Tierra Adentro
Still de Lucifer Rising ( Kenneth Anger, 1972).

Kenneth Anger: autor del libro Hollywood Babylon, un recuento de los trapitos sexuales y suicidios del Hollywood de los cuarentas; cineasta underground, cuya influencia reconocen David Lynch, Vincent Gallo, Martin Scorsese y John Waters; amigo de Alfred C. Kinsey, Aleister Crowley y Mick Jagger; conoció a L. Ron Hubbard antes de la cienciología y a Jack Parsons (uno de los inventores del combustible para transbordadores especiales); una de sus películas fue musicalizada, primero, por Jimmy Page y, después, por Bobby Beausoleil, miembro de la familia Manson.

Con un currículum así, es un misterio que la figura de Kenneth Anger no tenga la atención que tienen un Bowie o un Marc Bolan en la historia de la cultura pop de los setenta.

Tal vez este relativo desconocimiento se deba a su persistente negativa a entrar al star system, a declinar un proyecto de presupuesto hollywoodense o, simplemente, a su decisión de mantenerse en el lado ciego de la farándula, ese lado que, por paradoja, permite ver lo que oculta: la fragilidad de los seres humanos.

Kenneth Anger es considerado un cineasta pedestre, agresivo, sadomasoquista y fetichista. Scorpio Rising (1963), un experimento visual camp sobre la vida de los bikers estadounidenses, y Fireworks (1947) —uno de sus primeros cortometrajes— le dieron esa fama. Sin embargo, al revisar su filmografía, la imagen de director rudo se diluye en una de esteticismo y fragilidad.

Anger conoció a Kinsey mientras el doctor estructuraba los Kinsey Reports. El cineasta participó en ellos con uno de los “comportamientos sexuales” que fueron registrados en video. Anger eligió aparecer solo, masturbándose, en un acto tanto de revaloración de una parte negada de la sexualidad como de postura frente al mundo: la preferencia por la soledad.

Rabbit´s moon (1970) es una coreografía sobre un payaso que ama la luna, y Eaux d’artifice (1953), al más puro estilo de Les statues meurent aussi (Resnais, 1953), es un estudio sobre el agua y las fuentes. Puce moment (1949) retrata, con algo que sólo puede ser descrito como ternura, el momento de preparación de una actriz antes de pasear a sus perros.

Incluso Scorpio Rising, y su hermano, Kustom Kar Komandos (1965) —breve ensayo cinematográfico sobre el tuning automovilístico—, reflejan otro tipo de búsqueda, una que bien puede clasificarse como espiritual: el amor por la máquina o la manera en que el sentido de la vida se encuentra en el cuidado de un motor.

Sobre la relación entre el pensamiento de Crowley, el ocultimo y la cultura pop de los setentas todavía queda mucho por escribir (las letras de Led Zepellin, por ejemplo, manan de esta relación). Anger no fue la excepción, pues consideraba sus películas como un tipo de “herramienta mágica” sobre el espectador. En especial, dentro de esta categoría entran Invocation of my demon brother (1969) —con el cameo de Anton Szandor LaVey, fundador de la Iglesia de Satán, y Mick Jagger en la banda sonora— y Lucifer Rising.

La historia de Lucifer Rising es accidentada. Anger comenzó con este proyecto (una suerte, según él, de ilustración de la religión Thelema) en 1971, con Bobby Beausoleil en el papel de Lucifer. Beausoleil, un personaje inestable, miembro de la familia Manson y que terminaría en prisión acusado de asesinato, le robó los primeros negativos a Anger. Años después, luego de reestructurar su idea de la película, Anger le pidió a Jimmy Page que la musicalizara, pero el experimento fue un fracaso: la música de Page, en eufemismos del director, “no era la adecuada”. Anger le pidió a Beausoleil, ya preso, que hiciera el soundtrack. El resultado, con perdón de Page, fue mucho mejor.

Algunas partes de la película fueron filmadas en Egipto, donde, en los setentas, el castigo por introducir drogas al país era fusilamiento; Marianne Faithfull, una de las actrices, contrabandeó heroína junto con su maquillaje. Chris Jagger, el hermano de Mick Jagger (que interpreta un papel pequeño) hacía cuestionamientos ríspidos a Anger sobre el significado de la película. Un Ovni (que después fue reconstruido para la cámara) sobrevoló la filmación. Una de las locaciones en Alemania fue usada como campo de entrenamiento de los SS.

Lucifer Rising es un documento iniciático. Kenneth Anger mencionaba que, sin el conocimiento de la doctrina de Aleister Crowley, la película resultaba demasiado compleja. Para el ignorante de la Thelema, parecería que Lucifer Rising es un fenómeno sin posibilidad de acceso, pero tal vez lo que sucede es algo similar a las películas de Lynch o Maya Deren: el espectador debe construir el sentido, posicionarse desde otro punto que el de la pasividad del asistente y conectar las piezas del rompecabezas en un juego libre de interpretación, una que, por más que se quiere hacer redonda, siempre encuentra fallas (si es un estudio del simbolismo egipcio, ¿qué significa el ovni?; si es un mero experimento en el montaje, ¿cómo entender los conjuros que una y otra vez se presentan en pantalla?, etcétera). Pero justo en la falla de la interpretación se encuentra la posibilidad de realizarla. Lucifer Rising no es un cofre del cual no se tiene la llave; al contrario, es un lienzo en blanco que el espectador debe pintar. Tarea a la cual, sinceramente, no estamos acostumbrados.

https://www.youtube.com/watch?v=bXSoDyzzpQI