La Fórmula 1 insiste, cada vez más, en borrar la frontera entre lo deportivo y el espectáculo, modificando los roles que juegan sus consumidores y espectadores.
Be y Pies (Tumbona, 2015) de Gabriel Wolfson cumple aquello que anuncia su elocuente contratapa: un ejercicio literario cruzado completamente por eso que el paladín del antinovelismo y entusiasta de la marginalidad, Enrique Vila-Matas, dio en llamar, el asco de relatar.
Las semifinales de la Copa América Chile 2015 pudieron haber sido una anécdota más en el catálogo del mitificado miserabilismo del futbol sudamericano.