Tierra Adentro
Portada del álbum "Siamese dream", Smashing pumpkins, 1993. Virgin Records.
Portada del álbum “Siamese dream”, Smashing pumpkins, 1993. Virgin Records.

Han pasado 15 años desde la única vez que vi a los Samashing Pumpkins tocar en vivo, esta noche, después de todo un día de festival, estoy ansioso por verlos y escucharlos otra vez, aunque la prensa y la crítica digan que ya no suenan como antes. El clima es bastante bueno y por primera vez en mucho tiempo veo que, en su mayoría, los asistentes no se empujan ni se arremolinan hasta el frente, bajo el escenario, esta noche, el espacio personal de los espectadores parece respetarse, al menos, hasta donde alcanzo a ver.

Finamente, después de esperar un rato, Billy Corgan y compañía salen al escenario y, con una enorme Acherontia atropos en el fondo del escenario, Billy y James quienes visten de negro y blanco respectivamente, alzan las manos para enseguida tocar “Empires” y “Bullet With Butterfly Wings” que enloquece a todo el público que la canta a coro junto a la banda originaria de Chicago: The world is a vampir

Después de un leve bajón de luces, los acordes de la guitarra de Billy anuncian un clásico de clásicos: “Today” explota enseguida con la batería de Jimmy Chamberlin, con las cuerdas de James Iha y con el soporte de los demás músicos arriba de escenario. El coro es inevitable y los recuerdos comienzan a llegar…

La primera vez que los vi, fue en un festival similar al de hoy, pero en el 2008, no recuerdo bien por qué llegué tarde al escenario en el que estarían los SP, sin embargo, al oír a lo lejos la guitarra que anunciaba “Today”, corrí para tratar de alcanzar un buen lugar, había mucha gente que cantaba y gritaba a ritmo de la canción. Mi adrenalina no me dejó detenerme y esquivando y empujando a otros asistentes, llegué al frente del escenario a pocos metros de la banda, para saltar y cantar a un ritmo más frenético (o al menos esos sentí) junto a otros seguidores de la banda, esa canción que es una de mis favoritas: Today is the greatest, Day I´ve ever know, Can´t live for tomorrow, tomorrow is much too long

Esta vez, ya de más lejos, los sigo viendo con la misma emoción, ya no gritando ni saltando hasta el frente como en el 2008, ahora solo susurro la letra I´ll burn my eyesss oooout, Before I get out, y veo más atento todo lo que pasa en el escenario, las imágenes y luces que salen de él, y como los SP se mueven de un lado a otro gozando como yo de cada momento. Los años sin duda, han pasado…

Aunque en un principio los Smashing Pumpkins no me encantaron, la insistencia de mi primo por ver sus videos, escuchar sus canciones y empezar a coleccionar sus discos, hicieron que poco a poco me aficionara a ellos, en específico recuerdo una noche de viernes sin nada que hacer, viendo MTV a las 2 de la mañana, el video de la canción “Today” del disco Siamese Dream, me hizo clic en mi cabeza, difícil de olvidar.

El video empieza con un joven Billy Corgan, que trabaja como heladero, sentado leyendo un comic y a su derredor ve parejas que se besan, pero enseguida desaparecen, él las observa como añorando estar besando y acariciando a alguien (yo también quería estar así) en lugar de vender helados a niños pequeños. En el video parece ser que todo eso que ve Billy es producto de su imaginación. La historia continua con el vocalista manejando el camión de helados lejos de los suburbios, por un camino algo desértico en el cual, las parejas que se besan cada vez más intensamente siguen apareciendo. Con forme avanza, los demás integrantes de los SP, aparecen: Iha, es un ser andrógino que porta un vestido muy ad hoc de los 90, mientras D´arcy y Jimmy trabajan en una gasolinera en la cual Billy se detiene por unos momentos, todos se suben al camión con Billy para después, echarlo del mismo.

Sin ponerle atención a la letra ante mi poco inglés de esos días, la actitud de los Smashing me pareció cautivadora a mis 18 años, como de no importa lo que estés pasando todo mejorará, pero también parecía que, en ellos, mandarlo todo al diablo (como sus empleos ficticios) estaba bien. Claro está que el ritmo de la canción (una mezcla entre rock, pop y metal) también tuvo que ver en ese primer gran enamoramiento que tuve con los SP.

Días después supe lo que decía la letra, leí y vi algunas entrevistas que le hicieron a Corgan y si bien no estaba tan errado de mi primera impresión, en “Today”, Billy trató de desahogarse del entorno en el que vivía, de mostrar con un toque de ironía y melancolía, la depresión en la que estaba sumergido, pues cuándo escribió la letra, él tenía pensamientos suicidas además de que, acababa de terminar con Chris Fabian, su novia de ese entonces con la que se casaría poco tiempo después.

En esa época yo pasaba algo similar, acababa de terminar una relación sentimental y mi futuro parecía estancando, entonces, las letras que Corgan escribió en ese disco y en el venidero, fueron el refugio perfecto para aquel joven al que los días le parecían tremendamente largos.

Con el pasar de los años, Corgan dijo que en ese tema reflejó toda la depresión que sentía en esos días, pero con el tiempo, reinterpreto esa canción a un mensaje más positivo en su vida, sobre todo, le significó saber soportar la pesadumbre de los malos días.

Si bien la canción no se volvió como tal un himno de la década, sí se convirtió en uno de los sencillos y videos más recordados, además de ser un fiel reflejo (muy poético y elegante) de lo que la juventud norteamericana de los noventa pasaba ante las pocas oportunidades que la vida y su entorno les daban. Quizás por eso, bandas como Nirvana, Pearl Jam y toda esa camada del grunge, además de los SP, se volvieron tan importantes para la juventud, que más que buscar respuestas, buscaba medios para ser escuchados y visibilizados.

Y es que no solo “Today” hizo un eco tremendo en la década de los noventas, sino que, en su mayoría, todo el Siamese Dream se convirtió en uno de esos discos icónicos que se deben de escuchar de principio a fin, por su calidad lírica y musical, pero también por todo lo que rodeo a la creación del mismo.

El Siamese Dream salió a la venta un 27 de julio de 1993 y gracias a la ayuda de los videos de sus primeros dos sencillos (“Cherub Rock” y “Today”) en la rotación constante de MTV, se logró catapultar globalmente a la banda, en un nivel que no se vislumbraba del todo luego del lanzamiento de su álbum debut Gish, que era más rockero y un poco alineado al grunge que, en esos años, era lo que todo sello discográfico buscaba, y es que si bien algunas de las primeras canciones de los Pumpkins pudieran tener más riffs gruncheros, Billy se encargó de que su banda saliera de todo eso, destacando justamente por no adherirse a ese género que por el 93, estaba tratando de seguir vigente ante la caída de su figura principal, Kurt Cobain, en la depresión y las adicciones.

Los SP pronto despuntaron de otras bandas de la época, en primer lugar por ser considerados y vendidos al público y a la crítica como los nuevos Nirvana, después, por firmar con una disquera multinacional como Virgin Records, cosa que les hizo ganarse el odio y la envidia de varias de las bandas y músicos de ese entonces, quienes consideraban que, además de ser ajenos a ese primer movimiento underground fincado en Seattle, se habían vendido al firmar con dicha disquera, lo que no era muy indie o alternativo de su parte.

Aunado a eso, el impacto que tuvieron los SP al tocar el Gish ya sea abriendo conciertos (de bandas como Red Hot Chili Peppers o Guns N´ Roses) o en eventos propios ante la juventud de la época, abrumó a Corgan al ver que sus canciones generaban un impacto social importante, cosa que provocó que tuviera un bloqueo creativo a la hora de empezar a crear el segundo disco, sin dejar de lado que el baterista Chamberlin sufría una fuerte adicción a la heroína (como muchos otros músicos de entonces) y que D´arcy Wretzky y James Iha, acababan de terminar su relación amorosa.

Para resurgir de esos estancamientos tanto personales como artísticos, Corgan recurrió a Butch Vig (quien produjo discos de bandas icónicas como Nirvana, Sonic Youth, o L7), para producir nuevamente un disco de los Pumpkins. En este disco, la necesidad de crear algo diferente a todo lo que se hacía en esos años llevó a Corgan a grabar todos los instrumentos por sí mismo, a excepción de los percusivos, cosa que no agradó del todo a Iha y Wretzky pero que al final, entendieron que Billy estaba más enfocado que ellos. Sin embargo, para la prensa y el entorno artístico, eso hizo ver al vocalista y compositor como un tirano perfeccionista, acrecentando su figura como una de las principales estrellas de rock de esos años que además de componer maravillosas letras y sonidos, podía tocar en vivo, perfectos solos de guitarra que hicieron que su banda se convirtiera en una de las agrupaciones principales del rock alternativo de esos años (1993-1996).

Y es que desde la primera canción que, de igual manera, fue el primer sencillo del disco (“Cherub Rock”), Billy Corgan empieza con todo al criticar a la industria y al medio musical de EUA que se dejaba llevar por modismos que solo garantizaban dinero más no calidad. Esta canción con el tiempo, se volvió un clásico que los SP casi siempre tocan en sus conciertos.

Luego de ese par de bombas que fueron sus primeros dos sencillos, presentaron el tercero “Disarm”, que a pesar de recibir algunas censuras por algunos versos escritos por Corgan, rápidamente se volvió una de las canciones favoritas de los fans, así como de la crítica que nominó al video como uno de los mejores videos alternativos, en los MTV Music Awards de 1994. Y es que esa canción a base de guitarras acústicas, percusiones y violines, mostró la calidad sonora que los SP podían lograr, poniéndolos por encima de muchos de sus contemporáneos.

Si bien este disco, como lo dije antes, es para escucharse de principio a fin, siempre se tienen favoritas, para mí, una de las mejores canciones con más actitud y personalidad es “Quiet”, la segunda canción del disco nos presenta las primeras ráfagas de guitarras distorsionadas. En cuanto a la letra tanto críticos como fanáticos, debaten en que Billy habla de su perspectiva ante la religión, pero también, de los demonios internos que tienen las personas frente a la desesperanza de la vida. Para mí, el ritmo de heavy metal que invade toda la canción, más que la letra, es lo que la hace épica.

Otra de mis favoritas, sobre todo por su respectivo video además de ser el cuarto y último sencillo del disco, es la de “Rocket”. Musicalmente las guitarras nuevamente se distorsionan y nunca suben ni bajan de nivel, hay mucho ruido y bien podría considerarse un gran ejemplo de noise pop. En cuanto al video, podemos ver un dejo de ternura en la otra historia que se cuenta: dos niños y una niña, construyen un cohete que los llevará a ver un show los Smashing Pumpkins en otro planeta.

Esto quizás fue uno de los aciertos que los SP tuvieron, para conectar con públicos más amplios y diversos, al crear historias paralelas casi como cortometrajes de los sencillos que fueron sacando a partir del Siamese Dream hasta llegar al Machina / Machines of God, creando verdaderas obras pop como los videos de las canciones ya mencionadas, “Today” o “Disarm”, o bien, de las venideras “1979”, “Tonight Tonight” o “Ava Adore”. De igual forma, la voz de Corgan dio un giro total a los vocalistas de esos años, su voz más aguda y chillona como de tenor, se contrapuso a las de Kurt Cobain, Eddy Vedder o Chris Cornell que era más graves, como de barítonos, y que, antes de la explosión de los SP, eran los que manejaban el termómetro de la música en EUA.

Otra cosa que puso a los Pumpkins por encima de las otras bandas fueron sus solos de guitarra más extensos y ensamblados que recordaban al rock progresivo o al heavy metal, géneros que Corgan siempre puso como influencias principales a la hora de crear música y que podemos ver en canciones como “Hummer”, “Soma”, “Silverfuck” o en la grandiosa “Starla”, que no llegó a estar en el Siamese Dream pero que salió en el Pisces Iscariot en 1994, del cual se editaron canciones que tanto Billy Corgan como Butch Vig, descartaron del Siamese Dream para que fuera más contundente, pero que sin duda, dejaron fuera a canciones que bien pudieron hacerlo un disco más largo o incluso hasta doble.

Se dice que mientras se grabó y produjo este disco, los ejecutivos de Virgin fueron a supervisar lo que los SP hacían y quedaron encantados con “Today” y “Disarm”, exigiéndoles hacer más canciones así, cosa que hizo que Corgan no solo hiciera dos o tres éxitos como era regular por cada disco, sino que llenó de éxitos al Siamese Dream haciéndolo casi perfecto, colocándolo en el número 362 de “Los 500 mejores álbumes de todos los tiempos” de la revista Rolling Stone en el 2003, además de ser considerado por algunos críticos como su obra maestra aunque para mí el Mellon Collie and the Infinite Sadness es superior. Lo que sí es indudable es que como muchos dicen, Billy Corgan logró atrapar a muchos jóvenes melancólicos de los noventa que encontraron en él una voz que representaba sus más profundos sentimientos…

El concierto de esta noche está por llegar a su fin, y por el setlist han pasado grandes clásicos como “Ava Adore”, “Tonight Tonight”, “Stand Inside Your Love”, “1979”, y desde luego otro par de canciones del Siamese Dream como “Cherub Rock” y “Silverfuck”. Esta noche no tocaron “Quiet”, pero no importa, valió la pena esperar 15 años para volverlos a ver.

Recuerdo haber comprado tanto el Siamese Dream como el Mellon Collie and the Infinite Sadness, en el tianguis de chopo, obviamente los compré usados e importados, pues en ese entonces, no me alcanzó para comprarlos nuevos y las versiones mexicanas no eran tan buenas. Al revisar su estado, los clásicos libritos donde venían anotadas las canciones y los artes de los discos venían dañados, el del Siamese venia un poco maltratado, mientras que en el Mellon Collie, solo venía uno de los dos libritos que debería traer ese disco doble. Esa vez no importó pues el precio fue demasiado bueno y, además, había que tenerlos, aunque fuera de ese modo.

Re-escuchar a este grupo siempre me traerá buenos recuerdos de esa adolescencia/juventud en la que eran la banda sonora de mis días largos y monótonos, en los que terminaba relaciones sentimentales y no sabía lo que me deparaba el futuro. Siempre fue arropador sentirse triste con la voz de Corgan y la música los Smashing Pumpkins de fondo. Sí, ya no suenan ni se ven como antes y definitivamente falta D´arcy Wretzky en el escenario para que esta noche sea más brillante, pero que importa ya, hoy escuchándolos nuevamente en vivo para mi siguen siendo los mismos, aunque ya nada sea como antes…