Equinoxious: del synth minimalista a la electrónica oscura
En medio de luces azules y rojas, Rogelio comienza a crear uno, dos, tres, cuatro, cinco sonidos con su sintetizador Modular Eurorack y su caja de ritmos Yamaha RX5, en el bar Koka Kinto de Perú. Regula el volumen y la frecuencia, mueve algunos plugs en medio de cables caóticos que parecieran enredados sin sentido para finalmente impulsar la canción al tocar en un par de teclados (quizás Roland), un delay sostenido, sombrío, que es el preámbulo perfecto para que la letra y la voz de la canción aparezcan… En el cielo, dos líneas se levantan, detonaciones intermitentes en el cielo… “Detonación” suena más rápida que en el EP Extraños Accesos, incluso creo que mejor, ahí, en vivo, re-creada en la versión de esa noche, más caótica, más frenética.
Rogelio Serrano es la mente detrás de Equinoxious, proyecto de poco más de nueve años que obtiene su nombre gracias al disco Equinoxe, del músico francés Jean Michel Jarre, a quien Rogelio define como uno de sus referentes inmediatos. Ya que, cuando tenía catorce años, su padre le dio ese disco y de inmediato se enamoró de esos sonidos ambientales fuera de este mundo. “Mi padre me dio el disco de Michel Jarre y en la parte trasera de la portada venía una lista de instrumentos que no sabía qué eran. Comúnmente, en ese tipo de discos de finales de los setenta y principios de los ochenta, venia una lista de los instrumentos, los sintetizadores que utilizaban los artistas para lograr y componer el álbum. Al principio yo no los comprendía pero a través del tiempo los fui investigando y tratando de adquirir algunos dentro de las posibilidades, buscando en mercados de pulgas, en las chácharas, contactando con otras personas que tenían estos gustos. Fue así como ese instrumento se convirtió en una parte esencial en mi vida”.
Hablar de sintetizadores es hablar de música creada a finales de los años setenta y principios de los ochenta como Rogelio nos dice. Y es precisamente que escuchando agrupaciones de esos años que el gusto por la música producida por sintes se volvió parte de su cotidianidad y un parteaguas para la creación de su música: “escuchaba Klaus Schulze y otras bandas francesas de esta onda como de Space-Synth, Space-Art, o cosas más abstractas como Morton Subotnick, Tangerine Dream, todo esto de la Escuela de Berlín (que después evolucionó a la Escuela de Dusseldorf con bandas como Kraftwerk o Neu!). También escuchaba bandas de los ochenta de new wave y artistas como Fad Gadget o John Foxx”. De igual manera, Rogelio finca sus gustos en bandas mexicanas ya extintas como Size, Syntoma y Robota, agrupaciones que también partían de los sintes para la creación de su música.
A diferencia de Rogelio, mi primer acercamiento o tal vez enamoramiento con los sintetizadores fue quizás con los primeros discos de Depeche Mode, el Speak & Spell y el A Broken Frame; también con las magníficas canciones “Almost” de OMD, “Taited Love” de Soft Cell e incluso “Blue Monday” de New Order. A final de cuentas, Synth Pop ochentero que salió y se creó después, o a la par, de los gustos y agrupaciones que menciona Rogelio.
A casi cincuenta años del auge de los sintetizadores, es interesante ver cómo un joven mexicano de ahora 29 años que grabó su primer EP (Cosmódromo) a los 22, ha basado su música en estos artefactos electrónicos que bien pudieron desaparecer con el tiempo y, sin embargo, están cada vez más en boga en diferentes artistas alrededor del mundo. El Mismo Rogelio lo dice, “es como una nueva época de oro en la utilización y fabricación de estos instrumentos, además de que la capacidad sonora es muy amplia en la cuestión de poder crear con un instrumento electrónico a un instrumento de ejecución como la guitarra. Creo que las posibilidades son más amplias en el sentido de creación sonora, por eso los sintetizadores me gustan más que otros instrumentos.”
En diferentes entrevistas, Rogelio menciona que comenzó estudiando piano para después dar el salto a los sintetizadores y empezar a grabar esos sonidos e ideas que fueron surgiendo al experimentar y evolucionar con ellos. Antes de realizar la música, Rogelio escoge un elemento del exterior para reinterpretarlo en forma de minimal synth mediante la síntesis analógica. Después graba las bases, las cajas de ritmo y sobre eso graba también secciones de solos y efectos para después, dependiendo de cada canción, agregarle la letra.
Al preguntarle cómo percibe la creación de su música por medio de sintetizadores, él me contesta que “a la hora de ejecutar con estos instrumentos lo percibo como una red cibernética, una red de flujo de información que se puede interconectar para crear más cosas, como un esquema abierto muy diferente a otros instrumentos que considero más cerrados en ese sentido, que no tienen como una fuente abierta para poder crear, y bueno, en el concepto de poder modelar el sonido los sintes se me hacen muy similares a lo que hace un escultor con sus figuras, sus estatuas, moldeando desde cero. Concebir el sonido, pensar el sonido, conlleva un proceso que empieza utilizando ondas básicas y a partir de eso se pueden hacer cosas más complejas”.
Rogelio me dice que todos los sonidos que hace en sus presentaciones son en vivo, “no hay computadoras, no utilizo pistas, todo es ejecutado en vivo, hay un cierto tipo de vulnerabilidad en ese sentido porque esos instrumentos que son analógicos, simplemente se controlan por voltajes, si existe algún bajón de electricidad en la corriente se desafinan, entonces es muy vulnerable, pero a la vez siento que es muy orgánico. A final de cuentas podría ser similar a tocar un instrumento acústico en el sentido de si una cuerda la presionas de más, la rasgueas de más se puede romper, entonces un sintetizador analógico es análogo a ese sentido, se desafina, te puede quedar mal antes de un concierto o durante entonces es ahí como muy interesante esto de los sintes analógicos”, que son los que él utiliza.
Una parte importante en la música de Equinoxious, y que salta mucho a la vista por la originalidad y a veces coqueteanado con otros idiomas como el portugués o el ruso, son los nombres de sus discos y canciones. Por lo que al preguntarle cómo llega a esos títulos, él me dice que “son a veces cuestiones sinestésicas, de cuando uno está componiendo, recibiendo estos sonidos, los está percibiendo, lo que se siente, y a veces también son conceptos de gustos personales. En mi caso, por ejemplo, de poesía creacionista o de la pintura. Son esos conceptos que se van almacenando que a final de cuentas son fuente de inspiración a la hora de componer, se manipula todo para hacer un concepto y desarrollarlo, juntarlo con la música, los conceptos, los gustos, y a partir de eso crear un mundo para cada track”. Para cada disco pienso, porque en detalle, cado uno de los trece discos que aparecen en su Bandcamp, son un mundo aparte que se desarrolla por temáticas específicas muy diferentes unas de otras.
Al preguntarle sobre un pintor en particular que lo haya inspirado a crear un disco o una canción, Rogelio menciona al pintor Nicolas de Staël, “su pintura es un abstracto figurativo, y a final de cuentas puedo imaginarlo así en lo que hago a pesar de que hay muchos elementos que están ahí flotantes en los sintetizadores, los osciladores, los filtros, que se puede juntar, amalgamar y, a fin de cuentas, aunque es algo abstracto, tiene una forma, entonces es un abstracto figurativo. Siento que conforme va avanzando mi música, se va haciendo abstracta en el sentido de que voy evolucionando en los sonidos, buscando otras técnicas de síntesis, pero a final de cuentas, sí tiene un sentido y es figurativo sonoramente”.
A Equinoxious lo han ubicado en distintos géneros que van del minimal synth al post-punk, pasando por del cold wave, dark wave y synth pop. Géneros afines que, a últimos años, conviven entre sí para crear sonidos, canciones y proyectos muy interesantes sobre todo en Estados Unidos y en las principales ciudades de Europa. Y es que es inevitable no mencionar o comparar a Equinoxious con bandas contemporáneas que estaban haciendo o hacen música como Rogelio: llámese Syxth June, Minut Machine, Boy Harsher, Cold Cave o Xeno & Oaklander; incluso a grupos o músicos de culto como Kaftwerk, Depeche Mode, Vince Clark, Giorgio Moroder o Cabaret Voltaire, que hicieron con los sintetizadores las bases para que estos proyectos actuales existan.
Ante esto le pregunto a Rogelio qué piensa de esas comparaciones que hace la crítica o sus mismos seguidores sobre su trabajo que en lo particular está a la par e incluso más arriba de algunos proyectos de ahora, a lo que me responde que: “a veces son buenas (las comparaciones) porque a fin de cuentas las influencias son evidentes, uno no puede escapar de eso, de las personas que te inspiran, pero creo que también importa el hecho de que a veces es difícil tratar de llegar a los niveles de esas influencias grandes, de personajes grandes que uno tiene. Lo importante es que cada persona, cada artista tenga su sello, su propio sonido. Puedes tener elementos, formas, motivos de personas, músicos que te inspiran, pero a final de cuentas, lo importante es tomar eso para crear cosas nuevas, darles otro sentido, tu toque personal, tu estilo”.
Además de eso, Rogelio ha tratado de deslindarse de ciertos tópicos que lo han encasillado dentro de la llamada escena oscura, sobre todo por su disco debut Cosmódromo, para evolucionar a una música más abstracta y tal vez, menos underground. “No me gusta ser arrogante ni pretender hacer nada de eso, creo que tuve una etapa dentro de Equinoxious que sí estaba más orientada a ser tal vez parte de esto, quizás esa era la intención, pero a través del tiempo he tratado de ya no estar en ese tipo de movimientos. Claro que me gusta el movimiento underground, oscuro, del post punk, el minimal synth, el cold wave, etc. Pero siento que lo que hago o lo que pretendo hacer ahora ya tiene otro sentido que no va tan ligada a esos géneros. Inevitablemente sí hay una primera etapa ligada a estos géneros y es por tanto que la gente siga asociando que Equinoxious es oscuro, de la movida gótica, pero no lo veo así en la actualidad, no me siento totalmente parte de ese movimiento, pero eso no implica que lo menosprecie o lo trate de evitar”.
Pienso en sus videos (casi siempre en blanco y negro), en los lugares en los que se ha presentado, incluso en sus letras, pero sobre todo, en su música que a final de cuentas es underground. Para decirle que quizás por eso aún lo asocian con el movimiento o la música oscura. A lo que Rogelio asiente: “claro, también el tipo de composición, si denominamos música oscura a todo lo que suena con escalas menores, que tiene ciertos tipos de timbres sombríos, más fríos, pues sí, podría ser que lo que haga, tiene que ver con eso, quizás, que sí cae en lo oscuro, por el uso de cierto tipo de composición, como dices también que es underground, pues sí, podría también ser por eso”.
En cuanto a la evolución de su música, Rogelio la define en tres partes: “tuvo un inicio espacial, después se fue al cold wave, más oscuro, y ahora lo veo como un abstracto figurativo. Va a sonar medio pretencioso, pero sí, ahora lo que hago lo veo como una pieza de arte, como una instalación, como una pintura tal vez, porque a final de cuentas son muchos elementos compositivos, de instrumentos. Por ejemplo, he dado un salto que creo es importante mencionar, en el equipo que estoy utilizando en vivo y para grabar. Antes utilizaba sintetizadores en un formato, digamos, normal. Ahora utilizo sintetizadores modulares, entonces en este cambio de sintetizadores del estándar al modular se abre una brecha totalmente enorme entre esas dos etapas de lo que hago”.
Y es que, a lo largo de su carrera, Rogelio ha tocado temas que van de la poesía creacionista al constructivismo soviético, pasando la pintura abstracta, el futurismo y la guerra fría, sin dejar de lado los temas espaciales (muy notorios en sus primeros EP´s y demos), la ciencia ficción y el caos que puede provocar la energía nuclear. Le menciono que sí, que quizás lo más notorio en su música sean los sonidos espaciales, robóticos a lo que me responde casi de inmediato: “es curioso, porque he tratado de deslindarme de ese concepto de lo espacial, que es como un tipo de sonido, cuando uno juega con las modulaciones, los efectos como de sinte, no tan ordinarios, la mayoría de la gente siempre lo asocia con lo espacial, es que suena espacial espacial espacial. Es como un arquetipo sonoro que ya se quedó ahí. He tratado ya de evitar ciertos sonidos que usaba antes, en lo primero porque ya no quiero tener nada que ver con cosas como espaciales, además los temas de las letras y el concepto ya es un poco más terrenal. De hecho, es como siento que ha sido mi evolución. Este último disco de Unidad es como lo que te decía, más abstracto, figurativo en el aspecto sonoro y ya no es nada espacial, no tiene temas de los que tocaba antes. Siento que tuvo que ver mucho la edad, uno va creciendo, los conceptos van cambiando, todo va tomando otra dirección”.
Tal vez por eso es que, en su presentación, Rogelio se define como un músico que “se centra en el diseño sonoro y rítmico, realizado mediante sintetizadores eurorack, inspirado en los paisajes y viajes en auto a gran velocidad, las interferencias, orgánicas e inorgánicas, y los diferentes entornos distópicos sociales”, una definición que puede parecerse más a la de esos primeros músicos virtuosos que él escuchaba de más joven como Jarre, Vangelis o Schulze.
Actualmente Equinoxious está firmado con la disquera alemana Young and Cold, que de igual forma ha firmado a artistas de toque cold wave y post punk como Strangers And Lovers, This Cold Night, Forever Grey, los mexicanos de Hoffen, entre otros más. Ante esto, Rogelio me dice que es bueno trabajar con este tipo de disqueras independientes, sobre todo si no se tienen los recursos para costearse una maquila de discos en vinilo, que es como la mayor parte de las veces, Equinoxious presenta su música en físico. Aunque también ha tenido versiones en CD y Casete, pero principalmente, y como forma de ingreso directa, su música se produce en vinilo.
Le pregunto cómo recomendaría a la gente comenzar a escucharlo a partir de un par de discos y tres canciones, “Cosmódromo, creo, es el más conocido, personalmente quizá suene un poco raro pero no es mi favorito, de hecho sí trato como de ya no tocarlo tanto, por lo mismo *sonríe* de que era otra etapa. Y bueno, ahora no me siento tan cómodo. Recomiendo que escuchen el EP de Extraños Accesos y después Unidad, creo que con esos dos lanzamientos son con los que me siento más seguro de lo que hago, más enfocado. Y tres tracks pueden ser “Fonética Ancestral”, “Unidad”, y déjame pensar, que no sea “Astrónomo Insumiso”, *sonríe* porque esa ya es muy conocida, permíteme porque a veces sí me gustan mis tracks, a veces no, a veces ya estoy harto, no quiero saber de ellos. Pero no sé, yo creo que también escuchen el proyecto de Casagemas, este que es el side project, es bueno porque es una extensión de Equinoxious y tiene un giro más experimental. Pero regresando al tercer track, podría ser “Lóbulo Interior”, es como de mis favoritas”. Yo coincido con ambos EP´s (que casualmente son los últimos lanzamientos que tiene) y con las tres canciones que sugiere. Sin embargo, a diferencia de él, a mí me gusta mucho Cosmódromo, y de igual manera recomendaría las canciones de “El Satélite del Ejército Negro”, “Tempestad” y “Detonación”, sin duda tres de mis favoritas por su ritmo vertiginoso que hace que te muevas sin siquiera sentirlo.
Con una carrera aún joven que le ha llevado a presentarse en países de Europa y Latinoamérica, así como firmar con disqueras de Alemania, España y Estados Unidos, escuchar a Equinoxious es como entrar en un portal que te transporta a otros espacios y tiempos, tanto pasados como futuros, pero que ocurren en el presente. En donde el arte en su totalidad se adhieren en este proyecto de música electrónica a partir de sintetizadores, teclados y cajas de ritmo, con sonidos atmosféricos, ondulatorios, analógicos, espaciales, oscuros, fríos y sintéticos. Que se acrecientan conforme suenan para después contraerse y explotar, creando paisajes sonoros en discos que son obras que recomiendo escuchar de principio a fin, en su totalidad, para tener una mejor experiencia a la hora de escuchar este gran proyecto mexicano.