido por El teatro y su doble, de Artaud y, al que muchos definen como el teatro cuya bandera es el empleo de lo grotesco, la fusión de elementos opuestos y la búsqueda del impacto y el escándalo en el espectador, esto toma el nombre de la palabra griega “pan”, es decir: todo, o como diría Arrabal:

“El pánico es la crítica de la razón pura, es la pandilla sin leyes y sin mando, es la explosión de ‘pan’ (todo), es el respeto irrespetuoso al dios Pan, es el himno al talento loco, es el antimovimiento, es el rechazo a la ‘seriedad’, es el canto a la falta de ambigüedad… Es el arte de vivir (que tiene en cuenta la confusión y el azar), es el principio de indeterminación con la memoria de por medio… Y todo lo contrario.”

Y lo más importante: es hablar de un teórico que experimenta con sus propias obras los principios en los que cree y por los que lucha:

“Para mí el teatro sigue siendo una ceremonia: es un banquete sacrílego y sagrado, erótico y místico, que abarcaría todas las facetas de la vida, incluyendo la muerte, en el que el humor y la poesía, la fascinación y el pánico serían uno.”[3]

En resumen, hablar de Arrabal es dar cuenta de un teatro que se exige a sí mismo ser orgánico e integral, dirigido al espectador como un ser total por medio del intelecto, las emociones y los sentidos: teatro-ceremonia; teatro-proceso, capaz de transformar al individuo y su sociedad.

Que un dramaturgo así, anuncie que estrenará obra y que por tanto, siga creando, siempre es motivo de celebración.

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Acotación:

El trolebús escénico La Nave ha sido removido del parque México, aparentemente para su  remodelación y reubicación.

La última información que los responsables de dicho espacio dieron en las redes sociales, es del 23 de octubre y señalan que las funciones que se encontraban en temporada, se suspenden una semana, ofrecen una disculpa por las molestias que dicho “reacomodo” causa al público y prometen muy pronto dar todos los datos de su nueva dirección.

Lo curioso es que algunos usuarios en Twitter y Facebook, aseguran que al trolebús se lo llevó la grúa y que no hay una fecha precisa para que se solucione el problema.

Este rumor, aunado al silencio que mantienen dichos responsables, resulta preocupante. Sería una pena que este espacio teatral se perdiera, sobre todo en estos tiempos, en los que el teatro es un bastión en medio de un campo minado.

 


[1] Bettina Knapp, “Interview with Fernando Arrabal”, pág. 2o1

 


[2] Fernando Arrabal Ruiz: mi padre (Texto escrito poco antes de la detención de Arrabal por la Policía franquista española, en julio de 1967

 


[3]  Arrabal-Taylor, entrevista inédita, Dartmouth Collage, noviembre de 1982.


Autores
Ciudad de México, 1980. Dramaturga. Autora de Aún no recuerdo su rostro (FETA 2014). Fue Becaria de la Fundación para las Letras Mexicanas (2009-2011) y de Jóvenes Creadores, FONCA, (2008-2009). Participó en los talleres de The Royal Court of London y realizó una residencia en la misma institución en marzo del 2013. Su obra Anatomía de la Gastritis, traducida al francés por David Ferré, fue editada por la editorial Le Miroir. Ha publicado Editorial El Milagro; Los Textos de la Capilla, segunda generación; Tierra Adentro, Buena tinta y la revista Este País. Su guion Distancias Cortas fue publicado en co-edición con IMCINE y Editorial Buena tinta, en 2012.