Tierra Adentro

Titulo: Íntegra

Autor: Gonzalo Rojas

Editorial: Fondo de Cultura Económica

Lugar y Año: México, 2012

Editor: Fabienne Bradu

Páginas: 961

La obra poética del chileno Gonzalo Rojas (Lebu, Chile, 20 de diciembre de 1916- Santiago de Chile, 25 de abril de 2011), por fortuna, ha sido muy publicada y por lo tanto es bien conocida en el mundo de habla hispana. Las ediciones de sus libros y antologías han circulado con bastante éxito; pienso particularmente en Antología de aire (Fondo de Cultura Económica, 1995), publicada originalmente en Chile pero que llegó hasta nuestro país; y también en Del zumbido (Fondo de Cultura Económica, 2004), una bella edición en tres tomos que organiza su poesía temáticamente, y en Duotto. Canto a dos voces (Fondo de Cultura Económica, 2005). ¿Por qué, entonces, publicar su obra poética “íntegra”? ¿Cuál es el sentido de este nuevo libro?

Ahora bien, lo que se ha dicho entorno a su obra también ha sido abundante. Por ejemplo, el poeta uruguayo radicado en México, Eduardo Milán, dice: “la poesía de Gonzalo Rojas es un híbrido, un híbrido de hablas. Esto último tiene, por lo menos, dos aspectos. El primero es el aspecto del híbrido especial entre la mímesis del habla cotidiana y el lenguaje de la poesía de invención” (en Antología de aire). Por su parte, Adolfo Castañón en la ya mencionada Del zumbido, escribió: “En Gonzalo Rojas –ya se ha dicho– la oralidad no es gesto sino además imperativo e impulsivo del ahogado que busca el aire. Puede haber desde luego, en la raíz de este ademán –que no aspaviento–, una causa digamos clínica, pero más allá y más acá de esa motivación casi diríase superficial, corre una comprensión del combate que ha de sostener el poeta contra el idioma lapidario, contra la esclerosis, contra los despojos nauseabundos de la elocuencia que lo llevan desde muy temprano a cortarse la lengua y a decirla entrecortada”. ¿Qué más se puede decir? ¿La reunión de la poesía de Rojas cambiaría radicalmente la opinión que se tiene de su obra?

Para empezar con las respuestas, hay que decir que nunca es suficiente todo lo que se haga para difundir la obra de un poeta de la altura de Gonzalo Rojas, o lo que es lo mismo, siempre hay que volverla a poner en circulación, al alcance del mayor número de lectores. Su lectura les será deslumbrante, sorpresiva. Sin embargo, Bradu hace una atinada observación: “muy escasos son los lectores que tienen en su biblioteca la totalidad de los libros del chileno, y cantidad de sus poemas habían caído en desgracia o en la sombra del olvido”. Por esa razón se hacía necesaria la reunión de toda su poesía por mucho que fuera conocida. Después de leer Íntegra, la visión que tendrá el lector sobre la poesía de Rojas, entonces, será más amplia, más completa.

Por otra parte, Rojas, según dice Bradu en la presentación, “siempre sostuvo que escribiría un solo libro en su vida: éste, que es la suma de todos sus poemas y, al mismo tiempo, el único de su autoría que él no conoció”. Íntegra es, pues, un solo libro con todos sus poemas, los publicados en libros y, al final del tomo, los dispersos que nunca fueron recogidos en libro y los inéditos (por ejemplo, el poema con el que ganó los Juegos Florales de Iquique en 1935, que puede considerarse su primer poema publicado y que firmó con su nombre completo: Gonzalo Mario Rojas Pizarro). Al pie de cada uno de los poemas viene una nota de Bradu sobre el origen del poema (la mayoría de los papeles privados del poeta), dónde fue publicado (si en revista, en libro o no fue recogido o era inédito), un breve comentario gozoso de Rojas sobre el poema en cuestión o simplemente la fecha en que fue escrito.

Así, pues, más que cambiar la opinión que se tiene de la obra de Rojas, Íntegra confirma muchas de las que la han elogiado, como las de Milán y Castañón. A ellas y otras se une la de Bradu, quien dice con respecto al título general del libro pero ampara a toda la poesía del chileno: “La escogí sobre todo por ser una palabra esdrújula y porque, a mi juicio, su bisemia encierra las connotaciones apropiadas para sellar la obra de Gonzalo Rojas: una poesía honrada, recta, proba, que no transige con ningún otro ámbito ni compromiso ajeno a ella misma”. Desde luego, cada lector encontrará distintas virtudes en esta poesía rica en lenguaje, en temas, en imágenes. Una obra poética sólida que les será cercana, muy familiar, porque no pocas veces les parecerá que les habla algún amigo, un viejo juglar que les quiere contar una ingeniosa historia. Rojas era un poeta cercano a la gente, encantaba a sus oyentes y desechó el mito de que la poesía es un género elevado que pocos entienden y al que pocos tienen acceso.

Alguna vez, el propio Gonzalo Rojas tan sólo reconoció en su poesía como suyas “11 líneas, ¿no basta? Lo demás es pura oralidad en estado salvaje, pero –eso sí– no fárrago. Ni memorias, oyentes míos, ni para qué decir obras completas. No haya corrupción”.

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