Fase de grupos
1.
Nací en el año de un mundial al que México no fue invitado por el drama de los cachirules. Cuatro años después, Estados Unidos fue el anfitrión en otra justa futbolística que nos recuerda que el futbol sólo vive en la memoria de los espectadores: ¿de qué otra forma podría saber que Hugo Sánchez no jugó contra Bulgaria, que México perdió en tanda de penaltis y que Miguel Mejía Barón dejó a nuestro pentapichichi en la banca? Sólo tenía cuatro años y da lo mismo si me lo platicaron o lo leí. El recuerdo de un gol improbable es lo que marcó el que había sido el último mundial en América.
2.
Sudáfrica se caracterizó por ser un mundial raro en donde el Jabulani cobraba vida, Xavi e Iniesta revivieron los Siglos de Oro en sus pies y la mejor atajada la hizo un delantero. No sucede así en Brasil, donde incluso la selección de España ya está eliminada después de pasar seis años en la cima. Esto no debería ser ninguna sorpresa para los que seguimos el futbol europeo: en 2012 España anunciaba un cansancio crónico, mientras que el resto de las selecciones del continente jugaban cada vez mejor (Italia, en particular, era mi candidata a ganar); en 2013 los clubes alemanes avergonzaron a sus contrapartes españoles en las semifinales de la Champions League y, hace unos meses, el Barcelona se quedó sin su fórmula secreta (¿Guardiola?, ¿inspiración?, ¿Messi?) y no sumó nuevos trofeos. Real Madrid y Atlético de Madrid, finalistas de la última Champions League, no son la espina dorsal de la selección que actualmente juega en Brasil.
3.
En las semifinales de Sudáfrica 2010 se enfrentaron Uruguay y Holanda. Ambos equipos gozan de salud futbolísticas, con los argumentos suficientes en la cancha para llegar a instancias altas de la actual competencia. Uruguay ganó a Inglaterra y a Italia por la mínima diferencia (2-1 y 1-0 respectivamente) y perdió contra una sorprendente Costa Rica, maestros del tico-taka. Y Holanda está imparable. ¿Lograrán levantar por primera vez la Copa o acompañarán a las selecciones europeas que fueron asaltadas por las americanas?
4.
España no es la única selección relevante que empaca temprano. Inglaterra e Italia también abordarán el avión, gracias, en gran parte, a Costa Rica. El Grupo D estuvo conformado por ticos, uruguayos, italianos e ingleses. El partido entre Italia y Uruguay se definió hasta después del minuto 80, con un gol de cabeza anotado por Diego Godín, un defensa central con más corazón que técnica. Italia también perdió contra los caribeños, pero ganó contra Inglaterra gracias a la capacidad de dos jugadores fundamentales. La selección inglesa es una fuerte contendiente al título de los equipos de los que más se esperan y entregan poco. Y no es que sean malos. Su liga, acaso la más táctica y rápida del mundo, es una de las mejores, pero los jugadores nacionales resienten la importación de futbolistas extranjeros. Caso contrario a lo que, aparentemente, sucede en Estados Unidos: la Major League Soccer se ha consolidado poco a poco gracias a jugadores de extraordinario nivel que llegan por contratos millonarios. Pero no hay que culpar a la infraestructura del equipo nacional inglés, pues sus fracasos en esta Copa del Mundo tienen nombres: Luis Suárez y Andrea Pirlo.
5.
¿Existen dos jugadores más diferentes que Andrea Pirlo y Luis Suárez? El segundo es un jugador talentoso con malas costumbres: aguerrido, chillón, violento, racista. El primero es todo un esteta. No dudo en decir que Andrea Pirlo es mi futbolista favorito, un mediocampista que reparte el juego y que alimenta a sus compañeros. Su contribución en el primer gol de Italia a Inglaterra fue uno de esos grandes momentos en los que Pirlo recitó un soneto, pero no uno de Petrarca, sino de Shakespeare. El couplet fue esa prodigiosa pantalla que deslumbró a todos (jugadores y espectadores por igual), lo que ocasionó que Claudio Marchisio tuviera el gol en sus pies.
6.
Hace años que se demostró que los alemanes no siempre ganan (contrario a esa famosa frase del delantero inglés Gary Winston Lineker: el futbol es un juego sencillo; veintidós hombres persiguen un balón por noventa minutos y, al final, los alemanes siempre ganan). Eso no los hace menos peligrosos, pero por ahí anda Ghana que les empató. La misma Ghana, por cierto, que casi empata ante la que podría ser la mejor selección estadounidense de la historia.
7.
(Hablando de equipos “inexistentes”, ¿qué tan bien le haría al futbol británico que hubiera una selección representativa del Reino Unido? Probablemente mucho: jugadores como Ryan Giggs, Gareth Bale y Darren Fletcher podrían representar a ese combinado, quizá es mucho pedir para países que están juntos pero no revueltos).
8.
La selección mexicana pasó un 2013 muy accidentado: basta recordar ese fatídico partido contra Jamaica en el que la afición mexicana comenzó a vitorear al equipo rival. Por eso la exhibición mexicana en Brasil sorprende para bien. Para entender el buen funcionamiento del equipo hay que destacar a varios de sus jugadores: Ochoa es una barrera prodigiosa en portería; Moreno y Márquez complementan muy bien sus capacidades defensivas con sus salidas y pases clínicos; Vázquez es un gran enlace entre Guardado y Héctor Herrera, una excelente triada en mediocampo (¡cómo extrañaremos al Gallito Vázquez, quien se perderá el encuentro ante Holanda por acumulación de tarjetas!). El tri mayor, por primera vez en muchos años, gusta. Quizá no sea suficiente para ganar el próximo partido contra Holanda, aunque si el futbol fuera un juego de lógica no tendría tantos seguidores. La meta de simplemente llegar al quinto partido es risible para equipos que sí aspiran a ganar el campeonato. Pero aquí nos tocó vivir. Qué le vamos a hacer.
9.
Las intervenciones del Chicharito han sido afortunadas. Contra Camerún, el 14 falló una de las oportunidades más claras que ha tenido el equipo mexicano. Ante Brasil sólo jugó quince minutos, creó oportunidades y abrió espacios. Es poco tiempo para que el delantero se muestre y haga un cambio que se refleje en el marcador. Pero en el juego contra Croacia, El Piojo intercambió a Giovanni Dos Santos (el pobre 10 mexicano) por Chicharito y los resultados fueron inmediatos. Jugadores como Chicharito no tienen tanto lugar en el futbol moderno: prefieren a delanteros que retienen más la pelota y ofrecen un juego más redondo en mediocampo. Pero las cualidades de Hernández, no sobra decirlo, son espectaculares. Su movimiento sin la pelota ocasiona que sus compañeros de equipo tengan más espacio y el equipo contrario suele ocasionar tiros de esquina o libres con jugadas que él inicia. Hay que sumar su capacidad goleadora, el gran salto que pega, su velocidad, su mejora en el juego desde que se fue a Manchester y el timing casi perfecto para pegarle al balón.
10.
La atención que medios internacionales le han prestado a México es notable. Las actuaciones de Ochoa recibieron una cantidad abrumadora de elogios, Chicharito está presente y Márquez está pagando todas las veces que perdió la cabeza en años recientes. No importa si gana México o no, los gifs de El Piojo Herrera (ya conocidos por los aficionados nacionales) son lo mejor que le ha pasado al internet en mucho tiempo.
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