Dos clásicos para jóvenes
Titulo: Secuestrado
Autor: Robert Louis Stevenson
Editorial: Conaculta
Lugar y Año: México, 2014.
A principios de septiembre pasado, el Fondo de Cultura Económica celebró sus 80 años de existencia y me invitaron a participar en una mesa sobre “Jóvenes, comunicación y lectura digital”. Entre las varias cosas que dije fue que los booktubers se dedicaban a recomendar casi exclusivamente best-sellers. Desde luego, no critiqué su función, que me parece interesante (usar videos en YouTube, Instagram o Vine para recomendar libros) sino el contenido, que no pudieran recomendar otro tipo de autores y se dedicaran a hablar de libros irrelevantes. Al día siguiente empezaron a lloverme insultos, críticas y todo tipo de comentarios a mi cuenta de twitter; desde luego, no contesté a la gran mayoría. Uno de los pocos comentarios sensatos que me llegaron aseguraba que los booktubers se dedicaban a recomendar “libros para jóvenes”. En los videos que vi de esos muchachos un porcentaje muy alto de los títulos que comentaban seguían siendo best-sellers, ninguno de considerada calidad literaria.
Si, como me aseguraban en ese comentario que fue de los pocos que contesté, los booktubers recomendaban libros para jóvenes, entonces ¿por qué nunca mencionaban algunos clásicos como Oliver Twist o Grandes esperanzas, de Charles Dickens; Moby Dick, de Herman Melville; Platero y yo, de Juan Ramón Jiménez? Incluso podrían hablar de la Odisea, que ya no recuerdo quién la catalogó como una novela de aventuras (seguramente por eso Borges la prefería sobre la Ilíada). ¿Y cuántos no iniciamos nuestra pasión por la lectura con El principito, de Antoine de Saint-Exupéry? Varios de esos libros se han publicado en ediciones ilustradas, aunque, claro, los booktubers preferirían que los hicieran películas. ¿Quién recuerda hoy El código Da Vinci, La chica del dragón tatuado o cualquier best-seller de temporadas pasadas? En uno de sus videos, un booktuber apenas en 2013 reconoció que ese año había leído El guardián entre el centeno y por eso lo elegía entre sus libros favoritos leídos ese año.
Para contrarrestar esa serie de lecturas insustanciales entre los jóvenes, conviene recomendar dos novelas de dos escritores considerados clásicos, aunque estas obras son las menos conocidas dentro de su vasta narrativa. La historia de la primera de ellas, El castillo de los Cárpatos, sucede en Transilvania, en el lugar donde se creo la residencia del mismísimo Conde Drácula. A diferencia de sus otras historias, Julio Verne se aleja de los temas científicos para incursionar en la fantasía y la magia al contar la historia de un pueblo que vive a la sombra de un viejo castillo abandonado al que los habitantes de esa población le adjudican infinidad de encantos. La superstición de los pobladores de Werst los llevará a una expedición hasta el castillo para confirmar, o no, los hechizos que le atribuyen; detrás de esa historia hay una más que esconde el verdadero sentido de ese castillo supuestamente encantado.
La otra novela, Secuestrado, del escocés Robert Louis Stevenson (autor de otro clásico para jóvenes, La isla del tesoro) cuenta la historia de David Balfour, quien luego de que mueren sus padres inicia una aventura que continúa con su huraño tío que lo retiene secuestrado en la vieja mansión familiar. En este caso, el trasfondo social en el que Balfour emprende su odisea es la guerra entre escoceses e ingleses y en el ambiente fantasmagórico de las Tierras Altas de Escocia —en el que supuestamente existen gnomos y otros seres fantásticos—. Ambas novelas se leen de un tirón, no sólo por sus apasionantes historias sino porque están impecablemente escritas (en este caso también traducidas), de manera que sus pocas páginas se leen rápido como si se tratara de esos voluminosos best-sellers que tanto leen y recomiendan los booktubers.