La nueva Alejandría
La nueva Alejandría de Verónica Musalem, dirigida por Iván Domínguez-Azdar de la compañía Al son de Teatro, es una comedia dramática con elementos de cabaret que a manera de collage incluye personajes clásicos de la mitología griega en situaciones contemporáneas. Se presentó el jueves 29 de mayo a las 8 de la noche en la Sala Experimental del Teatro de la Ciudad de Monterrey.
Esta parodia de humor sencillo expone la realidad de los arquetipos motrices del ente femenino (inventados por el hombre) desde la antigua Grecia a la actualidad, en una reproducción ideológica dirigida en parte por el mismo hombre, pero sustentada y reproducida por las mujeres. Ellas: rivales en la lucha por la atención del sexo opuesto; dependientes, seductoras, traicioneras, quejumbrosas, incapaces. En La nueva Alejandría los clichés de la debilidad femenina desfilan incitando a la risa, única y patética defensa contra esa lamentable realidad que presenta a las mujeres como objeto de culto; seres útiles sólo mientras cumplan las altas expectativas masculinas, incapaces de tener sueños o metas que no giren al rededor del falo y el ser que lo ostenta.
El argumento expone la vida de cuatro mujeres de la mitología griega: Clitemnestra (Migdal Elizondo), Medusa (Rosalva Eguía), Circe (Liliana Cruz), y Penélope (Patricia Loya) que responden a un aviso en el periódico que promete un viaje de iniciación y purificación para “personajes femeninos de la mitología griega en desuso”. Poco a poco nos enteramos que el viaje en realidad es una fachada que encubre la intención de Caronte (Luis Javier Alvarado) asistido por Eurídice (Tere Medellín), para reclutar personajes femeninos que lo ayuden a realizar una obra de teatro. Caronte, que en la mitología griega es el barquero responsable de conducir las almas al Hades, está obsesionado con la idea de realizar una obra que refleje “las verdaderas pasiones y los grandes crímenes de la naturaleza humana”. Junto con su asistente Eurídice, perdida para siempre, condenada a una eternidad de servidumbre porque su amante, Orfeo, volvió la cabeza para verla, olvidando el consejo de los dioses, son los encargados de introducir y entrenar a las diosas, semidiosas y mujeres en las artes teatrales.
Descontento por el elenco que responde a la convocatoria, en su opinión, las peores mujeres de la mitología, Caronte junto con Eurídice entrenan a la vez que aterrorizan a las quejumbrosas mujeres exponiendo sus defectos y debilidades, así como su dependencia al héroe ausente que (no) les corresponde.
Cada una de ellas personifica los diversos clichés femeninos que persisten incluso en nuestros días, sobre todo en nuestra sociedad conducida por los medios y el amor a la fama y al dinero. Por un lado, Clitemnestra, que según el mito asesinó junto a su amante a su esposo Agamenón, rey de Micenas, es la mujer orgullosa, vanidosa y traicionera. Ella no pierde oportunidad de presumir autocomplacida los numerosos estudios, ensayos y análisis que a lo largo de los años se han hecho respecto a su personaje. Medusa por su parte personifica a la mujer exótica, en apariencia ajena a los designios sociales comunes, tímida y distraída, en realidad es una mujer extremadamente consciente de su apariencia física. Ella es el único monstruo entre diosas y princesas, como Caronte se empeña en recordarle, aunque irónicamente es la única empática y verdaderamente humana en su trato con los otros. Circe, también exótica, es el cliché de la mujer viciosa y hedonista. Para ella el amor es vino y sexo, palabras que hieren a Penélope, esposa de Ulises también amante de Circe. Penélope es una mujer llorona y débil, dentro de la parodia confiesa que durante los veinte largos años que esperó a su esposo, en realidad nunca aprendió a tejer, suma de los motivos para sentirse humillada e inútil. Por último Eurídice, con su uniforme de sirvienta, atada al Hades por culpa de un hombre que no pudo salvarla, añora en secreto una vida marital que nunca va a suceder.
Después del riguroso entrenamiento, las protagonistas están listas para presentar la obra, razón para la cuál Caronte las convocó y ha estado preparando. Comienza la función y ellas personifican mujeres clichés de la actualidad: la que desde adolescente comenzó operándose la nariz y ha pasado por todo los tratamientos estéticos existentes, cada uno más doloroso y exuberante que el anterior; la mexicana que vive en los Estados Unidos esperando a su novio soldado con la esperanza de casarse como máxima en la vida; la fanática esotérica que ofrece remedios para conseguir cualquier tipo de hombre y, finalmente, la “teibolera” amante de la atención y las propinas. La mujer ama de casa, confinada al reino de su hogar, esclava de la televisión.
Durante esta “representación dentro de la representación”, Caronte las interrumpe airado en varias ocasiones ya que las protagonistas improvisan roles nunca ensayados. Ellas lo calman asegurándole que todo sigue el curso previsto, a lo cuál él cede, hasta que el clímax desborda en una vorágine atropellada e imparable de diálogos que se repiten como una grabación gastada y rota. Al final queda el hombre rodeado por los cadáveres de las mujeres que él convocó. ¿Realidad? No. Todo es ficción a la manera de un infomercial, todo es ideología reproducida, todo es un hombre reclutando “personajes femeninos de la mitología griega en desuso” para montar una obra que refleje “las verdaderas pasiones y los grandes crímenes de la naturaleza humana”.
La nueva Alejandría es una parodia fiel de algunos estereotipos femeninos que son reflejo de la realidad actual, por risorio que parezca. Si el teatro es una reverberación de la sociedad, queda abierto un espacio para la reflexión. ¿Qué es ser mujer y según quién? Como el nombre lo insinúa la mujer es una nueva Alejandría. La mujer es y será lo que siempre ha sido según los distintos contextos y sólo le queda a ésta pronunciarse de acuerdo o no con las implicaciones de esa realidad aparente.
En el marco del XXIV Encuentro Estatal de Teatro Nuevo León, que se llevará a cabo del 4 al 14 de junio, se presentará La Nueva Alejandría una vez más en el Escenario de la Gran Sala del Teatro de la Ciudad, el jueves 12 de Junio a las 20:00 hrs.