La muerte de Alfredo Stroessner, el Homelander de América Latina
The Boys es la serie basada en el cómic del mismo nombre escrita por Garth Ennis y Darick Robertson. Ha ganado la fama de representar periodos de la historia de Estados Unidos más controversiales como el atentado del 11 de septiembre de 2001 (11-S), o la polarización social entre grupos de ultraderecha y sectores liberales.
Por su puesto, uno de los elementos que resalta la adaptación es la intervención que E.U. ha ejercido en el continente por medio de la fuerza militar. Para lograr este objetivo hay una serie de pasos que conforman un plan aún más grande de dominio. Un entramado tan complejo requiere un hábil estratega, en el caso de la serie es Homelander: la parodia de Superman con fuertes impulsos sádicos y narcisistas.
El objetivo de este personaje es hacerse con el control de los poderes del estado en aquel país. Después, planear gozar del imperialismo de E.U. en otras naciones. Homelander también busca someter a la raza humana a su voluntad, mientras la protege porque la considera inferior a él y vulnerable a otra ideología diferente a la suya.
La Doctrina de Seguridad Nacional
Homelander justifica sus acciones con la seguridad que solo él puede brindar mediante la fuerza. Esta filosofía es representada de forma caricaturesca en la adaptación televisiva, pero tiene su origen en una corriente real: la Doctrina de Seguridad Nacional, basada en la necesidad de proteger los estados democráticos mediante tácticas de contrainsurgencia como la lucha antiguerrillera, la infiltración y técnicas de interrogatorio.
Los métodos de esta doctrina fueron ideados en Estados Unidos. Durante las décadas de 1970 y finales de 1980 se adoptaron por gran parte de los ejércitos latinoamericanos que instauraron regímenes militares en los países de Sudamérica, según la Biblioteca Nacional de Chile.
Entre los generales que tomaron la presidencia en distintos países, sobresale el dictador paraguayo Alfredo Stroessner, quien falleció el 16 de agosto de 2006. El hombre fue pieza clave en la coordinación de un plan en América Latina para militarizar la región y expandir la hegemonía de Estados Unidos, con su ideología capitalista contra el bloque comunista.
Stroessner, al igual que Homelander, se erigió en el centro de una operación compleja y representó la hegemonía norteamericana hasta su último día en la presidencia de Paraguay. Otra coincidencia entre ellos es su personalidad tiránica, con la cual justifican su control sobre una población basado en la brutalidad.
Aunque el dictador abandonó Paraguay tras su derrocamiento y se instaló en Brasil, donde murió a los 93 años de edad. Su régimen de terror, corrupción y violencia dejó cicatrices profundas en la sociedad.
El camino al ascenso de Alfredo Stroessner
Alfredo Stroessner, nacido el 3 de noviembre de 1912, fue un militar que dejó una huella oscura en la historia de Paraguay. Hijo de un inmigrante alemán, desde joven se unió al ejército. A los 39 años, fue nombrado comandante en jefe de las Fuerzas Armadas del país. Su ascenso al poder llegó en 1954, cuando lideró un golpe de Estado que derrocó al presidente Federico Chaves. Fue jurado por la junta militar como el primer mandatario de la nación el 15 de agosto de ese mismo año.
Una vez en el poder, el régimen de Stroessner se basó en una estructura denominada la “trilogía”, una alianza entre el gobierno, el Partido Colorado y las Fuerzas Armadas para ejercer un control absoluto sobre el Estado y la sociedad. Esta alianza aseguró su permanencia en el poder, por medio de elecciones amañadas y votaciones abrumadoras a su favor, de acuerdo con Telesur.
Para sostener una ilusión de legitimidad, Stroessner construyó un culto a su figura, se presentaba como un gran patriota y heredero de las virtudes del fundador del Partido Colorado1. Este elemento también forma parte de las similitudes compartidas con su homólogo ficticio Homelander, quien se asume como la imagen heroica de Estados Unidos y los ideales de justicia que quieren implementar en el mundo.
Homelader, al representar su papel ante su país, ha llegado asesinar con brutalidad a personas inocentes en represalia por un ataque de falsa bandera que él mismo ocasionó. El sentimiento patriota que proyecta también lo legitima ante sus seguidores como un ángel de la libertad y la justicia.
Sin embargo, las redes que sostienen su poder se basan en el abuso de los civiles de su país, quienes son vistos como carne de cañón. En cada acción heróica de Homelander hay miles de muertes atribuidas a su brutalidad, la herramienta con la que domina tanto a otros superhumanos como a las personas que visibilizan su crueldad.
El oscuro mundo del contrabando y la explotación sexual
Yo soy Homelander, y hago lo que putas quiero.
Homelander
Una de las principales fuentes de ingresos durante la dictadura de Stroessner fue el contrabando, que se favorecía por la estratégica ubicación geográfica de Paraguay con Brasil, Argentina y Bolivia. El dictador utilizó parte de estos ingresos, así como de obras de infraestructura y la entrega de tierras, para comprar la lealtad de sus oficiales, muchos de los cuales acumularon enormes fortunas y enormes latifundios, de acuerdo con la BBC.
Se estima que el volumen del contrabando triplicaba la cifra oficial de exportaciones y, al final de su gobierno, el contrabando representaba el 70% del mercado interior, con un beneficio de mil millones de dólares, superando incluso al producto de todas las exportaciones lícitas.
Incluso se estima que más de la mitad de los vehículos en Paraguay habían sido robados desde Brasil y Argentina. Las autoridades brasileñas calcularon que, en diez años, “135 mil automóviles y 15 mil camiones y microbuses cruzaron fraudulentamente la frontera”, según los datos recabados en el diario Interferencia Chile.
Junto al contrabando, otra oscura red ilegal operaba en la dictadura de Stroessner: la explotación sexual de niñas y mujeres paraguayas, en especial, de origen indígena. Testimonios de víctimas, como Julia Ozorio Gamecho, relatan experiencias en centros de esclavitud sexual y tortura. Julia fue secuestrada a los 12 años por un oficial del Regimiento Escolta Presidencial y estuvo cautiva por dos años.
El coronel Pedro Julián Miers se refirió desde el comienzo a Julia Ozorio Gamecho como “Pulguita”. Sostuvo ese apodo en la quinta de Laurelty. De acuerdo con Vice, es una de las cinco que se identificaron luego como centros de sexual y tortura de mujeres y niñas durante la dictadura de Alfredo Stroessner.
En 2008 Julia publicó su libro “Una rosa y mil soldados”. A pesar de haber hecho una denuncia en 2011 ante la Fiscalía de Derechos Humanos, Miers murió sin enfrentar la justicia paraguaya. Conforme al testimonio, el coronel visitaba la quinta unas dos veces por mes; los demás días había militares de menor rango. Respecto al final de las menores indígenas, se sugiere que fueron ejecutadas.
Malena Ashwell, hija de un diplomático estadounidense, también denunció la explotación sexual de niñas en una casa residencial en el barrio de Sajonia, donde el coronel Perrier mantenía a niñas campesinas compradas de familias pobres.
El documental “Calle de Silencio”, lanzado en 2017 narra el modus operandi de los coronel. Las niñas eran vendidas a sus 13 años por 31 mil guaraníes, lo que equivale a 5 dólares. El infierno de abusos y vejaciones comenzó en aquella casa; aunque el testimonio de una menor en el que se basa el material, asegura que a veces la dejaban volver a casa por una hasta que la recogían al amanecer.
Stroessner visitaba la residencia de Sajonia, donde eran abusadas sexualmente. Además había otros barrios como Ití Enramada, ubicado al sur de Asunción. En esa zona, se explica, que el dictador pasaba tiempo dentro. Algunos testimonios aseguran que iba dos veces por semana.
El Homelander respaldado por Estados Unidos
El héroe cumple cada estereotipo norteamericano: fan del béisbol, cátolico, blanco y enamorado de su patria. Homelander surca el cielo con la promesa de llevar justicia a donde aterrice y expandir la presencia estadounidense en cada tierra inhóspita. Mientras vuela, carga en sus hombros la aprobación de su país y ostenta la bandera de Estados Unidos en su espalda.
Stroessner fungió como un promotor del poder estadounidense en la región y en Paraguay, donde había registros de las operaciones de otras dictaduras militares coordinadas desde E.U. Durante su régimen, se basó en la Doctrina de Seguridad Nacional y recibió un respaldo económico: treinta millones de dólares desde Washington. Además, varios oficiales paraguayos fueron entrenados en la Escuela de las Américas, de acuerdo con La Vanguardia.
Varias administraciones estadounidenses financiaron a Stroessner hasta la presidencia de Jimmy Carter, en enero de 1977. Incluso el exmandatario Dwight D. Eisenhower, cuyo periodo en la Casa Blanca inició el 20 de enero de 1953 y terminó en 1961, consideraba a Stroessner su “leal amigo”, según el periodista Bernardo Neri Farina en su libro “El último supremo. La crónica de Alfredo Stroessner”.
Otra prueba de la amistad entre E.U. y Stroessner sucedió en mayo de 1958, cuando el entonces vicepresidente Richard Nixon visitó Asunción y se mostró “satisfecho” tras su estancia en el país sudamericano, conforme al mismo libro.
Desde 1956, cerca de mil oficiales de las Fuerzas Armadas paraguayas recibieron entrenamiento en la Escuela de las Américas, una institución ubicada en el canal de Panamá con un historial de formación en tácticas de represión y control de poblaciones civiles.
El fundador detrás de la Escuela de las Américas fue Henry Kissinger, quien también estuvo involucrado en la estrategia del Plan Cóndor: una operación de coordinación entre diversas dictaduras militares en América Latina para reprimir y eliminar a cualquier foco de oposición, de acuerdo con Telesur.
Stroessner, al igual que Homelader, actuaba con la bendición de Estados Unidos y esclavizaba bajo el comando de altos militares de aquel país. Las acciones ejecutadas para salvaguardar su poder estaban respaldadas por dólares yankees. En su espalda también usaba la bandera de las barras y las estrellas por capa.
Como cada héroe, el dictador también contó con un registro que narró sus periplos a lo largo de su vida. En su caso fueron una serie de documentos que probaron su papel en el Plan Cóndor y la forma en que operaba su régimen para oprimir a las voces críticas.
Los Archivos del Terror: el diario del horror de Stroessner
En 1992 un descubrimiento sacudió la ciudad de Lambaré, Paraguay: un vestigio de más de 700 mil documentos, recabados entre 1920 y 1989. Emergieron de las sombras los datos de los organismos de seguridad del Estado vinculados a la represión durante la dictadura de Alfredo Stroessner. Estas pruebas serían conocidas como los “Archivos del Terror”.
Martín Almada, un destacado activista de Derechos Humanos, fue el protagonista de este descubrimiento. Durante 15 años, buscó pruebas para demostrar los actos cometidos en la dictadura militar. Él fue una de las víctimas de tortura mientras estuvo en la prisión Emboscada desde 1974 a 1977. Sostuvo que su esposa falleció de un paro cardíaco al escuchar las grabaciones de sus tormentos.
Tres años después de la caída del régimen de Stroessner en 1989, una mujer contactó a Almada, ella aseguró que sabía dónde encontrar los documentos que podrían ayudarlo. El abogado se dirigió al lugar que fue marcado en Asunción. Había una estación de policía descuidada. Al percatarse de que existía una sección restringida, tuvo que llamar a un cerrajero para romper las cadenas.
Una vez en el lugar, encontró una montaña de papeles que contenían las huellas de la brutalidad del régimen dictatorial. La estación había sido utilizada por la policía secreta y en sus entrañas yacían los Archivos del Terror.
Almada y su colega José Agustín Fernandez tuvieron suerte, pues se supo que otros mandos policiales habían intentado ocultar y destruir los documentos. Los Archivos del Terror reunían más de un millón de folios que incluían fichas de los detenidos, pedidos de búsqueda, declaraciones indagatorias.
Estos registros oficiales retrataban la represión policial y las prácticas de tortura implementadas por el régimen de Stroessner durante su prolongado gobierno, según el Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos (CIPDH) de Argentina.
Entre los elementos más escalofriantes de los Archivos del Terror, se encontraban registros de las torturas llevadas a cabo por la policía secreta de Uruguay. El jefe de esta temible entidad era Pastor Coronel, quien se ganó la reputación de ser implacable en la persecución y tortura de sospechosos políticos fue quién hizo posible el registro, pues estaba obsesionado por la documentación, conforme a la BBC.
El descubrimiento de los Archivos del Terror fue un punto de inflexión en la lucha por la justicia y la memoria histórica en América Latina. Estos documentos se convirtieron en piezas fundamentales para enjuiciar a responsables de crímenes contra la humanidad y para mantener viva la memoria de las víctimas y sus familias.
La Operación Cóndor y su relación en Stroessner
Hablar de la ola de represión en América Latina amerita un ensayo solo para el tema. Sin embargo, existe un punto de inflexión en las dictaduras latinoamericanas ligado de forma intrínseca a los Archivos del Terror: la Operación Cóndor.
Representa una oscura etapa en la historia de América Latina, marcada por la colaboración entre regímenes militares que implementaron la “Doctrina de Seguridad Nacional”. El inicio preciso de la Operación Cóndor fue el 28 de noviembre de 1975 en Chile, durante una reunión de seguridad liderada por Manuel Contreras, jefe de la policía secreta chilena, en la que participaron militares de Argentina, Brasil, Bolivia, Paraguay y Uruguay.
El Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) de Argentina, describió la Operación Cóndor como “un sistema formal de coordinación represiva entre los países del Cono Sur que funcionó desde mediados de la década de 1970 hasta principios de los años 80 para perseguir y eliminar a militantes políticos, sociales, sindicales y estudiantiles de nacionalidad argentina, uruguaya, chilena, paraguaya, boliviana y brasileña”, según la información recabada por la BBC.
Incluso el fallecido escritor inglés Christopher Hitchens, en su libro “Juicio a Henry Kissinger”, destacó la responsabilidad no solo del exsecretario de Estado de E.U., sino de la participación de agentes del Buró Federal de Investigaciones (FBI) en la Operación Cóndor.
Uno de sus principales centros de operación fue el centro clandestino de detención y tortura conocido como Automotores Orletti, ubicado en Buenos Aires, Argentina. Apodado como “El Jardín” por los militares, este lugar se convirtió en un símbolo de terror donde al menos 200 personas fueron torturadas y desaparecidas, incluido el hijo del reconocido poeta argentino Juan Gelman. Stroessner estaba al tanto de esto y compartió información con las autoridades estadounidenses.
En síntesis la Operación Cóndor se valía de estos elementos: el Intercambio de información, operativos conjuntos en los que se perseguían a las víctimas en varios países; los traslados clandestinos de las personas detenidas en una nación eran llevados a otra para someterlas a torturas y desapariciones forzadas.
Con los Archivos del Terror se confirmó la existencia de la Operación Cóndor y la magnitud de sus atrocidades. Estos archivos eran el testimonio doloroso de cómo miles de ciudadanos fueron secuestrados, torturados y asesinados por los servicios secretos de estos países, que coordinaban sus acciones para perpetuar sus regímenes represivos desde Estados Unidos.
En este plan, la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) brindó apoyo durante los años en que Henry Kissinger ocupaba el cargo de Secretario de Estado (1973-1977). Estados Unidos, en lugar de promover la democracia y los derechos humanos, afianzó el horror en la región, como el vuelo de Homelander con el que esclaviza otros pueblos.
La Comisión de Verdad y Justicia de Paraguay estima que más de 50.000 personas fueron asesinadas, 30.000 desaparecidas y 400.000 detenidas en el marco de la Operación Cóndor. Los “vuelos de la muerte” son recordados como una práctica de exterminio cruel, en la que los prisioneros eran drogados, subidos a aviones y arrojados al mar o ríos dentro de sacos con peso. Morían por ahogamiento, según la BBC.
El general argentino Jorge Rafael Videla, quien lideró el golpe de estado en 1976, fue uno de los militares enjuiciados por su participación en la Operación Cóndor. Aunque inicialmente fue condenado a cadena perpetua en 1985, recibió un indulto presidencial en 1990. Sin embargo, a partir de 2001, fue sometido a varios juicios por su implicación en la Operación Cóndor y por delitos de lesa humanidad. Videla murió en prisión en 2013, según el diario La Vanguardia.
Stroessner nunca vio de frente a la justicia. A pesar del respaldo financiero y militar, su dictadura llegó a su fin el 3 de febrero de 1989. Andrés Rodríguez, su consuegro y hasta entonces mano derecha, lideró un golpe de Estado que lo derrocó y terminó con 35 años de gobierno autoritario y represivo.
Homelander y Stroessner son dos caras de una moneda ensangrentada, una que sirvió de cambio para comparar el control de otros países. Con el dictador y su ilusión patriótica nacieron personajes como el antagonista de The boys, cuya crueldad aún se mantiene por debajo de su homólogo paraguayo. Ambos, con su brutalidad, sumieron a América Latina bajo la sombra de la bandera estadounidense.
Fuentes:
1. BBC Mundo – El archivo con los secretos de los regímenes militares latinoamericanos
2. Cultura Paraguay – El descubrimiento del Archivo del Terror en 1992
3. Right Livelihood Award – A 25 años del hallazgo de los archivos del terror: los archivos del Plan Cóndor son ahora piezas fundamentales de memoria y justicia universal
4. El País – ‘Los archivos del terror de Uruguay’ agitan el país a días del 50 aniversario del golpe
5. UNESCO – Archivos del Terror: Testimonio y Memoria
6. CIPDH – Archivo del Terror: Sitio de Memoria
7. BBC Mundo América Latina – Paraguay: modernizan “Archivo del Terror”.
8. Biblioteca Nacional de Chile – Doctrina de Seguridad Nacional
9. BBC Mundo – América Latina: La operación Cóndor en Argentina, Uruguay, Bolivia, Brasil, Paraguay y Chile
10. La Vanguardia – Operación Cóndor: las dictaduras en América Latina
11. Muy Interesante – Operación Cóndor, el siniestro plan que unió a las dictaduras de América Latina
12. Revista Estudios Sociales – Plan Cóndor: coordinación represiva en el Cono Sur (1975-1983)
13. Interferencia – Cómo nació y se extendió el tráfico de drogas en Paraguay
14. BBC Mundo – Alfredo Stroessner: el dictador más sangriento de la historia de Paraguay
15. La Vanguardia – Alfredo Stroessner: el tirano de un país invisible
16. Notimerica – Alfredo Stroessner: el dictador que gobernó Paraguay durante 35 años
17. Telesur – Paraguay: 4 de mayo de 1954 inicia dictadura de Alfredo Stroessner
18. Corte Interamericana de Derechos Humanos – Informe de la Comisión de Verdad y Justicia de Paraguay
- Andrew Nickson, “La Caída de Alfredo Stroessner y el ocaso del sultanismo”, Nuevo Mundo Mundos Nuevos [Online], Debates, publicado el 25 de junio de 2020 , consultado el 30 de julio de 2023. URL: http://journals.openedition.org/nuevomundo/80597; DOI: https://doi.org/10.4000/nuevomundo.80597