Ruta literaria en Cuévano A partir de la novela Las buenas conciencias, de Carlos Fuentes
Cuando di cuenta de una parte de los contrastes que me caracterizan, comencé a hacer más preguntas y a observar con mayor detenimiento. Evidentemente ese hábito cobró fuerza cuando me mudé de ciudad. Entre Guanajuato y Tijuana, también hay contrastes eminentemente visibles y otros no tanto. Alguna vez pensé las dos ciudades con el ejemplo de unas primas hermanas, que se ven poco, de vez en vez, pero que cuando se reúnen se divierten escandalosamente. He pensado las dos ciudades durante los últimos doce años, desde aristas opuestas y colindantes, desde contrastes sublimes hasta sincronicidades jungianas. Muchas de las veces: vasos comunicantes. Luego de un año de vivir mis fronteras, acuñé un gentilicio: tijuanajuatense irremediable.
Durante las siguientes semanas tendré la oportunidad de participar en las actividades del Festival Internacional Cervantino, así que parafraseando a don Ibar, les contaré de “la Atenas de por allá”, desde allá. Por lo pronto, en este post, comento brevemente qué andaré haciendo por los callejones, plazas y plazuelas de mi Cuévano natal.
Reza la información online: “Guanajuato se convierte en el centro de la cultura continental con la participación de 3 mil 518 artistas de 31 países en más de 540 funciones de todas las disciplinas artísticas.” ¿Cuándo, cómo y porqué? Bueno, en puerta se encuentra la cuadragésima segunda edición del Festival Internacional Cervantino. Del 9 al 27 de octubre, una vez más, Guanajuato celebra a las artes. En esta ocasión, los invitados de honor son Uruguay y Puebla. El Festival tendrá por primera vez dos ejes temáticos: El arte de la libertad (dedicado a artistas de diferentes disciplinas y épocas, que a través de sus obras enfrentaron o han enfrentado a la violencia, la injusticia, al miedo, o a la discriminación), y en el segundo eje, el Festival celebra el bicentenario del nacimiento de Verdi y Wagner. Sobre esto y las múltiples novedades de esta emisión comentaré luego. Ahora quiero describir un poco, específicamente, sobre la ruta literaria que realizaré durante los fines de semana. Para ello, y para la prensa, escribí el siguiente texto:
Una ciudad también es un espejo. Topografía, espacios, intersticios, lugares cerrados o abiertos: una ventana. Esta ruta literaria tiene la intención de caminar una parte de la ciudad de Guanajuato, de la mano de Jaime Ceballos, el personaje principal de la novela titulada “Las buenas conciencias” escrita por Carlos Fuentes. Conocer la arquitectura, los callejones, las plazas que el joven Ceballos narra durante los trayectos de una de las novelas más interesantes y no tan comentadas de la literatura nacional del siglo XX. Conocer también una manera de pensar y hacer a partir de los preceptos y las tradiciones, en una sociedad que hoy por hoy sigue tratando de revelarse.
¿Ha escuchado el viento que sopla por la plazuela de San Roque a eso de las 11:00 de la noche? ¿Ha visto de cerca las costillas del Cristo del Templo de La Compañía? ¿Ha tenido usted que cambiar, dejar, modificar un acontecimiento parteaguas en su vida, sólo por atender al “qué dirán”? Jaime Ceballos escuchó, vio y tuvo entonces revelaciones. Venga, acérquese. Le invito a caminar —y conversar— con él y conmigo los curiosos vericuetos en la ciudad donde la paradoja y la ironía a pesar de todo han aprendido a llevarse bien.
Como ya está anunciado, este será el itinerario, lo transcribo aquí un poquitillo más desglosado:
1. Inicio en la plaza de San Roque.
2. Observación exterior de la casa principal, sede de la familia de Jaime Ceballos, en la novela.
3. Descripciones de casa y plazuela.
4. Bajar hacia el Jardín Morelos y subir por callejón de Cañitos hacia la Alhóndiga.
5. Caminar calle de Galarza hacia la Alhóndiga.
6. Entrar a ver exclusivamente las pinturas de Hermenegildo Bustos.
7. Salir y caminar de regreso por calle de Galarza hacia calle de Positos.
8. Comentar la casa de Diego Rivera.
9. Llegar a la Universidad. Subir escaleras, señalar desde ahí Pípila, Panteón Municipal, Teatro Juárez y cúpula del Templo de la Compañía.
10. Bajar y llegar al Templo de la Compañía, observar al cristo. (Costillas, uñas, cabello.)
11. Salir y caminar hacia plazuela del Baratillo subir callejón de la Cabecita hacia plazuela de Mexiamora y pasar por callejón de Perros Muertos.
12. Bajar y comentar el callejón del Hinojo. Continuar por cantarranas hacia el Jardín de la Unión. Señalar el antiguo casino.
13. Comentar Teatro Juárez y templo de San Diego.
14. Caminar de regreso por calle de Alonso subir por callejón de la Estrella y salir a Plaza de la Paz. Comentar el antiguo Palacio de Gobierno.
15. Bajar calle Juárez pasando por plazuela de Los Ángeles, comentar las señales de la gran inundación de 1905.
16. Caminar hacia el callejón de Saavedra que entra por la parte de atrás de las escalinatas ubicadas en la plazuela de San Roque.
17. Llegar a la casa. Fin de la ruta.
En algunos de estos sitios nos detendremos a leer ciertos pasajes de la novela y serán comentados algunos lugares por los que pasemos durante la ruta. La importancia de un recorrido de esta naturaleza considero que es acercar al público en general a la literatura, a partir de una novela basada en un cuestionamiento crítico, que narra contextos, formas y tradiciones de la sociedad del centro de México, a través de la historia.
Se trata de una aproximación, un recorrido que atiende a los sentidos, las percepciones, la posibilidad de lo cotidiano a través de un espacio geográfico. Participar de la obra literaria y sus reflexiones e imaginerías de una manera palpable, in situ.
La ruta literaria basada en la novela Las buenas conciencias, de Carlos Fuentes, se llevará a cabo los sábados y domingos en un horario de 10:00 y 14:00 horas, será por supuesto, entrada libre.