Adiós, Rod Serling
The Changing of the Guard
Transmitido el 1 de junio de 1962
MI PATRIMONIO es este germen que fui naciendo en el tapiz dilapidado de su casa tapiz de un millón de años que después de dilatarse en hilos y heridas se hará mi padre patrimonio es el pañal de mierda henchido que dice Philip Roth limpiamos porque nos toca porque nuestros padres se convierten después de un tiempo en nuestros hijos y en patrimonio erijo la pelusa de otoño que restó en el lavabo cuando las manos que me enseñaron a rasurarme no pudieron rasurarse más solas porque nuestros padres después de un tiempo son patrimonio estos lentes de gota a cuentagotas la mirada asolada es decir dada al sol es decir mi padre al sol a quien llamaba Dada da de patrimonio las palabras y los gestos de esta última tribu nómada de sí misma que alojó el Río Ebro la calle el segundo piso de un edificio de focos epilépticos que ordeñan relámpagos y patrimonios los días que nombramos como nuestros padre e hijo cada sábado y cada domingo patrimonio en sí mismo el sol de diciembre que encalla en los espacios y los te quiero a mansalva buenos días en la sala de espera donde los desahuciados de la evolución entendieron lo que el mundo no que es preciso saludarse y amarse darse fuerza porque compartimos una cicatriz por patrimonio tengo el espagueti de mi padre capaz de tumbarnos como búfalos en la alfombra de risas es mi patrimonio saber que los fosfenos son luciérnagas que nos viven en los ojos patrimoniales los fonemas que repetía mi padre entre sueños de archiveros que crecían hacia arriba hambre sed radioterapia concéntrico patrimonio es la luz amarillenta de su cuarto y el nudo en el estómago al abrir la puerta a mi patrimonio lo veo tumbado en una cama caminando mientras su mano resguarda sus ojos de lo que quema es decir los asombra es decir les da asombro mi patrimonio es una urna en lo alto de mis libros un libro en lo alto de mis urnas el nombre de una voz que me reclama mucho más que la memoria es mi padre es el poema trampa de lo vivo es el poema me repite es el poema mi patrimonio ES LA VIDA ENTERA.
A Nice Place to Visit
Transmitido el 15 de abril de 1960
quisiera desdecir el desierto que fue esta alfombra
en color y portento parecida a un desierto
o a lo que soñamos que debe ser un desierto
desdecirlo y desbaratarlo para
borrar de sus esquinas la marca incombustible
del calentador caído que mi padre libró en su conato
aunque ese zafarse tan fácil de la muerte lo contaba entre el miedo y la añoranza
como si hubiese preferido no darse cuenta de las líneas incandescentes
en la alfombra la sucesión de horizontes ora naranjas ora marrones
sino saltarse el dibujo aquél llegar de pleno a las llamas demasiado tarde ya
para levantar el calentador y desconectarlo demasiado tarde ya
para correr al teléfono para los bomberos ya
demasiado tarde
tiempo apenas suficiente
para abrazarse a sus libros como la viejita de Fahrenheit cuatrocientoscincuentayuno
y dejarse acomodar por el fuego creciendo careciendo en el incendio desterrar
las lejanías no saber si es papel o piel lo que truena y se lamenta crecer es carecer
despedirse desprovisto sastre sin imagen del desastre. Pero no,
mi padre levantó el calentador a su destiempo y el único legado del fuego fueron
tres estrías de alfombra frita. Digo desdecir el desierto de la alfombra
porque no es esa quemadura el único epígrafe de muerte incontinuada:
lejos allá
la fata morgana del cuerpo de mi padre
al desmayarse un once de septiembre
negra cábala para derrumbe de torres y Monedas.
Mi padre no se desmayó como se desmayan quienes se desmayan
su desplome no fue el de un edificio programado en su desequilibrio
sino el de una silla a la que le falta una pata sin estruendo matemática
se desmayó perchero lleno de ropa por fin vencido
jirón en el aire estuvo y no está
[desdecir la faz
del hombre deshojado derruido
los gestos como branquias demasiado holgadas]
yo iba detrás de él
y pude tomarlo de las axilas
por eso su caída fue la de un objeto que atrapamos
al desprecio de su cuerpo
no se hincó
me hinqué yo para sostenerlo
y no reaccionaba ya al acostarse
[desdecir no reaccionaba desde sí]
y decidí insuflar el prototipo
de su muerte aire aire boca boca
rogarle que no así así no me escuchas por favor
un auxilio igual al de esos sueños donde
lo imprescindible del grito nos sale afónico y nadie escucha
este es el espacio abierto
el abismo estrábico
y nadie escucha.
desdecir las dunas deslavadas de lenguaje
cayendo cuando cae él
el apalabrado origen de nuestra
hermandad padre hijo.
desdecir también el cognado despoético
cuando des desarticulándose
es decir volviendo en sí, ojos abiertos
yo llorando
le pregunté
¿cómo estás
qué sentiste?
y descreerme cada vez que crea
saber de cierto
si respondió
uy qué susto
o
muy a gusto.
Walking Distance
Transmitido el 30 de octubre de 1959
volver
las veces en vano
en el vano de su puerta
volver entreabrir
a la rotonda de su lecho
volver a
su cabeza sin encontrarse
en la almohada
de tanto darse vueltas
dejándose las ideas
de uno a otro oído
y a mi padre volver
volviendo
de los enclaves del sueño
el mismo injusto sueño tresmesino
de la hamburguesa humeante y
la ansiedad geológica
por los huevos rancheros
que no caben en la sonda naso-yeyunal
volver a mí desde la puerta
documentando
−como si los versos pudiesen escindir
lo que duele y no incendiarlo
los delirios y las luces
de su hambre horizontal.
Time Enough at Last
Transmitido el 20 de noviembre de 1959
¿Qué más cabe en esta cama?
No ocupa ni la mitad de la habitación
aunque allí está plantada
en la alfombra germina
las hendiduras del peso de mi abuela
sola
y mi abuelo a veces
que a veces dormía en el cuarto de al lado
y el viejo peso de mi padre
y el mío
que ahora duermo en el cuarto de al lado
menguantes pedazos de pared contra pared
y ahora el nuevo peso
solo
de mi padre.
Alrededor muebles cautos como osarios montes bíblicos
ojivas nucleares para quien sepa leerlas
Sobre todo libros
unos en otros
libros sobre todo
Pero en la cama
¿qué más?
La botellita de agua
nunca la misma
el celular bajo la almohada
por si en algún momento cabe dispararle al sueño
−o tomar la llamada de un viejo amigo
pañuelos escombro
que guardan el bullicio del moco
reptando por el tubo de la sonda
o la sangre de los pulmones a los labios
(y es un secreto esto de la sangre
palabra que no dice para no asustarme,
aunque yo la descubra
todas las mañanas al sacar la basura)
una estela salitre por la senda de la sonrisa en su mejilla
y la bacinica azul
el pato que le llaman
(y es broma decirle que aquí estoy cuando la pide
chiste tonto entre la noche
y él, con ganas de orinar,
me sonríe)
Un espejo oval de marco rosa
rosa pastel
que era de mi abuela
quien todavía huele en la casa
como casi la cama
como casi la tierra toda
un poco a polvo de rubor y naftalina.
(mi padre no
él guarda el rumor de los oleajes
que navegó desde la cabina de su Dauntless en 1942
un año antes de nacer
huele a cuero, mi viejo
a libro viejo y
a chamarra de cuero)
Vuelvo al espejo de su invento
como en una película que vimos sobre Leningrado
el espejo rosa de mi padre
es mirada de francotirador
y con ella explora esta nueva geología
el archipiélago apolillado en la cobija
la botellita de agua
(a sus ojos
la misma de ayer
que no pesa ni hace ruido)
y depreda con la mano
el celular
está en la almohada
y monitorea los lentos tumultos del papel confinado
re usa algunos, se rehúsa a mezclar la baba con la sangre
O tal vez nada de esto es cierto
y apenas salgo por la puerta
la habitación vuelve a empantanarse en el silencio
y no es ya el espejo quien se asoma
sino mi padre
y se mira
frágil sin bigote
y llora
y el espejo se despereza en el suelo y
para eso los pañuelos
la bacinica
“¿pato?”
y el teléfono muy lejos.
¿Qué más cabe en esta cama?
Mi padre
y a veces un espacio para sentarme.
…
Adelanto editorial de Adiós, Rod Serling (Los libros del perro, 2023).