Tierra Adentro

“Algunos de los pensadores más brillantes de los problemas en casa y en el mundo son profesores universitarios, pero la mayoría de ellos no importan  en los grandes debates de hoy”, escribió Nicholas Kristof el fin de semana pasado para The New York Times. Hoy, a manera de recapitulación y reflexión, aparece en The New Yorker un artículo de Joshua Rothman en el que expande más la discusión: “¿Por qué la escritura académica es tan académica?”.

Rothman habla del ambiente académico estadounidense, pero la pertinencia de sus preguntas es innegable. Habla Rothman:

Hace unos años, cuando estudiaba Lengua, presenté un ensayo en el Coloquio de Literatura Americana de mi colegio. (Un coloquio es una especie de taller literario para estudiantes universitarios). El ensayo era sobre Thomas Kuhn, el historiador de la ciencia. Kuhn acuñó el término “cambio de paradigma” y yo exponía cómo esa frase ha sido usada y abusada, para angustia de Kuhn, por posmodernistas insurrectos y gurús de autoayuda sin sentido. A la gente le gustó el ensayo, pero se sintieron intranquilos sobre él. “No creo que seas capaz de publicarlo en un journal”, me dijo alguien. Pensó que sería más probable de ser leído en una revista.

¿Fue eso un cumplido, un desprecio, o ambos? Es difícil de decir. La escritura académica es una cosa tensa y misteriosa.

 

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