Tierra Adentro
Ilustración de Jal Reed

La última noche de Jemima Wilkinson fue febril. Su enfermedad la mantenía postrada en cama desde la madrugada del 4 de octubre de 1776. Tres meses antes, los miembros del Consejo Continental habían firmado la Declaración de Independencia que iniciaba el largo camino de las antiguas Trece Colonias hacia su emancipación de la corona de Jorge III. La tierra se llenaba de sangre, con tropas siempre en movimiento, la lucha encarnizada por la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad1 daba a luz a los albores de una nación y Jemima Wilkinson agonizaba. Esperaba su muerte presa de los sudores y escalofríos de la fiebre de Colón, sumida en un sueño profundo del que nadie pudo despertarla. Pasaron siete días y en la madrugada entre el 10 y el 11 de octubre, su sueño se convirtió en un profundo trance espiritual. En ese estado, Jemima tuvo una visión donde dos arcángeles se presentaban ante ella para anunciar la gracia y el perdón que Dios extendía hacia los pecadores. Su hermano la escuchaba murmurar entre sueños una y otra vez, intranquila y febril: “Hay lugar suficiente”. Finalmente, su delirio terminó y exhaló su último aliento. Jemima Wilkinson murió esa noche, pero su cuerpo continuó levantándose cada mañana, libre de toda enfermedad y conteniendo a un ser muy distinto. Ese día nació Public Universal Friend (Amigo Público Universal), un espíritu sin género mandado por Dios para ocupar el cuerpo vacío de Jemima Wilkinson y predicar a los pecadores. Durante su ministerio habló a soldados británicos y americanos, hombres y mujeres, esclavos y esclavistas por igual y fue una de las figuras más controvertidas de la época. Su sola existencia cuestionó los roles de género, las normas sociales y espirituales de una nación aún en construcción y fue la personificación de ese primer espíritu americano, en constante cambio, que formaría la nación multicultural que es hoy en día Estados Unidos.

 

Desde el día de su nacimiento y hasta su muerte, Public Universal Friend negó ser la misma persona que Jemima Wilkinson. Jemima había muerto, sostenía, y Friend era una persona distinta. Un espíritu sin género que personificaba el amor de Dios y el perdón que se extendía a todos los pecadores. Prefería que no se refiriesen a él con pronombres femeninos (ningún pronombre era lo mejor, pero los pronombres masculinos estaban bien) y vestía con una larga toga y un pañuelo anudado al cuello, a la manera cuáquera. Al inicio de su ministerio, escribió minuciosamente en su Biblia la visión que Jemima Wilkinson había tenido en su lecho de muerte, una visión que, para Friend, encapsulaba los matices de su doctrina y fungía como la anunciación de su llegada:

Mientras Jemima estaba sumida en el sueño ocasionado por la fiebre de Colón, ahora tifoidea, tuvo una visión en donde los cielos se abrían ante ella y, de entre las nubes, descendían dos arcángeles con coronas doradas y túnicas largas y blancas. Anunciaban el perdón universal de Dios para todos aquellos que quisieran tomarlo. Haciendo sonar sus trompetas, proclamaban: “Hay lugar, hay lugar, hay lugar en las muchas mansiones de la gloria eterna para todos; aún hay una última llamada, pues la onceava hora no ha transcurrido todavía para ellos. El día de gracia no se ha acabado aún. Todo aquél que quiera venir, que venga y tome parte libremente  del agua de vida que es ofrecida a los pecadores gratuitamente”2 los arcángeles anunciaron a Jemima que el día en el que Dios volvería por su pueblo estaba cerca, pero que estaba preparando a un cuerpo para contener “el espíritu de vida de Dios que desciende sobre la Tierra para advertir a un mundo perdido, culpable y moribundo para que huyan de la ira venidera; para invitar a las ovejas perdidas de la casa de Israel para que vuelvan a casa”.

Public Universal Friend, fiel a la visión que lo había traído al mundo, anunciaba la gracia infinita que Dios extendía a todos los pecadores por igual de pueblo en pueblo y ciudad en ciudad. Su llegada se unía a la de múltiples predicadores que en años anteriores habían sido despertados gracias a un avivamiento que lo cambió todo.

 

El Primer Gran Despertar

Cuando el descontento crecía entre las Trece Colonias, un tipo muy distinto de revolución empezaba a gestarse: el Primer Gran Despertar, un avivamiento espiritual sin igual entre las décadas de 1730 y 1740 que cambiaría por completo la noción de la fe, inauguraría nuevas denominaciones cristianas y abriría horizontes antes inexplorados para cientos de predicadores.

La reforma de la Iglesia, iniciada famosamente en 1517 por Martín Lutero y sus 95 tesis, había progresado a lo largo de los años dividendo y subdividiendo a los grupos luteranos hasta conformar cientos de agrupaciones cristianas que rechazaban las doctrinas de la Iglesia Católica. Estos nuevos grupos, también llamados congregaciones, no solo se oponían a la venta de indulgencias, el bautismo de bebés, la figura sacerdotal o la salvación por medio de obras; sino que animaban a los fieles a buscar conectarse directamente con Dios leyendo la Biblia, orando conjuntamente y moviéndose en los dones y frutos concedidos por el Espíritu Santo3. Para 1700, los grupos creados gracias a la reforma luterana, estaban por enfrentarse a una nueva ola de cambio.

En Inglaterra, se discutía la posibilidad de una fe más racional, de clérigos y creyentes que fueran también grandes estudiosos y teólogos de la fe. Esta propuesta fue popular entre las clases altas y burguesas, pero molestó a las clases trabajadoras, pues una fe basada en el estudio constante de las escrituras y los cánones religiosos alienaba a aquellos sin posibilidad de acceder a una educación sólida4.

Así, poco a poco, empezando en Inglaterra y extendiéndose hasta el Nuevo Mundo para llegar a las Trece Colonias, un sentimiento anti-racionalista inundó a las iglesias populares. Fue en ese momento de rechazo al pensamiento ilustrado en el que tres predicadores: Theodore Frelinghuysen de la Iglesia Reformada Holandesa, el presbiteriano Gilbert Tennent y el congregacionista5 Jonathan Edwards comenzaron sus ministerios.  Las congregaciones morían; la asistencia era baja, los sermones eran inconexos y racionalistas y muchos de los ministros y predicadores a cargo de las iglesias no contaban con un testimonio de conversión. Los jóvenes predicadores se enfurecieron y comenzaron una guerra de panfletos y predicaciones.

Tennent publicó The Danger of an Unconverted Ministry (El peligro de un ministro inconverso), en donde defendía que el trabajo ministerial era un asunto sagrado que solo debía de recaer en las manos de aquellos llamados por Dios para ejercerlo, y Edwards predicó el sermón Sinners In The Hands Of An Angry God (Pecadores en las manos de un Dios enojado) en el donde advirtió de la ira venidera de Dios para todos aquellos que, sabiendo de su existencia, no estaban dispuestos a rendirle sus vidas.

La pasión con la que ministraban, escribían y lideraban a sus congregaciones sorprendió a las iglesias. Poco a poco ayudaron a hacer del cristianismo, sin importar la denominación, algo comprensible también para los colonos sin educación masificando no solo la fe; sino el acceso a Dios. Creían en el sacerdocio de los creyentes: la idea de que cualquiera puede acceder a una relación personal con el creador. Sus sermones rápidamente se popularizaron: Edwards llegó a predicar ante multitudes de 30,000 asistentes chillones que se emocionaban con facilidad y a los que debía callar constantemente.

Al predicar en las calles, mostraban que lo importante de la fe no era la razón, sino las personas a las que alcanzaba. Hablaban apelando a las emociones y a las manifestaciones sobrenaturales del Espíritu Santo y la fe dejó de ser un concepto racional para convertirse en algo vivo que podía inundar el corazón de un creyente para sanar personas, revivir muertos y predicar ante multitudes. Impulsaron la noción de que para ministrar no era necesario tener educación, sino fe y rápidamente surgieron nuevos predicadores provenientes de todos los estratos sociales. Los creyentes despertaron y se multiplicaron y el mundo pareció dividirse en Nuevas Luces y Viejas Luces o lo que es lo mismo: en quienes apoyaban la masificación de la fe y el surgimiento de nuevos predicadores y los que preferían el antiguo proceder más racionalista, dividido e ilustrado de antes.

Las Viejas Luces poco pudieron hacer ante la creciente popularidad de los ministros y congregaciones de las Nuevas Luces y el Primer Gran Despertar triunfó dando a luz a cientos de nuevos predicadores que recorrían las colonias unificando, sin saber, a sus habitantes e impulsando un abanico entero de posibilidades para aquellos que antes solo habían tenido como perspectiva una vida trabajando la tierra. Cualquiera podría predicar, incluso las mujeres o los esclavos y todos aquellos que empezaban a hacerlo parecían tener sus propias respuestas a las viejas preguntas de la fe como ¿Cuándo va a volver Jesucristo? ¿A Dios le importa o no le importa que una mujer sea la figura principal de una congregación? ¿A quiénes incluye o excluye la gracia de Dios? ¿Estamos viviendo los últimos días? ¿Qué es lo que quiere Dios de nosotros?

No fue extraño que muchas de las respuestas que otorgaban los predicadores a esas preguntas resultaran en la creación de múltiples sectas apocalípticas. La guerra independentista parecía ser una señal de algo y muchos veían en los fulgores de la lucha revoluciona el inicio del fin de los tiempos.

 

Cuáqueros y shakers; Jemima Wilkinson y Mother Ann Lee

Jemima Wilkinson creció en ese Primer Gran Despertar, miembro de una comunidad cristiana desde su nacimiento, fue educada en los principios de la Sociedad Religiosa de los Amigos, también conocidos como Quakers (tembladores) haciendo alusión a la frase de su fundador George Fox: “temblad en el nombre del Señor”.

Su congregación también creía en la posibilidad personal de acercarse a Dios sin tener que recurrir a sacerdotes o llevar a cabo ritos específicos. Los cuáqueros eran simplemente guiados por “una voz suave y apacible”6, la voz de Dios que llegaba a ellos por medio del Espíritu Santo; despreciaban la esclavitud, la suntuosidad y cuestionaban la incapacidad de las mujeres de ser miembros activos del ministerio. Las reuniones cuáqueras a menudo consistían en silenciosas meditaciones grupales donde se animaba a los miembros de la congregación a hablar si recibían un mensaje de Dios para la iglesia.

Conforme el Gran Despertar fue echando raíces en Nueva Inglaterra, la sociedad cuáquera vio una baja en sus miembros, seducidos por doctrinas que proclamaban una espiritualidad más apasionada.

Jemima Wilkinson y su hermana pronto empezaron a asistir a las reuniones de una congregación de Nuevas luces recientemente establecida y ahí Jemima aprendió las doctrinas emergentes. Muchos de sus biógrafos creen (especialmente aquellos que piensan que la figura de Amigo Público Universal fue una construcción de Jemima para obtener más atención en su ministerio) que fue en ese momento en el que Jemima empezó a juntar, de entre todas las corrientes espirituales, las características de lo que se convertiría en la congregación de Public Universal Friend: la Sociedad de los Amigos Públicos Universales.

Al enterarse de sus visitas a la iglesia de las Nuevas Luces, la sociedad cuáquera amenazó a las hermanas Wilkinson con la expulsión si continuaban asistiendo. Jemima y su hermana permanecieron en los cultos de la nueva congregación y fueron expulsadas de la comunidad cuáquera.

La sociedad cuáquera empezaba a separarse de las expresiones espirituales más apasionadas y no fue raro que muchos de sus miembros decidieran alejarse en búsqueda del Gran Avivamiento que prometían las Nuevas Luces. En Inglaterra, un grupo pequeño llamado “shaking quackers” por quienes los veían alabar a Dios danzando apasionadamente y temblando produjo a la Sociedad Unida de Creyentes en la Segunda Aparición de Cristo, también llamados shakers.

Los shakers adoptaron del movimiento carismático cristiano la creencia en la intervención del Espíritu Santo en las vidas de los creyentes por medio de milagros, el desarrollo de los dones espirituales y la noción de que la vida cristiana debía contener muestras constantes de la presencia divina; pero lo que comenzó como un movimiento cuáquero apasionado de búsqueda espiritual, pronto empezó a tomar tintes más extraños cuando el grupo se trasladó a las colonias británicas guiado por Mother Ann Lee.

 

El día oscuro que magnificó la revolución espiritual femenina

 

El 17 de mayo de 1780 el sol no salió. En su lugar, una oscuridad opresiva producida por humo y niebla inundaba las tierras de Nueva Inglaterra y en New Hampshire cayeron quince centímetros de ceniza. Días antes, el cielo se veía rojizo, un hollín extraño se acumulaba en ríos y canales y la luna se tornó roja. Algo estaba sucediendo y aunque el “Día Oscuro”, como luego fue bautizado, había sido producido por múltiples incendios provocados para producir tierra de cosecha, los líderes espirituales de la época lo vieron como una mensaje de parte de Dios.

Mother Lee Ann de los shakers observó en esa oscuridad una señal divina para predicar a su congregación la próxima llegada del Apocalipsis7 y sus fieles vieron en ella a Jesucristo reencarnado con forma femenina.

Los shakers, que hasta ese momento eran tan solo cuáqueros más apasionados, se convirtieron en una secta apocalíptica cuyos miembros giraban, danzaban y dibujaban de acuerdo a las revelaciones de la divinidad de Mother Lee Ann.

Creían en que si el hombre y la mujer habían sido creados a semejanza de Dios, primero Adán y luego Eva, y Jesucristo había nacido hombre, seguramente en su segunda venida aparecería como una mujer. No solo sería el Segundo Adán8, también sería la Segunda Eva.

Public Universal Friend también recibió al día oscuro como una señal divina. Su ministerio hasta entonces había sido una mezcla de las enseñanzas cuáqueras, mileniaristas9 y de las Nuevas Luces; predicaba la igualdad entre hombres y mujeres, esclavos y esclavistas, ricos y pobres. Sostenía que a Dios no le importaba el género de sus creyentes10 u otras cuestiones similares, sino que le importaban los creyentes mismos y animaba a sus seguidoras a aceptar los votos de castidad que él mismo había tomado. Los votos de castidad absoluta permitían a las mujeres cristianas rechazar el matrimonio y dedicarse por completo a las labores de la fe para así asumir papeles de liderazgo y autoridad que el matrimonio habría truncado o condicionado; ofrecían la posibilidad de una vida espiritual más activa que la que llevaban las monjas católicas, pues no suponía el enclaustramiento; sino la libertad total de vivir y viajar predicando la palabra de Dios.

Antes del Gran Despertar, la misoginia de las iglesias cristianas acallaba fuertemente a sus mujeres. Algunas congregaciones prohibían hablar a sus seguidoras adentro de las iglesias y si una mujer se atrevía a predicar era excomulgada y humillada públicamente. Solo los cuáqueros habían permitido la participación de sus miembros femeninos en las actividades de liderazgo espiritual. Pero fuera de ellos, una mujer predicando públicamente era una aberración; una pecadora que se abrigaba en la palabra de Dios para seducir y desviar a los hombres del buen camino.

Con las señales del Apocalipsis claramente visibles en la oscuridad del cielo, Friend empezó a predicar la inminente llegada del fin de los tiempos y sus discípulas pronto le siguieron.

Si Friend, con su cuerpo femenino (incluso sus seguidores tenían problemas para reconocer totalmente su falta de género), y Mother Lee Ann habían sido elegidas por Dios para no solo predicar, sino salvar al mundo de la inminente ira divina, entonces cualquier mujer podría hacerlo.

Este tipo distinto de liberación femenina produjo en las creyentes un despertar espiritual que se basaba en la confianza total de que ellas también podían ser las elegidas de Dios, las predicadoras y las salvadoras del mundo.
En las iglesias de las Nuevas Luces, el papel de las mujeres se expandió, llegaron a votar en los asuntos de la iglesia e incluso a liderar y predicar a la congregación.

Las seguidoras de Friend se sintieron libres para dejar a sus maridos y seguirle o para no casarse en absoluto. Viajaban a su lado, predicaban a su lado o por su cuenta e incluso copiaban su vestimenta causando revuelo por donde pasaban. Pronto, encontraron en ellas mismas las encarnaciones divinas de los profetas del Antiguo Testamento y guiadas por la doctrina apocalíptica de Friend, se vieron representadas en aquellos testigos que según Juan, observarían las catástrofes apocalípticas11.

Este despertar espiritual femenino no transcurrió con facilidad. Mientras que las mujeres pertenecientes a los shakers, la Sociedad de los Amigos Públicos Universales, los cuáqueros u otros grupos similares eran empoderadas y animadas para crecer en autoridad espiritual y tomar un lugar de liderazgo dentro de sus comunidades; para aquellas predicadoras que no lo hacían, el precio de su avivamiento espiritual a menudo era el rechazo de sus mismas comunidades religiosas y aquellas que se atrevían a salir a las calles a predicar sin el permiso de sus líderes religiosos podían incluso ser azotadas en público12; aún así, las predicadoras defendieron su despertar espiritual y continuaron hablando dentro y fuera de sus congregaciones, demostrando que también ellas podían ser receptoras de los dones sobrenaturales del Espíritu Santo, maestras de la fe y profetas escogidas por Dios13.
Tristemente, con la llegada del siglo XIX muchas de las comunidades cristianas decidieron borrar a las mujeres predicadoras de su historia. Además, según la historiadora Catherine A. Brekus en Strangers and Pilgrims: female preaching in America 1740-1845 la verdadera tragedia de las mujeres predicadoras contemporáneas a Public Universal Friend está en que fueron demasiado radicales y revolucionarias para los historiadores y estudiosos religiosos, pero demasiado conservadoras para las historiadoras feministas; dejando su legado en el olvido y muchos de sus nombres, desconocidos a pesar de haber sido cientos y que entre ellas hubiera mujeres de todas las clases sociales e incluso esclavas emancipadas.

 

Public Universal Friend más allá del género

En este clima de cambios sociales y espirituales, Public Universal Friend salía a predicar con la compañía de sus discípulas. A su llegada, cientos de fieles atiborraban las calles donde daba sus sermones en voz alta y con un fuerte acento de Nueva Inglaterra. Sin embargo, no era su doctrina la que atraía a los espectadores; sino el misterio que rodeaba a su figura. La historia de su muerte y resurrección, de su carácter tranquilo y apacible y su rechazo a acatar las normas sociales de la época, le hacían una persona misteriosa, extraña y mística.

Rechazaba la vestimenta clásica femenina y usaba una larga toga, pantalones, un pañuelo blanco anudado en el cuello y el largo sombrero negro característico de los cuáqueros.

En su congregación, sus discípulos a menudo le consultaban en todos los asuntos de su vida cotidiana. Le pedían su consejo tanto en los grandes asuntos de la fe como en las pequeñas labores del día a día. Friend cuidaba de sus seguidores proveyendo consejo, acompañamiento y empoderamiento; todos aquellos que asistían a sus sermones recibían, además de la predicación, una comida completa, cuidado e interés y aquellos de sus miembros esclavistas eran animados a liberar a sus esclavos y vivir una vida amable de amor universal para todos. Esto, a los ojos de la sociedad revolucionaria estadounidense, unido a su rechazo por mostrarse como una mujer constituía un escándalo alarmante. La sociedad revolucionaria estaba en una búsqueda constante de su identidad masculina y femenina; rechazaban la masculinidad inglesa, recatada, limpia y dignificada y los líderes religiosos promovían una masculinidad más “femenina”. Animaban a los fieles a ser más emocionales y a tener un carácter que se alineara con los frutos espirituales de la paz, la paciencia, la mansedumbre, la templanza, la fe, la benignidad, la bondad, el gozo y el amor;  mientras que la lucha revolucionaria obligaba a los hombres a tomar roles mucho más violentos para sobrevivir. Las mujeres, por su parte, ocupaban nuevas posiciones de autoridad, explorando territorios usualmente masculinos.
Public Universal Friend parecía mostrarse ante los ojos de sus fascinados espectadores, como ambos géneros y ninguno a la vez. Aquellos que nunca pudieron aceptar su identidad, veían a una mujer en un lugar de liderazgo y autoridad, con el cabello descubierto14 y predicando frente a multitudes. Era algo nuevo y profundamente atemorizante para una sociedad que estaba encontrando a penas su propia identidad y que, aunque no sabía aún cuál sería su modelo de masculinidad o feminidad, sí sabía cuál no lo sería y la fascinación por Friend rápidamente cambiaba a rechazo y luego de nuevo a fascinación.
No ayudaba, desde luego, que la doctrina de Friend tuviera fuertes tintes místicos y apocalípticos. A la manera cuáquera, rechazaba todas las muestras pasionales de la fe, pero en su congregación se realizaban sanidades milagrosas, se anunciaban profecías y se llevaban a cabo exorcismos mientras Friend anunciaba la inminente llegada del Apocalipsis.
Pocas personas aceptaron que Public Universal Friend fuera realmente un ser sin género e incluso los periódicos de la época aludían a la “belleza femenina” del cuerpo de Jemima Wilkinson y hacían comentarios sobre su “lustroso cabello negro” o el suave tono de su voz para negar la identidad que Friend había establecido.

Friend, a pesar de las críticas y los ataques, se mantuvo firme hasta el final en que Jemima Wilkinson había muerto en 1776; en que él solo ocupaba su cuerpo y por lo tanto eran dos personas distintas. Y cuando el Apocalipsis que venía anunciando desde el Día Oscuro no llegó, se recluyó junto con su congregación fundando primero el pueblo de Jerusalén y, tras mudarse un poco más cerca de Nueva York, la comunidad de Nueva Jerusalén.

 

La existencia de Public Universal Friend ha sido siempre un punto de discordia entre estudiosos e historiadores. La dificultad ha permanecido en no saber cómo enfrentar su historia de muerte y resurrección. ¿Es Friend Jemima Wilkinson?, ¿qué pronombres deberíamos usar para referirnos a Friend? Parecen preguntarse sus biógrafos. Algunos invalidan la existencia de Friend y se centran en Jemima, hablando del predicador con pronombres femeninos y hay algunos que incluso omiten mencionar a Friend. Otros, deciden hablar de Friend en masculino y femenino intentando no usar pronombres, pero esta opción no parece correcta tampoco. Quizás si Friend hubiera nacido en nuestra época, asumiría los pronombres they/them y en los países hispanohablantes nos referiríamos a Friend usando el le/elle.

Sin importar la controversia causada por el lenguaje incluyente son individuos como Public Universal Friend, quienes incluso en su propia época causaron crisis lingüísticas por su identidad de género, aquellos que deberían marcar la pauta gramatical de su propia existencia.

El problema de catalogar a Friend en un sistema binario radica en que su figura, su leyenda y su legado rechazan la catalogación. Esto le ha llevado a ser olvidado por los historiadores religiosos, rechazado simplemente por mostrarse al mundo como no binario y excluido de los recuentos de las grandes figuras religiosas del Gran Despertar y la época revolucionaria cuando su doctrina en realidad no difería tanto de la de muchos otros predicadores como Tennent, Frelinghuysen o Edwards.

La comunidad cristiana, incapaz de catalogar a Friend o de pasar por alto el escandaloso relato de su muerte y resurrección, tomándolo por falso en la mayor parte de los casos, simplemente ha decidido ignorarlo y dejarlo en el olvido junto con otras figuras difíciles de comprender y de describir como ejemplos de un cristianismo modelo.

 

Bibliografía

https://wams.nyhistory.org/settler-colonialism-and-revolution/settler-colonialism/public-universal-friend/

  1. El  “life, liberty and the pursuit of happiness” escrito por Thomas Jefferson en la Declaración de la Independencia pronto se convirtió en un estandarte de la lucha independentista norteamericana.
  2. Esta parte de la visión de Jemima corresponde, quizás, a lo escrito en Apocalipsis 22:17 “Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.” (Versión Reina Valera 1960)
  3. Los nuevos grupos cristianos creían (y siguen creyendo) en que la comunión por medio de la oración, la lectura bíblica y una evaluación constante del carácter del creyente podían llevar al  desarrollo de los “frutos del Espíritu Santo” es decir, rasgos de carácter de todo aquél que es cercano a Dios. Estos son: amor, gozo, paz, paciencia, mansedumbre, bondad, benignidad, fe y templanza.  Por otro lado, Dios podía decidir conceder en cualquier momento los “dones del Espíritu Santo” a los creyentes. Los dones son nueve manifestaciones sobrenaturales del poder divino: profecía, sanidad, interpretación de lenguas, hablar en lenguas, ciencia, sabiduría, discernimiento de espíritus, milagros y fe.
  4. Para todo aquel que esté interesado en el tema y quiera saber más de los procesos de cambio de la fe estadounidense, recomiendo la lectura de Religion and the American Mind: From the Great Awakening to the Revolution de Alan Heimert, un recuento muy completo de los motivos sociopolíticos del Gran Avivamiento así como sus repercusiones en la revolución estadounidense y su impacto aún palpable en la cultura cristiana popular.
  5. Esto se refiere a un tipo de organización eclesiástica presbiteriana y calvinista donde sus miembros (como miembro se entiende a aquella persona que ha tenido una experiencia espiritual que lo ha llevado a la conversión y sucesivamente al bautismo en agua) son capaces de elegir los métodos de adoración a Dios que llevará a cabo su congregación de forma democrática así como los matices de la doctrina a los que se apegarán. El congregacionismo también sostiene el “sacerdocio de los creyentes” es decir, que todo aquel que cree en Dios y ha tenido un encuentro personal con él, no necesita de un ministro o un sacerdote para conectarlo con Dios porque el creyente cuenta con la posibilidad de relacionarse personalmente con la divinidad. Los congregacionistas han estado históricamente implicados en grandes luchas sociales como la abolición de la esclavitud o la causa sufragista por el derecho de las mujeres al voto.
  6. “a still, small voice”. Esta frase alude a la historia del profeta Elías en 1 Reyes 19 donde, después de asesinar a los profetas de Baal, Elías huye perseguido por la furia de Jezabel, la esposa del rey Acab y se esconde en el desierto. Desanimado, se tumba bajo un árbol a esperar su muerte. Dios lo encuentra y lo lleva a una montaña donde Elías lucha por encontrar la presencia de Dios en las grandes manifestaciones de la naturaleza, sin embargo termina encontrándolo en un soplo “apacible y delicado”. La frase se popularizó para describir la manera en la que Dios habla a sus fieles.
  7. Lo cual fue fácil, ya que la mayoría de sus seguidores provenían de la secta apocalíptica de Shadrack Ireland quien tras morir y no resucitar como había prometido, dejó a sus creyentes sin alguien a quién seguir.
  8. Esta denominación viene de lo escrito por Pablo en 1 Corintios 15 donde habla de que si por Adán el hombre fue desterrado de la presencia de Dios, por Jesús el hombre puede restablecer esa conexión divina. La denominación de “Segundo Adán” es para enfatizar el final de la incapacidad del hombre de estar en presencia de Dios, causada por su pecado, y la nueva posibilidad de hablar directamente con la divinidad, pues el hombre se ve libre finalmente de pecado gracias al sacrificio de Jesucristo en la cruz.
  9. El mileniarismo se basa en la idea de que el libro de Apocalipsis debe interpretarse textualmente. Es decir, que describe cada una de las situaciones que se llevarán a cabo para la segunda llegada de Jesucristo, donde reinará durante mil años. Muchas de las congregaciones adscritas al mileniarsimo llegaron a creerse el “pueblo elegido de Dios” para ser salvados en las tribulaciones anteriores a la segunda llegada de Jesucristo.
  10. Esto lo decía basándose en la carta de Pablo a la iglesia de Pablo contenida en el Nuevo Testamento  Gálatas 3:28 (Reina Valera 1960) “Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer: porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús”.
  11. Esto se refiere a lo escrito en Apocalipsis 11 (versión Reina Valera 1960): “son los dos olivos y los candeleros que están en pie delante del Dios de la tierra. Si alguno quiere dañarlos, sale fuego de la boca de ellos y devora a sus enemigos; y si al alguno quiere hacerles daño, debe morir del de la misma manera. Estos tienen poder para cerrar el cielo, a fin de que no llueva en los días de su profecía; y tienen poder sobre las aguas para convertirlas en sangre, y para herir la tierra”. Según la escritura bíblica los dos testigos, además, serán dos profetas a los que la Bestia asesinará, pero Dios traerá de vuelta a la vida después de tres días.
  12. Este fue el caso de  Margaret Meuse Clay a mediados de 1760, miembro de una iglesia bautista (de las denominaciones más misóginas) fue juzgada por “predicar sin una licencia”. Como el estado y las congregaciones cristianas estaban estrechamente relacionadas (no era raro que los gobernadores patrocinaran la construcción de iglesias), cualquier infractor religioso podía convertirse fácilmente en alguien castigado por el gobierno.
  13. Esto era, además, sostenido por lo escrito por el profeta Joel en Joel 2:28 (versión Reina Valera 1960) “Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones.”
  14. Las mujeres usaban cofias para ocultar su cabello.