Frente a la arquitectura porfiriana de la casona del Centro Cultural Casa del Tiempo, una manta con el rostro de Francesca Gargallo, su nombre y la frase “marcha con nosotras”.
Para lectores contemporáneos, quienes pueden analizar los años cincuenta desde un momento de la historia, en el que ya es socialmente aceptado discutir temas como los roles de género o la salud mental, quizá sea difícil dimensionar lo subversiva que fue la escritura de Sylvia Plath.