Tierra Adentro
‘Commune’, Goat (Sub Pop, 2014).

En un universo paralelo me imagino a Fela Kuti, máxima figura del afrobeat, tocando en una estación espacial acompañado de una orquesta formada por alienígenas y humanos. En otro plano, más real, unos músicos se adentran en el África profunda para montar un escenario y tocar ataviados como seres llegados de otro mundo.

No sólo la música de Goat es desconcertante, también lo es su modo de vestir, ya que usan trajes como de chamanes ultramodernos. Ellos son suecos e insisten en ocultar sus rostros. Desde la gélida Escandinavia han elegido construir un universo sonoro que se alimente de la milenaria tradición africana sin perder la energía salvaje que produce el rock.

Goat firmó para uno de los sellos norteamericanos más influyentes, nada menos que Sub Pop, entidad discográfica que ha conseguido reinventarse de fondo y no vivir de sus glorias de los años grunge. Ahora apoyan a un grupo europeo que busca combinar la parte primitivista de la música desde una perspectiva completamente actual. ¿Será que podemos llamarla tecnotribalismo? Porque no pueden negar ese afán de mostrarse como modernos primitivos. Al futuro se accede re y de construyendo el pasado.

De hecho, Commune, el nuevo disco de Goat, inicia como si de una sesión ritual se tratara; primero establece el ambiente propicio para el trance —ya sea a través de una tribu del desierto californiano o un grupo de consumidores de ayahuasca en Sudamérica—. Al comienzo hay que recurrir a la simplicidad de lo orgánico antes que la maraña eléctrica comience a desparramarse por doquier. Las intenciones están expresadas desde el título mismo de la pieza de apertura: “Talk to God” y en la que un cuenco de oración realiza la invitación, antes de que el resto de la banda comience con sus figuras hipnóticas.

https://www.youtube.com/watch?v=iMxlAN8CuEs

Y es que para tratar de describir lo que hacen los Goat, hay que recurrir, por una parte, a la variante camboyana del rock, que tiene en Dengue Fever a sus exponentes más conocidos. Grupo que desarrolla una mezcla de psicodelia, sonidos asiáticos y rock que fue perseguida por varios gobiernos y que resistió casi en clandestinidad. Otra influencia poderosa es, nada menos, que Janes Adicction, la maquina frenética que comandaba Perry Farrell. Acá el parecido se sustenta en el modo tan agudo de cantar, casi como soltando mantras o meras onomatopeyas; allí están “Words” y “Goatslaves” como un testimonio fehaciente de lo dicho. Además, ésta última abre con un texto reverberante de parte del actor y activista de origen sioux Floyd Westerman. Los discursos y las reivindicaciones confluyen en una obra que entiende al planeta entero como una sola entidad.

https://www.youtube.com/watch?v=LdqTfputm_E

Apenas contiene nueve canciones (y 39 minutos de duración) pero cada una fue armada con tal cohesión que conforman un álbum sólido y completo. Llama la atención que el reto de crear un rompecabezas sonoro con piezas procedentes de tantos marcos culturales resultó bien librado. Existía el riesgo de que todo terminara en un pastiche al que se le vieran las entrañas, que tuviera expuestos los jirones con los que se elaboran los ropajes y máscaras para los disfraces. Pero esto nunca sucede, podemos perder buen tiempo tratando de adivinar la procedencia de esa música alucinada que suena asiática –como sacada de un templo—, que tiene los largos desarrollos que tanto obsesionaban a Fela Kuti y que presume de muchas guitarras con wah wah que nos remontan a la psicodelia sesentera —a su mejor parte.

Y es que aunque el desfile de instrumentos acústicos no se detiene —unas maracas por aquí, un pandero por allá, luego algún tambor ancestral— a Goat no los consume alguna rancia postura hippie o new age. Commune es mucho más alucinado y salvajemente rockero (los Animal Collective deben amarlos). Se trata de una excelente continuación de su disco debut World Music, editado hace apenas un par de años (y que contenía los buenos sencillos “Let it Bleed” y “Run To Your Mama”, de la que también hay un disco de remixes). No han cesado en su búsqueda; a la hora de tocar esas guitarras tienen en mente a Ravi Shankar —el legendario genio de la cítara—. A la postre, Commune es un trabajo que logra un punto de encuentro entre al menos cuatro continentes (faltó Oceanía).

Al buscar lo primitivo y místico se convierten en futuristas, tal como nos lo hace sentir el tema con el que cierra el álbum; “Gathering Of Ancient Tribes”, de largo desarrollo, de una progresión bien fumada y religiosa por partes iguales. Los riffs se van distendiendo y repitiendo una y otra vez, los ritmos van aflojando al cuerpo y uno se descubre inserto en un rito en el que se puede bailar como si se fuera un monje derviche.

Lo que Goat hace es reclutarnos para pertenecer a su secta. ¿Encontraremos a alguna tribu en algún satélite oculto? ¿Podremos viajar al pasado llevando una guitarra eléctrica y un sampler? ¿Las ovejas eléctricas aparte de soñar también tienen tótems en sus templos? ¿La cantina de La guerra de las galaxias está solicitando un nuevo grupo para animar a la clientela sideral? Dejo correr Commune y siento que la teoría de los alienígenas ancestrales se apodera de mí. ¿Será que History Channel conquistó mi mente?

El album completo aquí.

 

La realidad es aquello que, cuando uno deja de creer en ello, no desaparece.

Philip K. Dick

 

 

'Commune', Goat (Sub Pop, 2014).

‘Commune’, Goat (Sub Pop, 2014).

 


Autores
La redacción de Tierra Adentro trabaja para estimular, apoyar y difundir la obra de los escritores y artistas jóvenes de México.
De los años sesenta tomó la inconformidad recalcitrante; de los ochenta una pasión crónica por la música; de los noventa la pasión literaria. Durante la década de los dosmil buscó la manera de hacer eclosionar todas sus filias. Explorando la poesía ha publicado: Loop traicionero (2008), Suave como el peligro (2010) y Combustión espontánea (2011). Rutas para entrar y salir del Nirvana (2012) es su primera novela. Es colaborador de las revistas Marvin, La mosca, Variopinto e Indie-rocks y los diarios Milenio Hidalgo y Reforma, entre otras publicaciones.