Reconstruir desde los escombros. Tres fases de la arquitectura contemporánea japonesa
La destrucción de edificios por causas sísmicas incitó al diálogo de los arquitectos japoneses contemporáneos, como mostró Taro Igarashi en su exposición ¿Cómo reaccionaron los arquitectos inmediatamente después del 11 de marzo? En este texto, el curador reflexiona sobre las construcciones en la fase de emergencia, las viviendas temporales y los proyectos a futuro.[*]
Traducción de Luis Panini.
La posibilidad de la fase cero
A petición de la Fundación Japón organicé la exposición internacional itinerante ¿Cómo reaccionaron los arquitectos inmediatamente después del 11 de marzo? El gran sismo del oriente japonés. Como sugiere el título, la exposición muestra los quehaceres profesionales de arquitectos tras el sismo y maremoto que azotó el noreste de Japón. Dividí los proyectos en tres fases: 1) ayuda de emergencia, en la cual los sobrevivientes fueron evacuados a escuelas secundarias y otros recintos; 2) viviendas temporales; 3) proyectos de reconstrucción. Además, incluí una sección con las propuestas que presentaron arquitectos extranjeros como ejemplos de intercambio internacional en una situación de emergencia. Veamos la exposición a través de cada una de estas fases.
La primera, ayuda de emergencia, se ocupa de las medidas adoptadas para las personas cuyas viviendas fueron destruidas por el sismo y maremoto, o para quienes no pudieron regresar a sus hogares después de los eventos. Estos habitantes fueron admitidos en centros de evacuación, los cuales eran originalmente gimnasios de escuelas y aulas o, en algunos casos, recintos culturales. La prioridad en esta fase es la rapidez. En realidad los arquitectos no pueden hacer mucho, ya que es demasiado tarde para empezar a reflexionar una vez que ha ocurrido el desastre. Aun así, en el mundo de la arquitectura, diversas organizaciones se establecieron inmediatamente después del 11 de marzo para ofrecer asistencia. Los refugios de cartón realizados por el laboratorio Toshihiko Suzuki (Universidad de Kōgakuin) y las cortinas del diseñador de textiles Yoko Ando, por ejemplo, resultaron una solución simple para subdividir los refugios, ofrecieron privacidad y mejoraron la calidad de vida de los evacuados.
Los gimnasios de escuelas primarias suelen ser los sitios elegidos como centros de evacuación. Pero me parece muy interesante que algunos ejemplos de arquitectura notoria contemporánea también puedan convertirse en refugios. El Centro Cívico Cultural y Biblioteca de Ōfunato, también conocido como Salón Rías, diseñado por Chiaki Arai, por ejemplo, está compuesto por espacios interiores compactos inspirados en las embocaduras de la bahía, y cada uno de ellos funcionó como una unidad separada que brindó un entorno agradable para los evacuados. Este y otros recintos culturales cuestionaron el verdadero valor del edificio al desviar su propósito original y convertirlo de forma instantánea en condominios para los afectados. Quizá se han postulado como ejemplos para las exigencias de la arquitectura del futuro, la redundancia que puede aprovecharse en una situación de emergencia.
Algunas actividades sólo pueden realizarse de forma rápida y meticulosa por organizaciones profesionales de la localidad. Un ejemplo es el apoyo de recuperación durante la fase inicial proporcionado por el Instituto de Arquitectos de Japón (JIA, por sus siglas en inglés) Sección Tōhoku. Mientras que muchos arquitectos de otras regiones se dirigieron a las zonas de desastre a finales de marzo, cuando la vialidad se reanudó, los arquitectos locales pudieron involucrarse de inmediato. Los servicios de consulta en casa de parte del JIA recibieron cobertura televisiva y de otros medios masivos de comunicación justo después del desastre. A pesar de que las revistas de divulgación más conocidas se enfoquen en los esfuerzos de arquitectos de renombre con sede en Tokio, no debemos olvidar la aportación de los profesionales de la zona. En la exposición he intentado mostrar la labor de estos arquitectos.
En 2008, Ryo Yamazaki impartió un taller titulado Shinsai seikatsu + dezain (Evacuación Vida + Diseño), en el cual estudió los retos para hacer una evacuación hacia un gimnasio. El siguiente año publicó Shinsai no tame ni dezain wa nani ga kano ka (Qué puede hacer el diseño en un desastre). En otras palabras, su taller anticipó lo que llamo Fase Uno, ayuda de emergencia, aunque en un sentido distinto, porque él abordó el diseño antes del desastre, afirmando que diversos esfuerzos son necesarios antes de mis tres fases, es decir, una Fase Cero.
Una proliferación de proyectos
La segunda fase, vivienda temporal, implica proporcionar una gran cantidad de viviendas a corto plazo para las personas que fueron desplazadas y que viven en centros de evacuación. Más de cincuenta mil de estas moradas se construyeron después del 11 de marzo. Sin embargo, cuando de casas prefabricadas se trata, la clave radica a menudo en el sistema de producción, y existe un límite para que los arquitectos puedan hacerlas después de que el desastre ha ocurrido. Es decir, incluso si desarrollan un buen diseño, no podrían producirlo a tiempo. Esta vez lo que hicieron fue preparar manuales para las viviendas temporales, recomendar su ubicación, complementarlas con instalaciones integradas y personalizar los espacios. También debo aclarar que, debido a la propagación de los daños y a que la disponibilidad de casas prefabricadas no satisfizo a la demanda, los arquitectos también se vieron involucrados en el desarrollo de una variedad de viviendas temporales de madera a lo largo de las áreas afectadas. Kibo no sato: kizuna (Ciudad de la Esperanza: lazos vecinales) en la ciudad de Tōno, Iwate, y el recinto residencial temporal con torre y murales en Minamisōma, Fukushima, son sólo dos ejemplos.
¿Cómo reaccionaron los arquitectos inmediatamente después del 11 de marzo? presenta más de cincuenta proyectos. Podría decir que fue una de las exposiciones más extensas de este tipo ocurrida en marzo de 2012, un año después del desastre y parecida a Hacer como vivir: La exposición del gran sismo del oriente japonés. Apoyo de regeneración y proyectos de acción, presentada en 3331 Arts Chiyoda en Tokio, y la exposición 1.17 / 3.11 Arquitectura del mañana, en la región de Kansai, ubicada en el oeste de Japón. Esto se debe a que en lugar de reducir la cantidad de proyectos quise destacar su gran número. El gran sismo del oriente japonés fue, de hecho, de mayor escala que el gran sismo de Hanshin-Awaji de 1995, y mi intención fue demostrar que un número abrumador de proyectos surgió como respuesta a la intensidad del desastre.
Esto se debe en parte a la extensión de las zonas afectadas y al hecho de que estas se encuentran cerca de Tokio, donde existe una gran cantidad de arquitectos e instituciones educativas. De igual forma, arquitectos como Shigeru Ban y Tadashi Saito reaccionaron de inmediato ya que éste no fue su primer desastre, sino el segundo, precedido de actividades de apoyo relacionadas con el gran sismo de Hanshin-Awaji o fuera del país. Algunos arquitectos extranjeros también enviaron propuestas notables. Una universidad belga instauró el Taller de Arquitectura de Ishinomaki (Ishinomaki Architecture Workshop; IAW) para ayudar en la reconstrucción de esta ciudad afectada en Miyagi, y la República de Cabo Verde en África se ofreció a aceptar a toda una comunidad pesquera en un proyecto de villa japonesa. He organizado esta exposición con el objetivo de comunicar ampliamente este movimiento entre el público extranjero.
La exposición comenzó en la Universidad de Tōhoku el 2 de marzo de 2012, en la ciudad afectada de Sendai, Miyagi. El espacio fue un anexo temporal construido para reemplazar el Laboratorio de Arquitectura, el cual sufrió daños graves tras el sismo y formó parte de la exposición. Es decir, el mismo recinto fue una exposición a escala 1:1. Además de los paneles, la exposición cuenta con mapas que indican la ubicación de cada proyecto, videos y dibujos, maquetas, muebles reales de cartón y cobertizos. En la entrada se encuentra un mapa en alto relieve de las ciudades devastadas de Onagawa y Kesennuma, en la prefectura de Miyagi. Esto sirve como una representación visual de la costa con la que los japoneses están familiarizados, pero que quizá no sea conocida por los extranjeros.
Organicé la producción de dos conjuntos de la exposición: uno para el recinto en Sendai y otro para la exposición del 6 de marzo en el sótano y primer nivel del Instituto de Cultura de Japón, en París. Para los siguientes dos años, los dos conjuntos están programados para viajar alrededor del mundo a países como Rusia, Armenia y Corea del Sur, y a ciudades como Colonia, Roma y Pekín. Esta gira mundial, así como otros eventos, como la exposición RESET 11.03.11#Nuevos paradigmas sobre arquitectura contemporánea japonesa en Barcelona, y el simposio Ville et architecture après le 11 mars―Comment les architectes régénèrent-ils le local? (Ciudades y arquitectura despues del 11 de marzo. ¿Cómo regeneraran los arquitectos la región?), en París, son un testimonio del gran interés por la arquitectura japonesa después del 11 de marzo.
La fase que pone a prueba la capacidad de los arquitectos
Elegí los proyectos para la exposición en noviembre de 2011 porque algunas de estas viviendas temporales constituían ejemplos de la segunda fase y se habían convertido en una realidad, en contraste con ejemplos de la tercera fase, proyectos de reconstrucción, los cuales aún se encontraban en etapa de planificación. Un concepto favorecido en la tercera fase fue el de trasladar ciudades enteras a tierra más elevada, pero realizar esta maniobra en la región entera con cada una de las comunidades afectadas no resuelve el problema ya que cada comunidad es distinta. El proyecto Renacimiento del Yuriage, concebido por Shoichi Haryu y otros, busca crear entornos que brinden protección sin la necesidad de alterar las características geográficas o desplazar grupos de personas, sino mediante la restauración de las comunidades a los estados originales con los que están familiarizados sus habitantes. Proyectos como éste no pueden planificarse en la primera o segunda fases porque toman tiempo, sino en la tercera fase, la de reconstrucción de proyectos, que es donde los arquitectos y su “entendimiento del espacio” o habilidad de lectura espacial juega un papel capital.
El desastre del 11 de marzo inspiro numerosas ideas a diversos arquitectos, desde Casa-para-todos, de Toyo Ito y otros ―programado para exhibirse en el Pabellón de Japón durante la edición 13 de la Exposición Internacional de Arquitectura, Bienal de Venecia (comenzando en agosto de 2012)―, pasando por el proyecto nacional de planificación del uso de suelo de Ryuji Fujimura, hasta la red de arquitectos ArchiAid para el apoyo de reconstrucción a menor escala. Una serie de talleres realizados por ArchiAid en la Península de Oshika, en Miyagi, atrajo a miembros de quince laboratorios universitarios con el objetivo de investigar y proponer soluciones para las diversas características de aldeas pesqueras de la localidad. ArchiAid centra su atención incluso en pequeñas comunidades que podrían pasar inadvertidas por consultores y contratistas generales y ofrece ideas para su reconstrucción.
Japón nunca se verá libre de sismos y maremotos. Estos desastres seguirán sucediendo a intervalos regulares, y por esta razón es importante que proyectos de reconstrucción asimilen las experiencias del pasado. Los arquitectos no sólo deben documentar sus memorias en papel y archivos digitales, sino también ―como en los proyectos de Katsuhiro Miyamoto y Yoshiharu Tsukamoto y su laboratorio en el Instituto de Tecnología de Tokio, así como con la preservación de reliquias arquitectónicas― incorporar sus recuerdos en un nivel físico para el desarrollo de nuevas comunidades. Muchos de estos proyectos sólo se convertirán en realidad en los años siguientes. Un precursor de estas propuestas es la competencia del otoño de 2011 y principios de 2012, con planes para edificar guarderías y escuelas en la ciudad de Shichigahama, Miyagi, con el apoyo de ArchiAid, presentado en la exposición como el proyecto final de la tercera fase. Y hablando de la exposición, incluí la palabra “inmediatamente” en su título para que, durante el curso de su gira de dos años, el público no llegara a pensar que los proyectos eran obsoletos. Es decir, el título sirve como un recordatorio de que el objetivo de la exposición es dar a conocer lo que fue posible hacer en los seis meses inmediatos al 11 de marzo.
Durante mi visita a la exposición en París, en la que di una conferencia, hojeé el libro de visitas y me sorprendieron los mensajes de aliento para Japón y la admiración por el número de proyectos que surgieron justo después del desastre. En un programa distinto organizado en marzo por la Fundación Japón di una conferencia sobre arquitectura después del 11/3 en Vietnam, un país que sigue en pie con la generación de energía nuclear y cuyo interés de la audiencia radicaba en su seguridad. Mientras que los sismos y maremotos son comunes en Japón, no suceden en todas las regiones del mundo. A Francia y a Vietnam no les preocupa. Sin embargo, cada país cuenta con sus propios desastres naturales. En estos dos países, por ejemplo, hay inundaciones y huracanes. El accidente nuclear en Japón ha llamado la atención del mundo entero y, de hecho, muchas de las preguntas que recibí en ambas naciones tienen que ver con este tema. Debo admitir que para la arquitectura es difícil responder o proponer soluciones en caso de un accidente nuclear, pero creo que la exposición dará el mensaje de que los arquitectos japoneses se están enfrentando a la catástrofe reciente y que esta actitud alentara a los arquitectos de otras naciones a pensar en qué pasos tomar si su región es afectada por un desastre, pasos sólidos que comienzan con la Fase Cero.
[*] Este texto se publicó originalmente en la revista Wochi Kochi con el título “Apuntes sobre la exposición ¿Cómo reaccionaron los arquitectos inmediatamente después del 11 de marzo? El gran sismo del oriente japonés” en 2012; agradecemos a la Fundación Japón las facilidades para la reproducción de este texto.