El documental desconocido de Orson Welles
Los Ángeles, California, 4 de julio de 2014. Esta mañana, un portavoz de la industria cinematográfica hollywoodense informó que hace algunas semanas se realizó un descubrimiento extraordinario en una de las bodegas de vestuario de los famosos estudios Universal, mientras se llevaba a cabo una limpieza de rutina.
La misma fuente confirmó que el hallazgo consiste en un baúl que contiene efectos personales de grandes figuras de Hollywood, entre los que sobresalen varios rollos de una película inconclusa del célebre Orson Welles, de la que no se tenía noticia hasta ahora. Además de dichas latas, se encontraron los calcetines usados por Gene Kelly en Cantando bajo la lluvia, y que el propio actor habría puesto a secar por ahí.
“Sin duda lo más valioso son los fragmentos de película”, declaró el portavoz, quien además dio a conocer que el material se había entregado ya en donación a Ronald Herst, director del American Museum and Memorial of Freedom and Winning Wars (AMMFWW, por sus siglas en inglés).
El hallazgo está conformado por seis latas de película en 35 milímetros con las primeras tomas de un documental en el que Welles pretendía mostrar lo que habría ocurrido en Estados Unidos si la Unión Soviética hubiera ganado la Guerra Fría, junto con un libreto original que contiene anotaciones del puño y letra del director sobre la filmación de las escenas faltantes y su posterior montaje.
En los fragmentos pueden verse imágenes de personas intentando cruzar frenéticamente el muro de Berlín desde la rfa hacia el lado oriental, dejando tras de sí sus automóviles de lujo, así como el cautivador testimonio de un acaudalado acerero que decide repartir su fortuna y emprender una comuna en pleno Wall Street. Además de estas escenas, figuran tomas de la construcción de lo que sería un campo destinado a la reflexión y autocrítica ideológica que, según describe el guión, se habría de instalar en una vasta superficie de Alaska.
De acuerdo con el libreto, la película se completaría con secuencias que representarían el reemplazo del sistema de educación básica estadounidense con el modelo de los pioneros cubanos, y concluiría con la conmovedora historia de amor entre un granjero y la operadora de una fábrica de radios de transistor, quien lo abandona todo para huir al lado de su amado y trabajar juntos en la reparación de un tractor que, con el esfuerzo de ambos, proveería al Estado de una pequeña pero significativa parte de la producción prevista bajo los nuevos planes quinquenales. En la secuencia final, un grupo de soldados ataviados con sus flamantes uniformes rojos arrían la vieja bandera norteamericana, para después izar un nuevo lábaro en el que las estrellas son reemplazadas por hoces y martillos, al compás de la Internacional.
Hasta el momento se desconocen las razones por las que Orson Welles dejó inconclusa la filmación del documental; sin embargo, historiadores del cine consultados a este respecto coinciden en especular que el director de El ciudadano Kane (1941) decidió involucrarse en cuerpo y alma durante los últimos días de su vida en un proyecto que le apasionó más que todos los anteriores: interpretar la voz de Unicorn en la recordada cinta The Transformers: The Movie (1986) del inigualable director Nelson Shin, considerada por la America’s Best Filmmakers Ever Association como una de las dos mejores películas de todos los tiempos; proyecto que le daría a Welles (quien días después de terminar su parte moriría de un ataque al corazón, sin haber podido presenciar la caída del muro de Berlín) un lugar en la posteridad.
Sobre el futuro destino de este material inédito, el director del AMMFWW confirmó que los rollos se encuentran bajo custodia del museo; no obstante dejó ver su franca antipatía hacia la película: “Es escandalosamente antiamericana. Al verla no me queda duda de que el viejo McCarthy tenía razón: Welles era un maldito rojo”. Y añadió: “No tengo ninguna intención de que esa basura diabólica permanezca aquí, así que estamos tratando de hacer dinero con ella”. A ese respecto, Herst reveló que el museo espera adquirir un cañón de la guerra civil que perteneció al bando confederado, valuado en unos ocho millones de dólares, para lo cual pretenden subastar al mejor postor las cintas de Orson Welles.