Poesía sueca joven: Burcu Sahin
En Tierra Adentro, los lunes de septiembre se dedicarán a indagar en las poéticas suecas a través de cinco mujeres, traducidas todas por Petronella Zetterlund. Hoy incluimos aquí la primera entrega, poemas de Burcu Sahin, así como el texto introductorio que Petronella da al proyecto entero. Los poemas en el sueco original se encuentran al final de la página.
Poesía sueca joven en un contexto mexicano – algunos apuntes acerca de la traducción
por Petronella Zetterlund
La selección de las cinco poetas suecas jóvenes que aquí se presentan –Burcu Sahin, Martina Moliis-Mellberg, Iman Mohammed, Linn Hansén y Matilda Södergran– no pretende ser representativa ni canónica, aunque varias de las poetas que aquí se presentan han sido premiadas y tienen ya una posición en la vida literaria sueca. Para mí representan algo de la diversidad de la poesía joven de la lengua sueca; las poetas tienen 35 cinco años o menos y provienen de dos países: Suecia y Finlandia y, aunque distintas entre ellas, cada una con una poética y un universo artístico muy propio, la perspectiva desde la que escriben las une: de alguna manera u otra representa lo fronterizo y usan el lenguaje como método para criticar discursos hegemónicos. Como generalmente pasa con los traductores de obras literarias de comunidades lingüísticas chicas –somos unos 10 millones de sueco-hablantes en el mundo, la mayoría repartida entre Suecia y Finlandia–, asumo el papel de introductora de literatura sueca en México. Debido a que la poesía sueca es tan poco conocida, nos toca a los traductores darla a conocer. Así, traduzco lo que a mí me gusta –y por el gusto de traducir.
Como maestra en literatura hispánica con una tesis sobre la poesía de Octavio Paz, con los años me he dado cuenta de que mi actitud como traductora está fuertemente arraigada y tiene su origen en la teoría de Paz sobre la traducción como re-creación. Mi objetivo principal y final de la traducción es crear de un poema existente el mejor texto posible en la lengua meta. ¿Cómo? Depende mucho del carácter del texto original y de cuáles sean las razones por las que elijo traducir un texto u otro. En el caso de las cinco poetas suecas que se presentarán a lo largo de este mes, las he traducido no solo porque son poetas interesantes en el ámbito de la literatura sueca sino también porque creo que pueden “llenar huecos” en la poesía mexicana, es decir, que presentan una voz, una temática o una experiencia distinta, o que esa voz, esa temática o experiencia se expresa con recursos poco frecuentes en la poesía mexicana actual.
En los poemas de Burcu Sahin no hay palabras difíciles –aunque hay algunas palabras en árabe–, ni figuras retóricas complejas y las unidades sintácticas coinciden con los versos. Es una poesía para crear comunión con los hermanos sin voz del suburbio, ha dicho Sahin, y para presentar una experiencia –la de los inmigrantes de los suburbios–, que hasta el momento no había existido en la poesía sueca. Los poemas de la primera suite titulada “Asfalto” están alineados a la izquierda, con algunos pocos versos separados hacia la derecha con un espacio en blanco, casi como si Sahin intentara que la vida de los inmigrantes de los suburbios –por lo general barrios construidos en los sesentas con enormes bloques de departamentos y estacionamientos pavimentados: el asfalto– se justificara a la izquierda igual que la escritura del sueco, como la lengua del poder y la hegemonía. Pero su experiencia, o la de su familia y del barrio, no se deja justificar del todo según lo occidental, sino algunos versos significativos se escapan hacia la derecha y uno está justificado a la derecha: “un lugar interior sin tocar”. Es un verso que habla de lo que cada uno lleva adentro o la identidad que no ha tenido que adaptarse a las reglas de una nueva sociedad; la libertad de ser quién eres. En la suite “Hila, hermanita”, las sílabas son puntos; los versos, hilos en el telar. Los poemas son telas que, a través de la disposición de las letras sobre el fondo blanco, narran la historia de las mujeres que se reúnen en la sala para coser y chismear, o las que trabajan en maquiladoras para mantener a sus familias. A lo largo del libro Broderier, el deslizamiento y la yuxtaposición de algunos versos sobre el blanco de la página también representan el movimiento, la migración y el conflicto, que tejen y se entrelazan para formar un texto-bordado cambiante que apunta a algo nuevo. A la hora de traducir los poemas de Sahin era claro que la disposición de las palabras, de las sílabas, sobre la página es algo a lo que yo no podía renunciar. Además de la disposición de los textos, me concentré en traducir el sentido de los versos y el reto más grande han sido las palabras –algunas muy técnicas– relacionados con el telar y el bordado, ya que lamentablemente no comparto esa tradición con la autora.
Al igual que los poemas de Sahin, el poema de Martina Moliis-Mellberg no contiene palabras complejas y las unidades sintácticas coinciden con los versos. La disposición del poema “rojo, muerto”, sin embargo, sigue más bien la intercalación de capítulos o párrafos de una novela: la focalización en el Mar Rojo y el Mar Muerto se van tornando. En el poema de Moliis-Mellberg, la re-creación en español de la acción lingüística como tal (la construcción de personajes) y el ritmo de las secuencias entre palabras y versos –se lee casi como al paso de un compás (lo cuál se refleja tipográficamente con el punto final de cada verso)– es el principal enfoque para la traducción. Lograr la aparente sencillez del lenguaje de Mollis-Mellberg, donde la personificación de los dos mares se crea con un estilo coloquial, lleno de ironía y humor que nos permite reconocer a cualquier amigo, familiar o político, no es tarea fácil.
Muy a diferencia de Sahin y Moliis-Mellberg, en los poemas breves de Iman Mohammed, las secuencias de los sonidos de las palabras y de las imágenes y los encabalgamientos son –con una imagen de la misma poeta– la “columna vertebral” del ambiente que se crea. Una gran mayoría de los versos de Mohammed son enumeraciones, frases impersonales aparentemente inconexas acumuladas, pero donde la construcción de las imágenes, la relación asociativa entre una imagen y otra y los encabalgamientos son creados con mucho cuidado: “Corto pan en medio de la noche, las partículas de las estrellas distribuidas. Mis pies / inestables sobre el piso. Existimos en una bola que flota en un mar / negro.” El encabalgamiento es el reto más grande a la hora de traducir al español debido a que la sintaxis del sueco y del español permiten construcciones distintas. El hecho de que en el sueco el adjetivo va antepuesto al sustantivo, hace que se tenga que crear otro efecto en la versión en español. En el poema citado arriba, el último verso de la versión original sueca consta de la palabra “mar”, mientras que, en la versión español, la palabra “negro” constituye el último verso. Así, el segundo verso de la versión sueca termina con la imagen de una “bola que flota en lo negro” mientras que en español la misma imagen versa “una bola que flota en un mar”. El efecto de sorpresa o de intensificación es distinto entre el encabalgamiento “negro” y “mar” aunque los dos funcionan como poemas.
Los poemas de Linn Hansén carecen casi por completo de un sujeto personal, y, en su lugar, construyen una crítica absurda contra la historiografía y los conceptos prestablecidos, es decir, la manera en que el ser humano tiende a dar preferencia a lo clasificable y lo lineal a costa de la experiencia humana: “Esto es historia muchos han muerto. / Ella es herrera está en una herrería. / Esto es política va a tomar tiempo. / Esto es calidad lo compramos.” En el caso de Hansén, los desafíos de la traducción han sido dos: primero, representar de manera auténtica los versos que parecen recortados de libros de escuela, exámenes de historia o los que son simples enunciados afirmativos o interrogativos en un lenguaje coloquial: “¿Cómo motivó el zar Nicolás su guerra contra el Imperio otomano? / ¿De qué modo se explica el crecimiento demográfico? / ¿Qué implica la teoría de la virulencia de parásitos?”; segundo, lograr construcciones legibles de las secuencias sin puntuación –un recurso que enfatiza lo absurdo del discurso creado y que realza la crítica del orden establecido: “Qué es historia esta es su historia ella llevaba pantalones. / Qué es historia ella compartía sus cosas es generoso pero / será historia.”
En una entrevista reciente, Matilda Södergran dijo que el hilo conductor que corre a través de sus cinco libros es el tono –no un tema o una ideología– y que inicia su proceso de escritura con la palabra. No estaba consciente de esto al traducir los poemas de Södergran, pero al escuchar la charla con la poeta en la radio, me di cuenta de que mi proceso de traducción había sido parecido. Södergran juega con el sonido y el significado de algunas palabras claves alrededor de las cuales construye los poemas breves, aforísticos, con ese tono muy particular que vacila entre lo patético, lo irónico y lo violento. Así que hice la traducción a partir de las palabras clave para encontrar la manera de repetir el juego entre sentido y sonido, o en caso de que sea imposible, resolverlo de otra manera, para de ahí enfocar en el tono: “El consuelo en perderlo todo. / Así dicen. / No se puede / armar de paciencia a otra persona.” En este poema las palabras claves son “consuelo” –palabra recurrente en el libro Maror (ett sätt åt dig), 2012, de donde provienen los poemas–, trösten, y “paciencia”, tåls, las cuales están yuxtapuestos en el inicio y el final del poema. No se ha podido repetir la rima consonántica que inician las dos palabras suecas, pero he intentado mantener un juego de asonancias y rimas consonánticas a lo largo del poema, por ejemplo, en los últimos dos versos con la repetición del sonido consonántico de la “p” y los vocálicos de la “e” y la “a”: “No se puede / armar de paciencia a otra persona.”
En los poemas que aquí se presentan, se puede vislumbrar la herencia de la vanguardia sueca, el llamado “materialismo del lenguaje” (språkmaterialismen), que rompe con una tendencia lírica de la poesía para convertir el lenguaje en el aspecto más importante del poema. Todavía en la poesía sueca actual hay una preocupación muy grande por el lenguaje, no en el sentido de virtuosismo, sino como medio para una crítica a discursos dominantes. Incluso la poeta más lírica de las cinco, Matilda Södergran, parte del trabajo con el lenguaje al crear sus poemas que abarcan cuestiones de las relaciones interhumanas, entre ser humano y naturaleza, y entre cuerpo e intelecto, vida y muerte. Como traductora, me atrae mucho el reto de trabajar con textos donde el lenguaje mismo es el protagonista, y es precisamente lo que se llama “lo intraducible” lo que me invita a re-crear estos poemas. El acto de la traducción como tal es una imposibilidad, pero –con una actitud pragmática– creo que la re-creación, libre o no, de un texto existente –de las ideas, las experiencias, la crítica que formula– es un gesto estético e ideológico que merece la pena.
Burcu Sahin
Poemas tomados de Broderier (2017, ’Bordados’)
El asfalto
*
jamás comiste del pan de mi padre
pero lo cebaste
durante muchos años
hedor color púrpura
gas de escape basura
la memoria de la palma de la mano
endurece la piel
*
estamos sentadas en la mesa de la cocina
no cuentas de la mujer
que perdió
su único hijo
nadie escoge su propio nombre
nadie recuerda al hijo después de que envejezca
*
el olor a tierra se libera de la lluvia
cuando el calor se siente más cruel
yo me olvido de que también tú
eres una hija
*
tú tomas los anillos de abuela
colocas los dedos
la plata los zircones
cuando te das vueltas por la noche crees que las manos de ella
siguen tocando tu cabello
*
crepúsculo querida hermana
las gaviotas circulan sobre el balcón
aunque no estamos cerca
del mar
no sabemos
quién educa a quién
heredamos telas pesadas de color turquesa
una máquina de coser
agujas de gancho ovillos desteñidos
la espalda como debilidad, defensa
no puedes remendar tu dolor
*
las alamedas verdeantes
el rascacielos la autopista
los años en el asfalto
no existe ninguna palabra
para el hijo
que carga
a su madre
*
hay libros que no nos enseñas a leer
pero durante el ayuno
anulas el hambre
una basmala callada
*
ruega por mí hafiza
en la oración el corazón es puro
abierto
los versos
resucitan
las bocinas del alminar
mujeres reuniéndose
en el piso de la sala para el sermón
lavado de codos
pies
*
yo te pregunto
quién tiene derecho de ser injusto
al fin
tú respondes
las madres o nadie
*
cuando por fin regresas del trabajo
pongo mi mano
debajo de tu mejilla
*
el corazón la bifurcación de los nervios
un lugar adentro sin tocar
lo que se nos pone en las manos
con el tiempo se nos quita
yo usaré mis manos para
masajear la nuca de mi madre
tomarle la mano a mi hermana
*
los días entre dos
troncos
paredes suavemente amarillentas por el humo de cigarros
las rasguñamos
o besamos
*
los edificios asemejan bloques de concreto
cemento los cuerpos se ponen rígidos
el asfalto un lugar donde arraigarse
*
flores plástico hojas
una corona de dientes de león
un ramo
la espalda cubre
la noche
*
las raíces son gruesas
parecen acusaciones
las ramas más jóvenes son taladas
caen bajo las órdenes
de las madres
las raíces se extienden
se bifurcan como las líneas
en las plantas de tus pies
son documentadas
para libros todavía por escribir
donde la raíz es talada
crecen hilos
Hila, hermanita
hombro la rosa de nuevo
el final de la noche bordados
plantas de tabaco rojas florecen
manos hechas de golpes y caricias
pinchazos de agujas el tejido de dolor
la historia
afilo la hoja de un cuchillo la envuelvo en mi pelo
vértebra collar
madre
rosa
cuelgan los hilos
pesados brillando de oro
narraciones en los puntos
las noches que pasamos en vela
escuchando a los mayores
abuela da la vuelta a la tela
este es el revés ininteligible
yo entrego el poema
manchado como tu espalda
tú no quieres recordar
pero te digo que estás orgullosa de mí
yo he creado un principio
igual de hermoso
que los dobladillos y los bordes de encaje
voy a través de l-a-c-o-s-t-u-r-a
bobinas de hilo de seda están formadas como objetos
diecisiete costureras / veintiuna sillas
no, ciento cuarenta y cinco costureras
bobinadoras tejedoras
la cadena de las tarjetas perforadas la velocidad del telar
ustedes han creado una lengua con las manos
devanan los hilos de la vida
tirando de una palanca
hacen que la lanzadera corra
a través de la urdimbre partida la calada
con el peine rígido se golpea los hilos de la trama
hasta que formen una espesura pareja
someter a presión los matices
en la superficie de la tela efecto muaré
el sistema del hilado
1. se sujeta en el telar la urdimbre
2. entre la urdimbre hilos
hojas de morera huevos de mariposa
ya crecida la larva empieza a hilar su capullo
el hilo de seda se fabrica de una secreción
que se produce en las glándulas de seda de la larva
si una larva se inquieta
deja de hilar y pronto muere
apretura / deshilamiento
el grosor de la seda el número de hilos
salario a destajo
salario por hora
salario semanal
lo que se expulsa de mí
bordados
las manos que trabajan
por nosotras
espaldas que cargan
por nosotras
p-e-r-l-a
h-i-l-o
yo paso el hilo a través de
la cama de dosel
caoba
encaje
yo las persigo en el poema
me quedo despierta esperando
que terminen los turnos de noche
hilado de seda
el hombro y la rosa de nuevo
nadie se dio cuenta de cómo empezó
nadie se imagina cómo termina
s-i-n c-o-s-t-u-r-a-s
el hilo a través de
corto una pieza de tela completamente nueva
raíces a cielo abierto
crecer en el tejido
buenos años para las rosas
si el anhelo tiene pétalos
tejer en el tejido
amarrar bien el nudo
en el bordado
desatar el nudo
me inscribo en la pieza desgarrada
los gusanos de seda se arrastran
sobre las moras
en medio de la soledad
capullo
seda cruda
la historia está llena de hijas
que piden perdón
sin disculparse
la historia está llena de madres
de disculpas
pero no de perdón
en la realidad no hay reconciliación
tal vez en el poema
en el poema no hay reconciliación
tal vez en la realidad
nos encontramos
donde termina el tejido
Asfalten
du åt aldrig av min pappas bröd
men du gödde honom
i många år
purpurfärgad stank
avgas sopor
handflatans minne
härdar huden
vi sitter runt köksbordet
du berättar om kvinnan
som förlorat
sitt enda barn
ingen väljer sitt eget namn
ingen minns barnet när det åldrats
jorddoften bryter ut ur regnet
när hettan är som grymmast
jag glömmer att också du
är dotter
du tar mormors ringar
trär fingrarna
silvret zirkonerna
när du vänder dig i natten tror du att hennes händer
är kvar i ditt hår
skymning syster
måsar flyger över balkongen
trots att vi inte är nära
havet
vi vet inte
vem som fostrar vem
vi ärver tunga tyger i turkos
en symaskin
virknålar blekta garnnystan
ryggen som sårbarhet, skydd
du kan inte laga din sorg
de grönskande alléerna
höghuset motorvägen
åren i asfalten
det finns inget ord
för ett barn
som bär
på sin mor
det finns böcker du inte lär oss läsa
men under fastan
bryter du hungern
ett tyst bismillah
be för mig hafiza
i bönen är hjärtat rent
öppet
verserna
återuppstår
minaretens högtalarfunktion
kvinnor som samlas
på vardagsrumsgolvet för predikan
tvagning av armbågar
fötter
jag frågar dig
vem får vara orättvis
i slutändan
du svarar
mödrar eller ingen
när du äntligen kommit hem från jobbet
lägger jag min hand
under din kind
hjärta nervernas förgreningar
en orörd plats inuti
det som läggs i våra händer
ska så småningom tas ifrån oss
jag ska använda mina händer till
att massera min mammas nacke
hålla min systers hand
dagar mellan två
stammar
väggar blekt gula av cigarettrök
vi river
eller kysser dem
husen liknar betongblock
cement kroppar stelnar
asfalten en plats att rota sig
blommor plast löv
krans av maskros
bukett
ryggtavlan skymmer
natt
rötterna är kraftiga
liknar anklagelser
de yngsta grenarna kapas
faller under mödrarnas
befallningar
rötterna sprider sig
förgrenas likt linjerna
i dina fotsulor
dokumenteras
inför ännu oskrivna böcker
där roten kapas
växer trådar ut
Sy, syster
skuldra rosen igen
nattens ände broderier
röda tobaksblommor växer
händer av slag och smekningar
punkteringar från nålar väven av smärta
historia
jag vässar ett knivblad lindar in det i håret
ryggkota radband
mor
ros
trådar hänger
guldskimrande tyngda
berättelser i stygnen
nätterna vi sitter uppe
lyssnar på de äldre
mormor vänder tygstycket
det här är den obegripliga baksidan
jag överlämnar dikten
befläckad som din rygg
du vill inte minnas
men jag säger att jag gör dig stolt
jag har uppfunnit en början
lika vacker
som fållar och spetskanter
jag gå genom s-ö-m-n-a-d-e-n
silkesspolar står uppställda som ting
sjutton sömmerskor / tjugoen stolar
nej hundrafyrtiofem sömmerskor
spolerskor väverskor
hålkortskedjan inslagshastigheten
ni har uppfunnit ett språk med händerna
spinner på livets trådar
genom att dra i ett handtag
får ni skytteln att löpa
genom den delade varpen skälet
med slagbommen slår man samman inslagen
till en jämn täthet
pressar skiftningar
in i tygets yta moarerar
garnsystemet
1. spänns upp i vävstolen varpen
2. mellan varpen trådar
mullbärsblad fjärilsägg
när larven är fullvuxen börjar den spinna sin kokong
silkestråden bildas av ett sekret
som avsöndras i larvens stora spinnkörtlar
om en larv blir oroad
slutar de spinna och dör snart
tätning / lösgöring
silkets grovlek trådarnas antal
ackordlön
timlön
veckolön
det som drivs ut ur mig
broderier
händerna som arbetar
för oss
ryggar som bär
för oss
p-ä-r-l-a t-r-å-d
jag trär tråden igenom
himmelsäng
mahogny
spets
jag jagar er i dikten
sitter uppe och väntar
på nattskiftens slut
silkesspinn
skuldra och rosen igen
ingen märkte hur de började
ingen anar hur det slutar
s-ö-m-l-ö-s
tråden igenom
skär till ett alldeles nytt stycke
rötter ovan jord
väx upp i väven
rosår
om längtan har blad
väv i väv
knyt knuten väl
i broderi
knyt knuten upp
jag skriver mig in i det sönderslitna stycket
silkesmaskar krälar
över mullbär
mitt i ensamheten
kokong
råsilke
historien är full av döttrar
som ber om förlåtelse
utan att be om ursäkt
historien är full av mödrar
av ursäkter
men inte at förlåtelse
det finns ingen försoning i verkligheten
kanske i dikten
det finns ingen försoning i dikten
kanske i verkligheten
träffas vi
där väven tar slut