Tierra Adentro
Hortensia Gaxiola

No es secreto que existan ciudades que poco a poco se reconocen como semilleros de creadores escénicos: Querétaro, Guadalajara y Xalapa aparecen en la mente cuando de proliferación artística hablamos… pero ¿qué ocurre con aquellos estados a los cuales la suerte no les ha sonreído de igual forma?  ¿Cómo se sobrevive? ¿Cuáles son los rostros y las historias, que hacen posible que el teatro no muera en un ambiente poco propicio?

Hortensia López Gaxiola, titiritera sinaloense y miembro fundador, en  2002, de la compañía de Títeres “Filibusteros” es un claro ejemplo de amor por el escenario

Preocupada por su formación y por la situación del teatro en Culiacán, ha ido abriendo camino dónde los demás veían puertas cerradas; tanto así, que en 2010 decidió formar su propio colectivo titiritero llamado “Imaginaría Títeres”, donde escribe, construye, actúa y dirige sus propios textos.

En entrevista, Hortensia, nos platica un poco acerca de la situación del teatro en  su ciudad y de los esfuerzos que se realizan para llevar buenas propuestas al público.

IL: Cuéntanos un poco acerca del teatro en Culiacán.

H: Creo que somos muchos los interesados en promover y trabajar el teatro en Culiacán, a veces es como luchar contra la pared porque los recursos no fluyen como se espera. Se trabaja mayormente el teatro para la calle, plazuela y explanadas de escuelas. Quienes le apostamos a un teatro más íntimo, de indagación, nos encontramos con que no hay espacios para mostrarlo, que los departamentos culturales no programarán estos trabajos puesto que ellos privilegian los espacios abiertos  y un teatro “que haga reír a la multitud”.

Mostrar estos trabajos de manera independiente se vuelve imposible, por la falta de pequeños foros. Los altos costos de la renta y el uso obligado de aire acondicionado por el clima que tenemos, hace imposible la existencia de foros independientes. Además del temor de no contar con un público que asista a pagar una entrada habiendo una  oferta gratuita  constante por parte de las Instituciones Culturales.

Los pagos para los creadores locales son bajos, en 2010 el ISIC bajó el pago por función en un 40%

Acceder a un apoyo para pago de traslado, viáticos, etcétera; para salir a tomar talleres o a mostrar nuestro trabajo es imposible, la constante es: No hay dinero.

De modo que estas acciones las realizamos por un compromiso propio, por crecimiento, aplicando nuestros propios recursos, trabajando para seguir trabajando.

Hay una programación teatral y titiritera importante en Culiacán  por parte del Instituto Sinaloense de Cultura (ISIC), la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) y el Depto de Cultura del H. Ayuntamiento de Culiacán.

Muchas compañías foráneas ven a Culiacán como un gran lugar para mostrar su trabajo. Existe un programa de títeres sabatino  por parte de la UAS, Sabatíteres, con programación nacional e internacional que nos permite ver qué es lo que se está haciendo en otras latitudes y es una excelente opción para las familias Culichis. También el programa Municipal de domingos “Arte en las Riberas”  es una buena alternativa para las familias que salen a pasear  y para los creadores locales y foráneos.

En el aspecto formativo creo que hay muchas deficiencias, al menos yo no he encontrado una buena oferta, los talleres que se llegan a impartir no son los que necesito y tengo que salir en busca de ellos. A veces sí hay talleres que pudieran llegar a ser muy buenos pero son tan cortos que entiendes que sólo es formalismo, cumplir con la cuota.

Y pese a que somos muchos los interesados en la escena en Culiacán, creo que nos falta acercar al público, que el público llene las salas, que busque la programación, que no espere a que el teatro le llegue como pasa ahora, sino que tenga necesidad de él.

IL: Sabemos que el teatro de títeres no tiene la difusión que se merece. ¿Podrías decirnos cómo lo vives tú, ¿cómo es tu día a día?

H: Sí, es muy marcado el relego del teatro de títeres. A veces desde las convocatorias, puedes ver que el rubro “títeres” no existe y antes sí estaba. Entonces metes tu propuesta a donde dice teatro, dejándolo a criterio del jurado pero siempre con la vulnerabilidad de  que te digan que no era para títeres.

Incluso ves compañías que meten un poco de actuación para poder anunciarlo como TEATRO, aunque la mayor parte sea títeres. En mi caso ha sido una lucha constante por demostrar que es una profesión digna, incluso con mi familia.

IL: Háblanos un poco acerca de los talleres que impartes. ¿Cómo responde el público?

H: Estoy impartiendo ahorita un primer taller, le saqué la vuelta por muchos años. Está siendo muy placentero. Es un taller integral de teatro guiñol en la sierrita sinaloense, en el Municipio de Sinaloa de Leyva. Tengo 18 alumnos, la mayoría de ellos bibliotecarias de comunidades muy pequeñas que iniciaron el taller por una orden de su superior, sin saber bien a bien qué era, muchas de ellas con toda la apatía de que pudieran ser capaces, pero al ver terminado su primer muñeco y descubrir en  ellas mismas capacidades insospechadas están ahora muy contentas.

Es un taller de casi cuatro meses, ahorita estamos iniciando con el montaje de una obra titiritera para mostrar al público como trabajo final. Y yo misma me he descubierto de otra manera, seguramente continuaré con los talleres, me tienen muy motivada.

 

IL: Sabemos que algunas veces invitas a dramaturgos o especialistas a visitar Culiacán, en una especie de intercambio. ¿Cómo funciona? ¿De dónde obtienen los recursos?

H: Por ahora los invitados han sido titiriteros, este año inicié con este programa al que he llamado “Titiriteros de México en Sinaloa”, consiste en la invitación de un grupo mexicano de títeres que esté en Culiacán por una semana dando funciones en escuelas de manera independiente. Anterior a la invitación debo haber visto su trabajo para asegurar que llevaré un buen producto a ese público que también es mi público. El hospedaje y los alimentos son en mi casa sin ningún costo para el invitado.

Los grupos invitados son de regiones donde su trabajo es muy mal pagado, de modo que al estar ante un público escolar que paga por su boleto, ellos mismos valoren su trabajo y luchen en su región por un mejor pago tanto en las instituciones como en sus presentaciones independientes.

También se busca el espacio entre funciones para compartir conocimientos y pasear un poco. Sólo puedo invitar a un grupo por semestre porque el calor es muy agobiante y debo dejar espacio para trabajar yo misma.  No es un intercambio en tanto que yo no estoy buscando una invitación por parte de ellos aunque sí es una posibilidad. Se genera un gasto de gasolina, papelería y alimentos  que yo misma cubro, ellos cubren sólo su traslado.

La idea es buscar la movilidad de grupos, formar un público que pague por ver títeres,  pero sobre todo crear confianza en ellos mismos de que pueden tener mejores condiciones por el trabajo que realizan. La experiencia ha sido muy buena, es un esfuerzo valioso que ya se está replicando en otros estados.

Para el año próximo quisiera invitar al menos a dos talleristas, estamos muy lejos del centro del país y eso aumenta los costos, así que sería muy difícil invitarlos a dar un taller pidiendo una cuota a los alumnos, además es algo que no se acostumbra. Esperaré a la entrada de las nuevas administraciones Municipales para proponerlos, si no funciona es posible que solicite patrocinios a los negocios locales para el pago de traslado, estancia y honorarios. Esto es sólo promoción, buscar generar un interés, un acercamiento a las artes en el que ahora es un ciudadano común.


Autores
Ciudad de México, 1980. Dramaturga. Autora de Aún no recuerdo su rostro (FETA 2014). Fue Becaria de la Fundación para las Letras Mexicanas (2009-2011) y de Jóvenes Creadores, FONCA, (2008-2009). Participó en los talleres de The Royal Court of London y realizó una residencia en la misma institución en marzo del 2013. Su obra Anatomía de la Gastritis, traducida al francés por David Ferré, fue editada por la editorial Le Miroir. Ha publicado Editorial El Milagro; Los Textos de la Capilla, segunda generación; Tierra Adentro, Buena tinta y la revista Este País. Su guion Distancias Cortas fue publicado en co-edición con IMCINE y Editorial Buena tinta, en 2012.