Tierra Adentro

En su más reciente serie fotográfica, Ríos, Eniac Martínez revisa los contrastes ecológicos de los diferentes ríos de México, definidos como puntos de encuentro de la civilización. Compuesto por un total de noventa y tres fotografías y un video en el que se muestran los aspectos sociales, culturales, políticos, económicos y ecológicos de la relación de la humanidad con el agua, Ríos integra una cosmovisión del líquido azul a través de las cuencas del país. Presentamos aquí una breve muestra de su trabajo.

Actualmente el 70 por ciento de los ríos del país tienen algún grado de contaminación y tres de cada diez son extremadamente tóxicos. Cada año se vierten más de 13 mil 600 millones de metros cúbicos de residuos domiciliares e industriales en los ríos del país. Derivado de esto, los cauces de agua presentan, además de los químicos disueltos, bajas concentraciones de oxígeno, amplias fluctuaciones en el ph y un acelerado crecimiento de algas y bacterias que imposibilitan la supervivencia de las especies acuáticas originarias.

Las imágenes tomadas por Eniac Martínez en El Salto, plantean un paisaje surreal. La espuma densa generada por la caída del agua es levantada por el viento y dispersada alrededor. Martínez cuenta que encontró la manera de llegar a la parte baja de la cascada y que, después de una hora de estar tomando fotos en el lugar, empezó a sentirse mal; a este malestar siguieron tres días de fiebre derivados de la inhalación de metano que satura el aire en El Salto. Catalogado como uno de los ríos más contaminados del mundo, la cifra de decesos padecidos en sus aguas alcanza trescientas veinte personas en los últimos cinco años. Según datos de diversas organizaciones: el suelo, el aire, el agua y los alimentos constituyen las principales vías de exposición a sustancias tóxicas para los habitantes de las comunidades asentadas a menos de cinco kilómetros de distancia. En palabras del artista: «El Salto es la cascada que huele a muerte».

El agua del río Grande de Santiago tiene presencia de bario, cromo, cadmio, arsénico, plomo, cianuro, hierro, zinc, mercurio, aluminio y níquel, todos carcinogénicos que sobrepasan los límites máximos permitidos por la ley y por los cuales ya no hay registro de peces en el lugar. Otro ejemplo de altas concentraciones tóxicas se encuentra en la superficie de apariencia casi sólida y de color blanco verduzco que domina el río San Pedro en Aguascalientes, donde se observa el efecto visual de grandes rocas que parecen flotar en la densa superficie del agua. El río San Pedro es el principal afluente de la entidad, nace en la Sierra de San Pedro, en el estado de Zacatecas, posteriormente atraviesa el estado de Aguascalientes de norte a sur, recorriendo noventa kilómetros hasta volverse un afluente del Río Grande de Santiago en el estado de Jalisco. No sobra decir que sus aguas se encuentran saturadas de detergentes y coliformes fecales, también están disueltas altas concentraciones de aluminio, fierro, plomo, zinc, arsénico, cobre, manganeso y cromo, todos peligrosamente tóxicos.

El San Pedro es utilizado, como la mayoría de sus congéneres, como una extensión del sistema de drenaje. Hemos conectado la lluvia y los ríos con las aguas negras. El modelo imperante con el que diseñamos el entorno, determina el uso de los flujos naturales en la medida de su aprovechamiento, fragmentación e interrupción, siempre en pro del beneficio de algunas personas. Aunque existe un amplio contraste en el resultado final que tiene la implementación de este modelo de diseño, uno de los efectos comunes se traduce en un drástico cambio en el color del agua. Así, la humanidad eliminó una de sus más asombrosas cualidades: su transparencia.

En las imágenes del río Coatzacoalcos podemos ver que es necesario prohibir el paso para evitar el contacto con el agua a todo aquel que no cuente con una indumentaria que cubra de pies a cabeza. En el río Sabinal en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, no es posible ver el brillo en la superficie del agua por la espesa cobertura de basura plástica y espuma que en ella flota. La presa San José, sobre el río Santiago, al noreste de la ciudad de San Luis Potosí, fue construida a principios del siglo pasado con el fin de abastecer de agua a los habitantes de la ciudad, dadas las condiciones de escasez que prevalecen en la zona. En la actualidad, como se puede observar, el río Santiago apenas persiste reducido a un famélico hilo de agua. Es así que a lo largo y ancho del país el desarrollo de embalses ha asegurado, aunque sea de manera temporal, el suministro de agua y energía a la gran mayoría de las ciudades. Si bien, en cierta medida, los diques logran su propósito, también representan la muerte del río, destruyendo el sistema vivo que éste implica. Al interrumpir su corriente, también se imposibilita el flujo de nutrientes que lleva, ya que dichos flujos no sólo ocurren en la misma dirección que la corriente, sino que también existen los que movilizan nutrientes en dirección opuesta, de los cuales dependen los ecosistemas que se sitúan río arriba. De esta manera, con la construcción de una presa de grandes dimensiones se detiene el abastecimiento de nutrientes tanto para la parte alta, como para la parte baja de una cuenca.

Nos postramos ante una realidad difícil de entender que, querámoslo o no, es producto de las decisiones que como especie hemos tomado, cuyo resultado patente ha devenido en la exacerbación de los extremos: la profunda escasez o la incontrolable abundancia. Para tener la posibilidad de decidir de manera distinta necesitamos cambiar nuestra relación con el agua. Para ello, sólo hace falta la más difícil de las tareas: pensar de forma diferente.


Autores
(Ciudad de México, 1983) es biólogo urbano. Colabora en el desarrollo de proyectos arquitectónicos con la elaboración de estudios para el entendimiento del lugar, análisis de sitio y diseño y desarrollo regenerativo.
(Ciudad de México, 1959) ha expuesto en museos internacionales y nacionales. Su obra pertenece a diferentes fondos y colecciones, entre ellos la del Centro de la Imagen y el del California Museum of Photography, entre otros.