Tierra Adentro
Vida nuda, 2015. Oswaldo Ruiz.

Vida nuda, 2015. Oswaldo Ruiz.

Vida nuda, 2015. Oswaldo Ruiz.

 

 

 

 

 

El brillo. Es el filo de los cuchillos. El reflejo de una lente que observa.
El fulgor de una moneda que gira. La mirada fugaz de una mujer. Las costillas plenas, expuestas, blanquecinas de un hombre que asiste despierto al instante deslumbrante de su propia muerte.

Y no es el dolor lo que importa. Hay miles de maneras de imponer dolor. Sino lo que significa ese suplicio. Hay un mensaje para el condenado que va más allá de la tortura. Le muestran, mediante un acto físico, al que asiste bajo los efectos del opio, algo que está velado para el resto de la humanidad. Sólo él podrá contemplar su propia reducción. Asistirá a su propia muerte. En un instante.

Una imagen nos abre los ojos a los alcances del horror. Un instante que deviene en mil.

Ha sido drogado para olvidarse de sí mismo y quizás asista a esta revelación como alguien más, con curiosidad o con asco pero acaso con.

Porque ellos quieren que él vea. No quieren que sea partícipe de su dolor, sino del placer de sus verdugos.

Un tajo prefigura mil cortes así como el tintineo de las monedas es largo y denso porque lleva mil respuestas posibles.

Una cuchilla es una pluma porque la palabra secciona y devela.

Al ajusticiado —al lector— le es dado ver lo que para otros está negado: el proceso corporal de la muerte, la descomposición del cuerpo, la semejanza de la muerte y del arte.

Las mismas monedas que se agitan en el cuenco de las manos ofrecerán siempre distintos hexagramas. Escucha, no digas nada. Un objeto se desliza sobre otro produciendo mil cortes en silencio.


Autores
(Ciudad de México, 1986) es licenciado en Historia, articulista y cronista. Autor de la novela El misterio de la Marca y del libro La furia y los tormentos- Vive y escribe desde Cuernavaca. Es codirector del proyecto RuinaTropical.