Tierra Adentro
Afiche anunciando el último día de la Semana de Arte Moderno.

El Modernismo brasileño surgió a principios de la década de 1920 y tuvo como marco inaugural la Semana de Arte Moderno de 1922.1 Distante en tiempo y estilo del Modernismo hispanoamericano (1875-1915) el Modernismo brasileño suele estar ubicado con las vanguardias. Y es que, en efecto, estuvo conectado directamente con los movimientos vanguardistas de Europa de aquel entonces, los cuales le ofrecieron las bases para su búsqueda por construir una idea de brasilidad. Esta idea se puede sintetizar a través del concepto de Antropofagia creado por Oswald de Andrade.

Presentada por primera vez en el texto clave para la construcción del Modernismo cultural en Brasil, el Manifiesto Antropófago (1928), la Antropofagia oswaldiana está basada en la metáfora del canibalismo cultural, o la idea de que la cultura de otros países debería ser devorada y asimilada. La otredad es, por lo tanto, su fundamento mismo: […] “Solo me interesa lo que no es mío. Ley del hombre. Ley del antropófago”.2

En una búsqueda por comprender a la antropofagia, más allá de la canonización de su autor y del nacionalismo, João Cezar de Castro Rocha propone analizarla como “un ejercicio de pensamiento cada día más necesario en las circunstancias del mundo globalizado” (Rocha, 2011, p. 648).

Así como el concepto de Antropofagia requiere de un examen más detallado, como el que hicieron Roberto Fernández Retamar, Bluma Waddington Vilar, Eduardo Subirats, Luiz Costa Lima y el mismo João Cezar de Castro Rocha, el Modernismo brasileño también requiere reflexiones que lo desplacen, de un modo más amplio, de los lugares donde suelen ponerlo.

Si bien es frecuente subrayar las diferencias estilísticas entre el Modernismo brasileño y el hispanoamericano, hay cierta corriente crítica que, al considerar el Modernismo brasileño más allá de lo usual, busca pensar críticamente sus relaciones con la tradición anterior de la poesía brasileña. Me refiero, por ejemplo, a las investigaciones de Vera Lins y de Júlio Castañon. Al tiempo que se desarrollaba el Modernismo hispanoamericano, en Brasil se encontraban en boga los movimientos del Parnasianismo y del Simbolismo, de los cuales Olavo Bilac y João da Cruz e Sousa son mencionados repetidas veces como sus principales representantes. De acuerdo con Vera Lins, el ímpetu de los modernistas del 22, en su búsqueda por romper con la tradición, no les permitió distinguir a los “experimentales” del siglo XIX: “como Machado de Assis, los simbolistas como Cruz e Sousa y Sousândrade” (cuya obra después sería reconocida por la vanguardia posterior, el Concretismo).

Para la profesora e investigadora de la Fundación Casa de Rui Barbosa “es importante recordar a 1922, el grupo de Oswald y Mario de Andrade, Tarsila do Amaral y Anita Malfatti, pero no como monumento”. (Lins, 2021). La reflexión crítica acerca del Modernismo brasileño que se ha incrementado en tiempos recientes, nos lleva al razonamiento que les propongo en este ensayo: la idea de un Modernismo no-vanguardista.

Se trata de pensar un Modernismo brasileño desde una concepción crítica de modernidad, que cuestiona la idea de progreso como algo que necesariamente tiene que destruir lo que vino antes. De ese modo, se busca leer y pensar a las obras de autoras y autores que se quedaron al margen del canon modernista, que no encajan en las expectativas de sus contemporáneos y tampoco en las producciones posteriores o anteriores y que, sin embargo, lograron construir un camino propio. Son los casos, por ejemplo, de poetas como Manuel Bandeira, Ribeiro Couto y Cecília Meireles, cuyas poéticas dialogaron con el Modernismo de 1922, e incluso fueron parte de él, como lo fue Manuel Bandeira, pero que se mantuvieron al margen, en un lugar excéntrico respecto del de sus contemporáneos modernistas.

El poema “Canção excêntrica”, de Cecília Meireles, que integra el poemario Vaga música (1942) nos hace pensar en estos lugares excéntricos:

Ando buscando el espacio

para el dibujo de la vida.

En números me entrelazo

y pierdo siempre la medida.

Si pienso encontrar la salida,

en vez de abrir un compás,

me protejo en un abrazo

y creo una despedida.

Si vuelvo sobre mis pasos,

ya es distancia perdida. […]

[Original en portugués:]

Ando à procura de espaço

para o desenho da vida.

Em números me embaraço

e perco sempre a medida.

Se penso encontrar saída,

em vez de abrir um compasso,

protejo-me num abraço

e gero uma despedida.

Se volto sobre o meu passo,

é já distância perdida. […]

El Simbolismo representó un problema para la historiografía de la literatura brasileña; su escasa recepción se debe en parte a la coincidencia temporal con el parnasianismo y también al positivismo de la crítica de aquel entonces, que despreciaba, por ejemplo, a los lectores de Mallarmé. Manuel Bandeira, en su autobiografía Itinerario de Pasárgada, se refiere así al poeta francés: “Comprendí aún antes de conocer la lección de Mallarmé, que la poesía está en las palabras, se hace con palabras y no con ideas y sentimientos (Bandeira, 1984, p. 23).

Podemos añadir a ese problema, la limitada conexión de las y los poetas brasileños, de un modo general, con la producción poética y de crítica en Hispanoamérica a principios del siglo xx, lo que de cierto modo perdura hasta hoy. Sin embargo, tanto Cecília Meireles como Manuel Bandeira tuvieron en la tradición de la poesía iberoamericana una importante fuente para su obra. Con diferentes intensidades, tanto Ribeiro Couto como Cecília Meireles y Manuel Bandeira fueron amigos de Alfonso Reyes (véase Sampaio, 2022), cuyas aportaciones fueron fundamentales para incrementar el conocimiento de la producción hispanoamericana en Brasil; principalmente a raíz de los intercambios que tuvo con Manuel Bandeira, quien tradujo, entre otros poetas hispánicos, a Sor Juana Inés de la Cruz, y que es considerado uno de los primeros hispanistas brasileños.

Cecília Meireles también fue una ávida lectora de la tradición de la poesía hispanoamericana, que se refleja en las métricas de sus “canciones” y en su obra maestra: Romanceiro da Inconfidência (1953). Tuvo en México la inspiración fundamental para sus expectativas acerca de las transformaciones sociales, educativas y culturales en Latinoamérica y en Brasil, como nos muestra el artículo “O exemplo do México”, publicado el 15 de marzo de 1931 en su Página de educação del Diario de Notícias de Río de Janeiro. También escribió poemas dedicados a México. De los que tenemos noticia son: “Pastorzinho mexicano”, (Mar absoluto e outros poemas, 1945); “Corrida mexicana”, (Poemas de viagens, 1963) y “Mexican List and Tourists” (Vaga Música, 1942), que escribió en 1940 desde el restaurante El charro, en Austin, Estados Unidos:

[…] Por el fresco de las seis horas,

las mesas están floreadas.

Por los rincones, calabazas.

Por las mesas, manos dadas.

(Tacos y tortillas). […]

[Original en portugués:]

[…] Pela fresca das seis horas,

as mesas estão floridas.

Pelos canteiros, abóboras.

Pelas mesas, mãos unidas.

(Tacos y tortillas). […]

Otro lugar excéntrico está conformado por el Carnaval melancólico de Manuel Bandeira, poemario que, curiosamente, acabó haciendo que su autor se vinculara con el Modernismo brasileño. En el artículo: “Manuel Bandeira: aprendizagem modernista”, Júlio Castañon explica la relación de Bandeira con el Modernismo de 1922: “El modernismo en Bandeira no surgió por medio de actitudes ostentosas o de manifiestos”. Su Carnaval, de 1919, es una poesía melancólica, no se refiere a la fiesta, a la alegre efusividad, “es antes angustia, cuando mucho amarga irreverencia” (Guimarães, 1986, p. 64). Dentro de este poemario se encuentra el poema “Os sapos”, una crítica al Parnasianismo, el cual fue leído por Ronald de Carvalho durante la Semana de 1922, y que causó abucheos en el Teatro Municipal de São Paulo.

Así, la poesía de esto que estoy llamando “un Modernismo no-vanguardista” se alejó de los principios de las vanguardias europeas, tanto respecto a la dimensión utópica de transformar el mundo con el arte, como de su categoría central: el choque. En su lugar, vemos una disposición distinta en sus diálogos de la tradición de la poesía occidental. Ni Bandeira ni Ribeiro Couto acudieron a los eventos de la Semana de 22. Bandeira cuenta: “Jamás atacamos públicamente a los maestros parnasianos y simbolistas, nunca rechazamos el soneto ni los versos metrificados y rimados en general. Poco me debe el movimiento (Modernista) y lo que yo le debo a él es muchísimo”.

De esta forma es como los análisis que toman a los movimientos literarios como bloques que se van sucediendo temporalmente, como si no hubiera una simultaneidad o intereses distintos entre los que comparten un mismo tiempo, son cuestionados y, poco a poco, entran en el horizonte los lugares excéntricos a los cuales las y los escritores son llevados, por el gusto a la investigación del lenguaje y la desobediencia de los patrones y expectativas en boga.

Una ruta que eligieron poetas como Manuel Bandeira, Cecília Meireles, Ribeiro Couto y Alfonso Reyes, que, con sus poéticas conectadas a la tradición de la poesía hispanoamericana, al simbolismo y a las métricas de la poesía occidental, poco se encajan a las expectativas vanguardistas. Justo por la dificultad que siguen representando para la crítica, sus obras nos muestran la fuerza del lenguaje poético en su labor de forzar los limites de sus mismos horizontes.

 

Referencias

Bandeira, Manuel (1984). Itinerário de Pasárgada. São Paulo: Nova Fronteira.

Guimarães, Júlio Castañon (1986). “Manuel Bandeira: aprendizagem modernista”, en Travessia, UFSC, vol. 5, núm. 13, 1986, p. 64. Disponible en: https://periodicos.ufsc.br/index.php/travessia/article/view/17518 Recuperado el 22 de abril de 2022.

Lins, Vera (2021). “A semana de 22, quase cem anos depois”. Río de Janeiro: Fundação Casa de Rui Barbosa, 2021.

Disponible en: http://antigo.casaruibarbosa.gov.br/interna.php?ID_S=267

Recuperado el 8 de enero de 2023.

Rocha, João Cesar de Castro (coord.) (2011). Antropofagia hoje? Oswald de Andrade em cena. São Paulo: Realizações.

Sampaio, Claudia Dias (2022). “Reyes y el modernismo no-vanguardista de la poesía brasileña”. Interfolia, vol. 3, núm. 5, enero-junio. UANL, Capilla Alfonsina, Biblioteca Universitaria. Disponible en: http://capillaalfonsina.uanl.mx/wp-content/uploads/Bolet%C3%ADn-Interfolia-5.pdf Recuperado el 12 de enero de 2023.

  1.  El año pasado se celebró el Centenario de la Semana de Arte Moderno de Brasil. En México, la Embajada de Brasil promovió un Ciclo de estudios y debates donde fueron presentadas las traducciones de los Cuentos Nuevos y la antología Yo soy trecientos, soy trecientos cincuentade Mário de Andrade, uno de los líderes del Modernismo brasileñoconsiderado uno los intelectuales más importantes de Brasil en el siglo xx. Veáse: https://ciclodeestudios100anossemana22brasilmexico.wordpress.com Las traducciones de Mário de Andrade, realizadas por los integrantes del Seminario de Traducción Literaria de la Cátedra João Guimarães Rosa, podrán ser decargadaen breve desde este enlace:  

    https://ru.atheneadigital.filos.unam.mx/jspui/handle/FFYL_UNAM/10 

  2.  También por ocasión del Centenario de la Semana de Arte Moderno, y con el apoyo de la Embajada de Brasil, fueron publicados algunos textos fundamentales del Modernismo brasileño, como el “Manifesto antropófago” de Oswald de Andrade, traducidos por Rafael Toriz y reunidos en la coetánea Resaca tropical: cien años del Modernismo brasileño (México, Alias, 2022).