Han pasado 15 años desde la única vez que vi a los Samashing Pumpkins tocar en vivo, esta noche, después de todo un día de festival, estoy ansioso por verlos y escucharlos otra vez, aunque la prensa y la crítica digan que ya no suenan como antes.
Cuando seamos viejos
no tendremos una casa
tampoco auto
ni la ligereza de la muerte
Pero no estés triste
estarán los amigos
y los discos de Daniel Johnston
Habrá animales cerca
que nos alegrarán
cuando estemos abatidos
También muchos libros
que sólo leeremos a la mitad
Y lo más importante
estarán nuestros cuerpos
tecnológicos y profundos
como cráteres expectantes
con fuerza para regar las plantas
sembrar verduras
y abrazarnos cuando haga frío
Primo Svevo
Hoy que Daniel Johnston está sonando en los audífonos, en los coches y en las casas a oscuras, no nos lamentemos por el genio, ni por lo desolada que se siente la humanidad; hoy que se está reproduciendo en hoteles y restaurantes de lujo, bailemos por el triunfo de la locura, porque tal vez eso es lo único que nos salvará de las grandes compañías disqueras y nos elevará con la música de los ángeles hasta desaparecer en un fondo negro.