Adelanto de “La bestia que habito”
Pelo humano
El documental que vi hoy
sobre el satanismo
me recordó
a la exhibición que visité
en el Palais de Tokyo.
Era una instalación
de varios trabajos
de Anne Imhof
que también era
multimedia, incluía
arte sonoro, pintura,
fotografía analógica,
arte encontrado,
arte audiovisual,
performance, música,
escultura y hasta
un tipo de antiarquitectura,
pues había desmantelado
varios cuartos del Palais
hasta volverlo un edifico
abandonado. Me llamó
la atención que no
hubiera nada hecho
con Realidad Virtual,
ni con textiles ni espejos
ni con pelo humano.
Pensé en la exhibición
porque parecía elevar
la estética del Heavy Metal.
Dominaba el color negro,
lo oscuro y el graffiti
de calaveras y diablos,
elementos disruptivos
de la imagen pública
de los satanistas.
Otros
Durante mi almuerzo
miraba la calle y vi un hombre
no muy joven
no muy grande
Se detuvo y caminó
dando pasos hacia atrás
Volvió a pasar
una grieta sin pisarla
y siguió avanzando
No pisó las otras grietas
que encontró
No tuvo que regresar
otra vez
Asociamos un vector
a nuestros pasos
que coincide con la punta
de los dedos de los pies
o nuestros ojos
Como el trazo
del espacio
en una coreografía
Ese día hizo otros
de sus pasos
En las sombras
Ernesto conoce
el placer verdadero
cuando vende suficiente
para no morir
de nuevo.
René utiliza
a dos o siete hombres
para olvidar
que aún le falta
quien lo mire
desde adentro.
Todas las noches
Iván visita
el otro panteón
y cuida que su otra tumba
siga abierta.
Para afirmar su poder
Julio decide mantener
el cuerpo inmóvil
y el puño duro
en su ataúd.
Martín se perdona
todas sus muertes.
Trae ramos a los nichos
de sus presas.
Y al suyo también.