Esos “otros” grandes discos del 2014
Una sola lista nunca será suficiente; ni 10 ni 12 discos del año. Muchos son los factores que inciden al momento de elaborar este tipo de recuentos. ¿Se busca representatividad del lapso que finalizó? ¿Influyen también los gustos personales del periodista
Afortunadamente, cada vez hay menor influencia desde la industria discográfica o desde la misma crítica. La mediosfera abrió los ámbitos de discusión pero dio cabida a un inmenso sector amateur con ganas de participar. Los debates se han multiplicado; la atención mediática se dispersó abarcando un espectro cada vez más amplio. Los reflectores del análisis cada vez iluminan menos a los muchos protagonistas del momento.
En esos “otros” grandes discos hay muchas veces una mayor vitalidad y soltura; no necesariamente tienen que ser esas “obras maestras” que engalanen las rutilantes listas pero a la vez consiguen fascinarnos a través del relámpago de lo inesperado.
Perfume Genius
Too Bright (Matador Records)
Un proyecto que comenzó con un adolescente contando sus pesares desde su habitación, luego salió a conocer mundo y se erigió como un continuador de los dramas al estilo Antony and The Johnsons de otra generación. Pero no se quedó ahí y trató de llevar a su pop, minimalista y elegante, un paso más adelante. Para su tercer disco contó con la producción de Adrian Utley de Portishead y cada elemento se ha fortificado. Mike Hadreas sigue siendo autobiográfico y confesional pero ya no se regodea en el dolor y el mundo gay; su gama de emociones y temas se ha ampliado sin perder un ápice de su lado emocional y algo desgarrador. Ha sabido sobrellevar la enfermedad de Crohn a través de canciones que calan hasta la médula, como “My body” en la que suelta: “llevo mi cuerpo como un melocotón podrido / es todo tuyo si aguantas la peste / estoy tan abierto como un cerdo eviscerado”. Contundente y profundamente llegador.
Bonobo
The North Borders Tour (Ninja Tune)
Es muy usual que se subvalore y descalifique a los discos en directo, por ello vale la pena remediar estas omisiones. Simon Green es un productor, compositor, músico y DJ británico con grandes capacidades, y ahora lo demuestra en un montaje downtempo lleno de matices y voces invitadas. Utiliza batería en vivo y sazona sus piezas con partículas de jazz, ambient y sonoridades del Medio Oriente. Una mixtura elegante y seductora que amplía las posibilidades de la electrónica en cuanto a los actos en vivo. Encontró una poderosa manera de mostrar su quinto álbum de estudio sobre los escenarios del mundo.
The Horrors
Luminous (XL Recordings)
Probablemente, una de las sorpresas más agradables del año, sobre todo porque esperábamos casi nada de unos ingleses a los que les sobraba look y les faltaba música. Su propuesta parecía agotada pero lograron reinventarse. ¿La fórmula? Trabajar más a detalle las melodías, repasar algo del pop —por aquello de los estribillos — sin dejar por ello los ritmos krautrock. Un cuarto LP que los muestra más lúcidos y con mayores capacidades musicales. A la postre, ofertan un intenso viaje a través de un electrónica contemporánea.
Pumcayó
Pumcayó (Discos Intolerancia)
Una nueva generación de músicos mexicanos decide que la paleta sonora de lo que aquí se produce debe de ampliarse. Debemos celebrar esta onda expansiva y la acometida de un indie folk que tiene influencias de Fleet Foxes y Grizzly Bear, pero que a la vez nos remite a la música popular latinoamericana. Una novel agrupación de Guadalajara debuta con una colección brillante de canciones que contienen textos elaborados y muy narrativos. Habremos de apuntar como un extra la gran solvencia técnica de cada uno de los miembros. No en vano han recabado excelentes críticas en el extranjero. Desechemos de una vez por todas al malinchismo y apreciamos los hallazgos virtuosos.
Toumani & Sidiki
Toumani & Sidiki (World Circuit Records / Discos Corasón)
Malí es un bastión de la tradición musical africana y mucho se debe a la existencia de los griots —mitad juglares, mitad religiosos— que se encargan de difundir mensajes de paz y concordia. Centran su arte en la ejecución de la Kora, una combinación entre arpa y laud, que se construye con una calabaza gigante. Toumani —el padre— es un maestro consumado, mientas que Sidiki se ha acercado a los modos del hip hop contemporáneo. Ellos encarnan a las generaciones 71 y 72 de su estirpe y ofrecen una obra llena de magia y prodigios surgidos de sus instrumentos. Espiritualidad e interpretación inspirada son las claves para que nos hagan ingresar a otra dimensión.
Kongos
Lunatic (Epic Records)
Un grupo formado básicamente por hermanos de ascendencia griega que crecen entre Sudáfrica e Inglaterra para luego mudarse al sur de Estados Unidos y hacer un álbum rebosante de energía y punch. Se trata de un rock robusto y peleón condimentado con un buen acordeón y slide guitar. Las canciones que lo conforman son tan redondas que han valido para un relanzamiento del disco con mayor fuerza mediática. Trabajan minuciosamente las partes melodías que no extraña su gran poder para comunicarse con el gran público. Por estos lares debimos ponerles más atención.
Pablo Und Destruktion
Sangrín (Discos humeantes)
Desde el corazón de Asturias nos llega un cantante sobrado de cojones y canciones ruidosas, combativas y que muestran las entrañas. Un bélico rock chatarrero atascado de letras sociales y llenas de lucidez. 8 temas y 33 minutos de un acto político que va desgranando frases que retumban como cañonazos y pretenden demoler las instituciones. Una crítica profunda a los fracasos de España y una afortunada acometida del arte social sin pasteurizar. De verdad hace falta que surjan más proyectos con ideas tan claras de ética y estética musical.
Hollow & Akimbo
Hollow & Akimbo (Quite Scientific Records)
Jon Visger y Brian Konicek residen en Michigan y graban para una disquera minúscula, lo que no ha sido obstáculo para que logren un disco estupendo. De repente son algo indies, tienen momentos de folk —especialmente en sus coros— pero sobre todo priva una electrónica popera. Es un debut imaginativo y con un sonido muy actual que se contagia. Incluso hay algunos ritmos africanistas que les dan personalidad. A la postre suenan muy orgánicos.
Omar Souleyman
Wenu Wenu (Ribbon Records)
Las sacudidas del conflicto armado al interior de Siria hacen que no hablemos muy bien de aquel país; por eso es importante que el arte haga contrapeso y más con un artista que durante años se ganó la vida cantando en bodas y otras ceremonias antes de dar el salto como una estrella de la electrónica global. Acompaña su voz con líneas de un teclado raruno, un instrumento árabe tradicional, y debajo una base rítmica elemental. El hombre del turbante, bigote y gafas pretende hacer música contemporánea de su cultura; siempre homenajeando al pasado.
Mark Lanegan Band
Phantom Radio (Vagrant Records)
Posee una voz cavernosa que estremece, le gusta guitarrear con furia, es amigo cercano de Josh Homme (Queens of the Stone Edge) y cuenta además con una larga trayectoria que lo ha juntado con Isobell Campbell, Soulsavers o Moby. Ahora le dio por sacar su amor por una vieja caja de ritmos, las canciones de Echo and the Bunnymen y algo de krautrock. Allá donde antes había riffs ahora hay camas de teclado. Al final, aflora una banda como tal para que luzcan las canciones sombrías y taciturnas de quien fuera el hombre fuerte de Screaming Trees. Lanegan hace lo que le da la gana y nosotros podemos ser sus cómplices.
Bonus disc
Javiera Mena
Otra era (Unión del sur)
Esta belleza chilena sabe cómo convertir al pop electrónico en una herramienta de liberación y transgresión. Ella ha declarado que quería hacer un disco de punchis-punchis, y para ello se fue con su productor de cabecera Cristián Heyne a mezclar a Miami. Javiera no conoce de prejuicios y arma un rave desenfadado con temas hiperpegadizos y que también pueden abordar cuestiones sexuales (ahora explícitamente lésbicas). La era afterpop ha encontrado a una de sus verdaderas divas. Hedonismo de principio a fin.