Tierra Adentro

Al poco tiempo de haber escuchado por primera vez acerca de la banda (por un comentario de Vicente Jauregui, guitarrista de Capo, si la memoria no me traiciona), doy con el video de “Como Kerouac on the road” y me encuentro con un quinteto que recorre parte del Centro Histórico con ukelele (¿o será cuica?) y melódica, para finaliza con un set en la azotea de un edificio que deja ver en la lejanía la Torre Latinoamericana.

Luego me entero de sus proyectos actuales: arman un pequeño documental, afinan su disco debut ―de evocación literaria― y, el sábado 17 de mayo, formarán parte del Festival Marvin, que se enfoca en proyectar talento emergente. Con estos elementos llego a tener un acercamiento y conocer más detalles de esta agrupación que absorbe distintas expresiones del folk, al tiempo que se enorgullece del legado de Rockdrigo ―el profeta del nopal―. Le dirijo mis inquietudes a Israel Ramírez, el eje sobre el que se mueve este proyecto que está oxigenando al rock nacional y que destaca por lo impredecible (se puede presentar en vivo de solista o acompañado de un ensamble de hasta ocho músicos).

En general se entiende la palabra gazapo como mentira, pero también es el título de una novela de Gustavo Saínz ―miembro de la literatura de la Onda―. ¿Por dónde iban ustedes al momento de decidir usarla para titular su disco debut?

Primero, me enamoró la novela de Saínz: la historia de amor entre Menelao y Gisela y todas las aventuras que le suceden a ese adolescente en la Ciudad de México de los años sesenta. Me enamoró tanto que le hice una canción, una interpretación muy subjetiva de la novela y de cómo se relaciona con mi propia vida. Creo que todos fuimos alguna vez Menelao y algunas otras Gisela. Por otro lado, me atraparon los significados de gazapo: cosa malsonante, cría de conejo, embuste o mentira. Tres conceptos que introdujimos al sonido realizado por la banda y el productor, Jorge Atristain, y en el arte, realizado por Óscar Coyoli. Es el primer disco, un nuevo conejo, malsonante y mentiroso.

Belafonte Sensacional es, por decir lo menos, un nombre poco usual y divertido. ¿A quién homenajean con ese nombre?

Es una cadena de homenajes. En su película The Life Aquatic With Steve Zissou, Wes Anderson hizo un homenaje al gran explorador del mar Jacques Cousteau, quien viajaba por el mundo en su barco llamado Calypso. Wes Anderson bautizó al barco de Steve Zissou (otro gran explorador del mar) como el Rey del Calypso: (Harry) Belafonte. Yo terminé haciendo un pequeño homenaje a Wes Anderson al usar el nombre de su barco. Me pareció ideal que un proyecto musical tuviera el nombre de un barco: un objeto que está en movimiento constante, llegando a diversos puertos.

Lo Sensacional es definitivamente un tributo a Sensacional de Traileros y a todos esos comics con personajes de bigote fino y chichis enormes.

 “Yo te quiero de aquí a Torreón” es una frase que alude a la provincia mexicana, pero el rock nacional sigue centralizado. Ustedes usan este motivo en una canción, aun cuando el D.F. concentra medios, espacios, etc. ¿Cómo ven ustedes tal situación?

El rock no está centralizado. Nadie puede centralizar el rock. En una colonia de un pueblo que no conocemos hay un carnal tocando la guitarra y sacando sus primeros covers, en el metro hay Mc’s que improvisan rimas entre los pasajeros mientras que un DJ está haciendo música en su cuarto; hay escenas chingonsísimas en Guadalajara, Monterrey, Chiapas, Tijuana, Xalapa, Puebla: desde rock progresivo hasta cumbia.

La que está centralizada es “la industria” y eso se combate con esfuerzos locales, entre las bandas, organizándonos para crear nuestra propia industria. Los Grises son un ejemplo de cómo se puede pasar del “Do it yourself” al “Do it together”. Y es un modelo que, yo creo, las bandas “independientes” debemos fomentar.

Su sonido tiene una parte que se adapta muy bien a lo acústico, suena completamente orgánico, ¿piensan que están surgiendo bandas que se interesan por ir en rumbos musicales distintos y ya no repetir los patrones existentes?

Creo que en estos momentos, como en toda la historia del arte, hay dos formas de hacer las cosas: una es fomentar los patrones existentes, formar parte de una tradición y la otra es romper con esos patrones a través de la experimentación. En este momento, la banda está en el proceso de reconocer sus propias tradiciones, de hacer una revisión de dónde venimos, qué música nos ha formado y cómo podemos apropiarnos de la tradición. Lo que sigue es romper con eso y tratar de crear algo nuevo. Ahí estamos.

“Como Kerouac on the road” es otra evidencia de su veta literaria, ¿puede la literatura compaginar bien con la música?

Compaginan muy bien y ya llevan rato saliendo juntos. La literatura ha inspirado discos y canciones, y la música ha inspirado novelas y poemas.

¿De dónde viene la idea de dedicarle una canción a San Charbel, uno de los santos menos conocidos pero que tiene un templo en pleno Centro Histórico?

“¿Quién es San Charbel?” es una historia de hipocondría. Un domingo tuve una crisis, estaba solo en casa y se me metió la idea a la cabeza de una enfermedad terrible que me mataría. Mi doctor no estaba y no encontraba el teléfono de mi psicoanalista. Lo único que encontré fue un San Charbel que me tiró paro. No soy creyente pero me tiró paro. Me puse a rezar y después le hice una canción. Es, en realidad, una triste canción de despedida en el contexto de una hipocondría. Al rock mexicano, además de chichis y vergas, le hace falta una espiritualidad que no caiga en el jipismo barato ni en el proselitismo idiota, sino una espiritualidad de la que uno pueda hacer historias y reírse de uno mismo.

La cosa es que la mayoría de las canciones de Belafonte son autobiográficas, llenas de referencias de la Ciudad de México y sus personajes; cuentan historias tristes, cantadas desde una alegría inusual.

Se dice que Gazapo tendrá un tiraje en casete, ¿de dónde viene el interés por revivir un formato que parecía extinto?

Nostalgia y exploración de formatos para presentar nuestra música. El casete fue el primer medio donde escuché música, donde descubrí tanto a los Beatles como al Three Souls in My Mind y Rodrigo González. Ahora que la mayoría de los escuchas recolectan canciones en sus gadgets, me pareció que era buena idea darles un objeto coleccionable.

¿Cuáles son las figuras del folk contemporáneo que inciden sobre el sonido de Belafonte? ¿Son muy clavados con la música vieja?

En la banda nos gusta todo, del metal y el blues a la salsa y el reguetón. En lo particular me han influido a la hora de componer: Wilco, M. Ward, Bright Eyes, Bill Callahan; además nos gusta el folk viejito de Woodie Guthrie, The Kingston Trio, John Fahey, Vasthi Bunyan, Simon & Garfunkel, Bob Dylan, Nick Drake. Para este disco nos influyó mucho Jaime López, Rodrigo González y Trolebus.


Autores
La redacción de Tierra Adentro trabaja para estimular, apoyar y difundir la obra de los escritores y artistas jóvenes de México.
De los años sesenta tomó la inconformidad recalcitrante; de los ochenta una pasión crónica por la música; de los noventa la pasión literaria. Durante la década de los dosmil buscó la manera de hacer eclosionar todas sus filias. Explorando la poesía ha publicado: Loop traicionero (2008), Suave como el peligro (2010) y Combustión espontánea (2011). Rutas para entrar y salir del Nirvana (2012) es su primera novela. Es colaborador de las revistas Marvin, La mosca, Variopinto e Indie-rocks y los diarios Milenio Hidalgo y Reforma, entre otras publicaciones.