Tierra Adentro

El 14 de Diciembre de 2003, la BBC publicó la siguiente imagen:

Un día antes, el presidente Iraquí había sido capturado por el ejército estadounidense durante una guerra que Hollywood se encargaría de retratar fantasiosamente en los años posteriores. Casi una década después, la imagen comenzaría a circular por foros de internet con ediciones en tono burlesco.

Poco después sería sentenciado en un tribunal internacional y ejecutado.

Poco después sería sentenciado en un tribunal internacional y ejecutado.

Pero ¿Quién fue Sadam Hussein? ¿Por qué se escondió en un agujero? ¿Qué implicaciones tiene la mofa a su captura?

El usurpador

En medio de las tensiones étnicas que han acompañado a Irak (árabes y kurdos) y gran parte de Medio Oriente a lo largo de su historia, Sadam Hussein orquestaría en 1979 un golpe de estado contra Ahmad Husayn Khudayir as-Samarrai, aunque ya llevaba varios años siendo líder de facto, en la década de los 80s pasaría a masacrar aldeas kurdas de manera sistemática.

Sadaam nació en el seno de una familia campesina el año de 1937 y durante su juventud se vería atraído por el baazismo. El baazismo es una ideología proveniente del renacimiento y resurrección árabe, basada en principios nacionalistas y socialistas. Su núcleo doctrinal busca por el progreso y la formación de una nación árabe, guiada por un partido al frente de un estado “revolucionario”.

Entre octubre y noviembre de 1956, se dio de la crisis del Suez, lo que afirmó el liderazgo de Gamal Abdel Nasser y la soberanía de Egipto frente a las potencias coloniales de Reino Unido, Francia e Israel. Este desmadre sirvió como catalizador para un grupo de jóvenes revolucionarios, entre los cuales se destacaba un Saddam Hussein de apenas 19 años. Inspirados por la gesta de Nasser, estos weyes se lanzaron en un infructuoso intento de golpe de Estado contra el monarca de Irak Faisal II en el mismo año 1956.

El año siguiente marcaría un cambio radical en la vida de Saddam. Después de ser rechazado en la Academia Militar debido a su historial académico culerillo, el morro, influido nuevamente por su tío y en busca de nuevos horizontes, decidió adentrarse en el ámbito político. Fue en este punto que Saddam Hussein se encontró con el baazismo, una corriente ideológica que lo cautivó con sus principios izquierdistas, laicos y revolucionarios. En 1957 formalizó su afiliación al Partido Baaz Árabe Socialista, dando inicio así a una etapa decisiva en su camino hacia el liderazgo.

Un año más tarde, el 14 de julio de 1958, sucedió un golpe de Estado en Irak que marcó el fin de la monarquía hachemí. Un grupo de militares liderados por Abdul Karim Qasim y Abdul Salam Arif, encabezó la revuelta que resultó en la destitución y ejecución del monarca Faysal II. Esto dió paso a una dictadura militar de índole nacionalista, antioccidental y prosoviética.

A partir de 1974, Saddam emergió como la figura preeminente en el seno del partido y del gobierno, consolidando su posición al ocupar diversos cargos públicos y alcanzar la segunda posición más relevante en la jerarquía. Bajo su marcada influencia, logró persuadir a su predecesor, Ahmed al-Bakr, para llevar a cabo medidas significativas que transformarían la estructura y las políticas del país. En 1972, Hussein abogó por la nacionalización del petróleo, destinando los ingresos para impulsar la industria armamentística de Irak. Además, en 1976, logró la prohibición de la existencia de otros partidos políticos contrarios al Baaz porque a huevo, consolidando así el poder del partido gobernante.

Saddam, reconocido por su admiración hacia Stalin, consolidó su poder mediante una purga interna en el partido, utilizando los servicios secretos para neutralizar a cualquier opositor, como haría cualquier político déspota en sus cabales. Asimismo, desató una feroz persecución religiosa contra la población chiita, resultando en detenciones, deportaciones e incluso asesinatos. En el mismo año, llevó a cabo una persecución masiva de comunistas, lo que deterioró relaciones diplomáticas con la Unión Soviética.

Estratégicamente orientó sus políticas hacia Occidente y mejoró las relaciones con Francia, que proporcionó apoyo en forma de uranio e infraestructura para su programa nuclear. Sin embargo, Saddam desvió estos recursos para fines militares, falseó la información al afirmar que estaban destinados a beneficios civiles, elaborando  una red de engaños que marcarían su trayectoria en el escenario internacional.

En la Guerra Irán-Irak Saddam Hussein desató una política militar motivada por la disputa territorial, intereses petroleros de multinacionales y la inestabilidad en Irán tras la Revolución islámica. Invadió Irán, respaldado por Estados Unidos, Francia, Arabia Saudita y Kuwait, con la supuesta preocupación de que Irán pudiera expandir su influencia a través del fundamentalismo islámico. A pesar de la dizque neutralidad buscada por la Unión Soviética, Irak recibió apoyo armamentístico del Pacto de Varsovia. La guerra resultó en una pérdida devastadora de vidas y dejó a ambos países en crisis económica, sin un claro ganador.

Durante este conflicto, Saddam perpetró el genocidio kurdo en la región norte de Irak, conocido como la Operación al-Anfal. Esta brutal campaña entre 1986 y 1989 resultó en la destrucción de 4,500 poblaciones y aldeas por Ali Hassan al-Mayid, primo de Saddam. En 1990 invadió Kuwait debido a disputas petroleras y precios del crudo. La Guerra del Golfo, iniciada en 1991 por una coalición internacional liderada por Estados Unidos, restauró Kuwait, pero dejó a Irak en una crisis económica y aislamiento. Saddam se mantuvo en el poder, enfrentando los bombardeos y sanciones de la ONU. En 2003, una invasión liderada por Estados Unidos, que decidió que Sadam no era tan compa, lo derrocó pero no se encontraron las armas de destrucción masiva que habían usado de excusa para intervenir el país. Capturado en diciembre de 2003 durante la “Operación Amanecer Rojo”, fue declarado prisionero de guerra junto con 11 de sus colaboradores y entregado al gobierno iraquí en junio de 2004 tras meses de custodia bajo el control de las fuerzas estadounidenses.

Los memes (a manera de conclusión)

El 19 de octubre de 2005 comenzó el juicio en el que fue acusado por la matanza de 148 chíies en Duyail en 1982. El proceso duró hasta el 27 de julio de 2006, y durante éste, Saddam se mostró bien verguitas. El 5 de noviembre de 2006 fue condenado a muerte por el Alto Tribunal Penal iraquí, controlado por Estados Unidos.

Su ejecución tuvo lugar el 30 de diciembre de 2006. A pesar de sus últimas palabras retadoras y su negación a que le cubrieran la cabeza, fue ahorcado. Esto provocó atentados en Bagdad y fue seguida por disturbios. Su cuerpo fue entregado a su familia para que lo enterraran en Tikrit.

El número de víctimas atribuidas al régimen de este cabrón varía según las fuentes. Human Rights Watch estima entre 250,000 y 290,000 muertes y desapariciones, mientras que el gobierno de Estados Unidos afirmó que Saddam mató a 300,000 iraquíes. Las cifras incluyen víctimas de diversas persecuciones y campañas llevadas a cabo durante su gestión. Durante las manifestaciones universitarias que se dieron recientemente en Guanajuato, los defensores de la iconoclasia repetían constantemente el mantra: “memoria y resistencia”; a 20 años de la captura y 17 muerte de Sadam, vale la pena preguntarse, ¿No es la mofa de estas figuras que atentan contra la integridad de los pueblos, y a la cual podría agregarse un sinfín de políticos como el reciente y afortunadamente fallecido Henry Kissinger, una forma de memoria y resistencia históricas? John Locke decía que el pueblo tiene derecho a rebelarse si sus derechos son violentados sistémicamente, y la revolución es la última alternativa después de agotar las opciones pacíficas. El meme de internet ha demostrado ser una transgresión en el lenguaje capaz de incitar a la reflexión. En el meme resistimos.


Autores
(San Luis de la Paz, Guanajuato, 2000). Estudia Filosofía en la Universidad de Guanajuato. Autor de Galletas para suicidas (Editorial Frenéticos Danzantes, 2019), La llaga (Premio de Literatura León, 2021, reeditado por Ediciones Come Fuego en 2023), Díganle adiós al ratón (Tierra Adentro, 2021), Imagina que en lugar de aves éramos terremoto (Grafógrafxs, 2022) Colmillo (Niño Down Editorial, 2023), entre otros libros. Dirige la editorial digital Awita de Chale.