Entrevista a Olga Gutiérrez-García
“LOS NÚMEROS TRANSFINITOS SE TRANSFORMAN EN BEBÉS ADULTOS.”
(O de lo que sucede durante la vigilia entre el número y el poema).
Se ha preguntado usted ¿qué significa ser “transfronterizo(a)”? En mi caso, nunca lo pensé sino hasta que —pasado un año viviendo en Tijuana—, solicité una visa a la embajada norteamericana y luego, guiada por un amigo, “crucé” por primera vez hacia “el otro lado” específicamente hacia “el condado” de Chula Vista con dirección a la librería “Moctezuma, Books & Gallery” para escuchar y presenciar una lectura de poesía. Ese día comencé a pensar la diferencia entre ser transfronterizo, o no. ¿Pedir una visa porque eventualmente iba a querer vivir en Estados Unidos? No, ¡si yo vine a vivir a Tijuana! ¿Pedir una visa porque iba a cruzar continuamente a los Estados Unidos? Ah, eso sí quién sabe. Soy curiosa y me gusta ver, conocer y preguntar. Ese día supe que existía una particularidad en vivir en un lado de la frontera y pensar para qué quería—o necesitaba— estar a veces del otro.
Corría el año 2003, —dos de habitar en esta esquina—, cuando en otra lectura de poesía pero llevada a cabo “de este lado”, tuve la oportunidad de escuchar y conocer a un cuarteto de poetas norteamericanas, de las cuales una llamó específicamente mi atención. Sin duda, para mi fue notable que ella leyera primero en inglés, luego en español y he aquí el milagro: que yo le entendiera perfectamente en los dos idiomas, cuando yo no era bilingüe. Pude notar entonces, que la poesía suele ir más allá de eso que denominamos “lenguaje” y más lejos aún de aquello que denominamos “idioma”.
Transfronteriza, originaria de Torreón, Coahuila, físico-matemática, Olga Gutiérrez-García ha escrito la novela El peso de los ovarios, y siete libros de poesía: Ostrich Sky, Disclosed, In Vitro, Poetica Mathematica, Binaria, IIE y Re-Versed. Todo bajo el seudónimo de “enriKetta luissi”, así, con la gana de la gramática y el antojo de lo tipográfico.
La intención en este texto no es hacer análisis, ensayar, o diagnosticar. El objetivo principal es presentar por este medio, un asomo a la poética de Olga Gutiérrez-García, una poeta transfronteriza que sabe reírse de sí misma, que sabe del uso y poder de la palabra, así como del uso y poder de los números. Leer a Olga significa aprender fórmulas matemáticas, conceptos de la física, aprender a reconocerse desde las partículas, desde la materia. Corporalidad, pulsión e incisiva crítica. Digamos que hablo de una combinatoria pocas veces revelada, exquisitamente suculenta.
A continuación una breve entrevista que Olga Gutiérrez-García respondió en exclusiva para este blog, y después dos poemas de su autoría.
1. ¿Cuánto tiempo has sido transfronteriza?
Desde lo amniótico pienso que he sido transfronteriza. Nací en una familia del norte que por vía paterna era metodista y por la materna católica, en una época en México en que el noventa y seis por ciento de la población era católica y los sentimientos negativos hacia las minorías: el pan de cada día. Esta situación provocó que mi educación hasta la preparatoria fuera en un colegio laico donde las asignaturas eran impartidas tanto en inglés como en español, por maestros americanos y mexicanos respectivamente. En el año de 1977 llegué a Tijuana y el impacto de la frontera me tocó a nivel celular. Después de catorce años me fui a vivir a Chula Vista donde actualmente resido.
2. ¿Qué sucede o significa para ti escribir en inglés o en español?
Cuando escribo en inglés mi escritura es totalmente distinta a cuando escribo en español. Puedo ser más feliz, más fría, más precisa y atrevida que cuando escribo en español. Hay una conexión más estrecha con las matemáticas. Creo que la máscara es más gruesa. Cuando escribo en inglés pienso en inglés. Las palabras llegan más fácilmente que en español. Y mi experiencia corporal es distinta, me siento más relajada.
3. ¿Qué sucede durante la vigilia entre el número y el poema?
Los números transfinitos se transforman en bebés adultos.
4. ¿Cómo participan la imaginación, la física y las matemáticas en tu visión del mundo?
No puedo pensar el mundo sin imaginación, sin física, ni matemáticas. Creo que ellas han contribuido para que cada día sepamos más de lo macro y lo micro en los que estamos sumergidos. Es increíble lo que el ser humano conoce del Universo gracias a ellas. Hay mucho por descubrir y al mismo tiempo hemos aprendido tanto en tan poco tiempo. También gracias a ellas conocemos las limitaciones de nuestro cuerpo y lo inasible de la realidad: visiones. energía. eternidad. no somos el cuerpo. vivir el instante. ocuparse. otras dimensiones. otra poesía. otras matemáticas.
5. ¿Cuál momento hay verídico —o no— entre enriKeta luissi y tú?
El momento en que necesita mi mano para escribir el poema.
6. ¿Emily Dickinson o Marina Tsvietáieva?
Ambas. Porque de ambas aprendo, me centran y rescatan.
7. ¿La diferencia entre lo siniestro y lo ridículo?
Una reacción corporal hace la diferencia.
8. Describe las palabras: amor, provocación, textura:
AMOR, le faltan vocales.
PROVOCACIÓN, le faltan vocales.
TEXTURA, le faltan vocales.
9. Describe al hombre perfecto.
AQUEL QUE SE SABE IMPERFECTO.
10. Describe a la mujer perfecta.
AQUELLA QUE SE SABE PERFECTA.
Nexos
alardea seré tu mami y a cucharadas su leche y la humedad de su clítoris
tres amantes y marido rico ¿que más puede desear? ¿un Papa tal vez?
tiempo plegado kimono
tantas muertes
tantos oráculos satisfechos a sorbitos beben cero las Upanishadas y los Evangelios en estado no plásmico
tiempo plegado kimono en su pubis y en el nada anglosajón look
<spanstyle=”margin-left:30px;”>orquesta en diez dimensiones el santo cítrico aguacate desvestirse funde claroscuro amniótico en paredes repletas con fotos de la madre muerta
sus hiper dedos cautivan mi orq&esta vagina ¿puedo contarle todo?
( re encuentro con Freud y en rigor mortis las enseñanzas del Dalai Lama)
tiempo plegado kimono
cucarachas pulsan
cabellos uñas nombre
hilvanadas ella-yo yo-ella
maltrechas feto frío atrincherado
dadas de baja
B I S E L
A mis dos amantes balbuceo al oído surquen la mar de mercurio
sicoterapeutas con ojos tequileros y breviarios mágicos aguardan para curarlas del amor que me profesan.
Transformo sus circuitos neuronales por estraza. Extraigo de sus pleuras mis fibras exquisitas. Refiero estrías y caligrafía muerta en mi deteriorado Amazonas. Las conmino a hacerse camello o un vibrador como mascota y recalco la importancia de ropa térmica bajo las pijamas en las noches de frío.
En vano.
Menciono altas temperaturas, lenguas, cuevas húmedas, turbinas, y el cúmulo de acrobacias pasadas cuando con sus otras amantes.
A una de ellas, mi tía, le refiero que desde nuestros juegos porn a los cinco, al besar pienso en sus dientes de ardilla y la piel ajena me sabe a plástico rosa.
Las invito a the happiest place on earth.
A mi tía la apareo con Minnie y a la otra con Blanca Nieves.
Todo en vano.
Ante mi fracaso, cedo aquello (y más) a lo que sus guantes llaves dedos espuelas vibrómetros y demás herramientas tengan a bien biselar.
Olga Gutiérrez-García actualmente es miembro de la Asociación de Haikú en San Diego, y editora regional de la antología San Diego Poetry Annual. Su obra ha sido publicada en diversas antologías y revistas internacionales. Radica en Chula Vista, California.