Tierra Adentro
Portada de "Meth Z", Gerardo Arana. Fondo Editorial Tierra Adentro, 2013.
Portada de “Meth Z”, Gerardo Arana. Fondo Editorial Tierra Adentro, 2013.

¿Qué es Meth Z? para Gerardo Arana, escritor queretano, quizá haya sido su primera novela, publicada originalmente en formato digital por Radiador Magazine. Para Pegaso Zorokin, es el medio para escribir su primera novela. Pero Meth Z es más que una novela. Para el lector cautivo que escribe un ensayo al respecto, es ante todo un fractal: desdoblamiento de símbolos y constante onirismo. Para María Eugenia puede ser una tortuga. Para María Eugenia es anarcosentimentalismo. 10 minutos de no corregir nada.

El lector cautivo, ahora farsa de ensayista, recibe un correo. Meth Z será reeditada nuevamente por Tierra Adentro (la primera vez fue en 2013). El ensayista enciende su computadora, abre el PDF pirata1 del libro y un documento de Word.

Fractal: Renovación de lo que ya está ahí.

Fractal: Truco matemático.

Fractal: Sudor de tortuga.

Tortuga: Símbolo reiterativo.

Las tortugas aparecen mencionadas 58 veces a lo largo de la novela. La primera vez, la tortuga es buscada por María y destruida en mil pedazos.

Entonces comienza la novela.

“DESTRUIR ES NARRAR A LA INVERSA”

Pegaso fuma Meth Z en el caparazón destruido de una tortuga y comienza el libro.

Durante Copy & Hack (segunda parte que merecería un ensayo para ella solita) la tortuga no es mencionada, pero vuelve a aparecer en Beatriz destruida.

“(…) la oscurecida discusión del sitio epistemológico correspondiente al símbolo —  formación psíquica del pensamiento indirecto bien decía E. Cassier en un intento desprecisar su naturaleza: “(El símbolo) no sólo debe ser visto como mero indicador de objetos, sino, hermenéuticamente, como una organización instauradora de la realidad”

Entonces, ¿Cómo explicarse la sórdida persistencia en la aparición del célebre símbolo conchado? Si bien consideramos el artefacto literario como una realidad distinta ¿Un símbolo tiene la capacidad de instaurar una novela? De ser así ¿Cuál es su verdadero alcance? ¿Cuáles son sus posibilidades?”

El mismo Arana hace un análisis de las implicaciones simbólicas de la tortuga dentro de Beatriz destruida, referencia a la cita de Mallarmé que usa en el segundo capítulo: “La destrucción era mi única Beatriz”.

Destrucción destruida. Juegos psicotrópicos de palabras.

Tortuga: Anarcosentimentalismo

El sentimentalismo fue un movimiento gestado a mediados del siglo XVIII, difundido principalmente en la literatura europea durante la última etapa de la Ilustración, influenciado por las ideas de Rousseau, ponía énfasis en la bondad humana y apelaba a la emoción del lector.

Han pasado muchas décadas desde el auge del sentimentalismo, ya el concepto de bondad ha mutado considerablemente. Arana busca ternura en lo grotesco, es en el vicio y la destrucción donde se presenta el bien.

“Siempre llevaba un lápiz amarillo. Se decía aficionada al desastre. Nick Cave le resultaba irresistible. El cine alemán la hechizaba. Creía en los fantasmas. Creía que los fantasmas nos estaban buscando. Había tenido tres novios. Uno había intentado matarse. Uno la había intentado estrangular. A otro le había enseñado cómo. María Eugenia, aunque estoy seguro de que dudaría en el último instante, sabía cómo matar. María creía que teníamos derecho a las drogas y a elegir nuestra muerte. María no creía en Dios. La adolescente creía que el hombre había venido al mundo a destruir esta idea. Nadie iba a detenerla. Tenía diecinueve. No fumaba. El cáncer le causaba terror. Se sabía los pasajes de Juventud de Schumann. Un día le robó el revólver a su padre y se encerró tres días en su cuarto. Una rata infeliz del Distrito Federal. Un ángel de entre los subterráneos.”

El anarcosentimentalismo es escatológico, la destrucción es el fin último de todas las cosas, el nuevo modo de conocerlas porque en palabras de Gerardo “si el mundo no se acaba entonces nada tiene sentido”.

Drogarse, matar, robar, huir de la policía y romper cosas son la nueva virtud: libertad hasta sus últimas consecuencias. Somos caos, pero nos responsabilizamos cínicamente de ello.

Mediante una estética decadente, Arana nos lleva por Wirikuta, convenciones de anime, Hogwarts y un montón de locaciones donde la perdición es la única manera de encontrarse.

Gerardo Arana murió en 2012 a la edad de 25 años dejándonos además de su única novela-trilogía y decenas de pinturas y grabaciones., libros alucinantes como Visto bengalas, bebés y diamantes, de poesía, La máquina de hacer pájaros, de cuentos y Bulgaria Mexicalli, donde hace un remix con los versos de López Velarde y Geo Milev para hablar de la violencia y  las patrias rotas, este poemario incluso fue reseñado por Cristina Rivera Garza, aunque esta no es la única que ha reconocido la importancia de su obra, escritores como Antonio Ortuño, Chío Benítez, Hiram de la Peña, Horacio Warpola y decenas más han dedicado líneas al trabajo del autor queretano.

Podría quedarme a analizar otros símbolos de la novela como el de la hoja negra, pero prefiero dejarle ese asunto al lector que considere mi recomendación: Meth Z es una chingonería y cualquier cosa que pueda decir al respecto es vana comparada con la grandeza de esta obra met(h)anarrativa, por favor léanla o no me van a pagar (carita compungida).

  1. PDF recuperado de SCRIBD. Arana, Gerardo. Meth Z, https://es.scribd.com/document/424206076/METH-Z-2018-pdf.