Octubre en películas (tercera parte)
Semana gringa
El cine estadounidense ha aportado bastante al género de terror. Si bien el slasher se enraíza en el giallo, las cuchilladas y la sangre que van de la mano de un montón de adolescentes calenturientos en el bosque es innovación definitiva del país norteamericano.
Es esa la magia de estas películas (sobre todo en los ochentas): su adolescencia. Los personajes son caricaturas de sí mismos, se encuadran en estereotipos (la indecente, el popular, el gracioso, etcétera) y sus marcos de acción no se exceden (salvo honrosas excepciones) ni un milímetro. El terror estadounidense ha creado más clichés que todo el cine junto: los negros y los fornicadores mueren primero; la virginal y bonita sobrevive; el geek, fan del género de terror, es la advertencia ignorada; siempre hay alguien (algún viejillo un poco loco) que lo sabía todo desde el principio.
Los estereotipos tienen la desventaja de hacer muy predecibles las tramas. Desde que se establece un plano “para adolescentes y adultos”, se sabe que esos dos han de morir; el que sale a orinar a deshoras, muerto; la que fuma marihuana, muerta; el asesino/monstruo nunca muere a la primera (y nadie se molesta en rematarlo); y un largo etcétera.
La visión hollywoodense derrama sus mieles como si fuera la sangre de los muchachos en la cabaña. Aquí la ventaja: el cine de terror gringo es una especie de radiografía de la visión ética del vecino del norte, pues censuran el sexo premarital, por ejemplo, pero lo presentan insistentemente, como si hubiera una necesidad rarísima de auto flagelarse.
Una mirada atenta de estas películas puede vacunar contra los engaños de los filmes políticamente correctos (como los que nos atosigan en las salas comerciales). El “hermano de mal gusto” del cine “de a de veras” confiesa los secretos incómodos de su parentela.
Troll 2 (15 de octubre)
Película completa aquí (tengan paciencia; el servidor es muy lento).
¿De qué va?
Un niño que puede hablar con su abuelo muerto se obsesiona con los goblins y su apetito por la carne humana. Durante el verano, sus padres hacen un intercambio de casa con una familia del misterioso pueblo de Nilbog.
¿Por qué verla?
Esta película se ha ganado el honroso título de “La mejor peor película de todos los tiempos” (aunque la competencia está muy cerrada; de cerca asoman Planet 9 From Outer Space y Bad Taste). Hay diálogos tan malos pero tan malos que son buenísimos. El nombre del pueblo (por si no lo habían notado) es “goblin” al revés, fallido palíndromo (o bifronte) que se revela en una parodia el famosísimo “Redrum” kubrickiano. El título trata de hacer referencia a Troll, película supuestamente exitosa de 1986. Aquí se deja ver el maravilloso esquema que se inventó en Italia en los sesentas: las falsas secuelas. Ésta película no es la excepción, pues fue producida por nada más y nada menos que Joe D´Amato. Lo peor de dos mundos resulta en un peliculón, divertido como él solo.
Night of the Comet (16 de octubre)
Película completa aquí.
¿De qué va?
Un cometa antiquísimo pasará cerca de la órbita terrestre en la Navidad del 84. El evento, cuya última repetición fue hace 65 millones de años (y que coincidió con la desaparición de los dinosaurios), se vuelve una fiesta en el mundo entero. El día después del paso del cometa, los habitantes del mundo han sido convertidos en polvo; unos cuantos sobrevivieron y otros fueron convertidos en zombis, sedientos de carne humana.
¿Por qué verla?
A parte de la guapa guapa guapisísima Catherine Mary Stewart en el protagónico, Night of the Comet abreva de dos clásicos: The Omega Man y Dawn of the Dead. De la primera toma la idea de sobrevivientes a una catástrofe mundial que pelean contra otros sobrevivientes asesinos y mutantes; de la segunda, la idea del mundo como patio de juegos: si sólo quedamos unos pocos, nada está prohibido. Aunque Night of the Comet no innova, sí le pone acentos muy norteamericanos: dos hermanas adolescentes, hijas de un militar, tienen que sobrevivir en este mundo postapocalíptico. Una de sus soluciones para aguantar la extrema soledad es probarse ropa en el mall más cercano al ritmo de “Girls just wanna have fun”. Insuperable.
In the Mouth of Madness (17 de octubre)
Película completa aquí.
¿De qué va?
Un investigador de seguros descubre que los libros de un autor de libros de terror están volviendo locas a las personas. El investigador revela una tras otra las situaciones extrañas: el editor no conoce al autor, nadie sabe dónde vive, etcétera. El investigador sospecha que tras estos libros yace un secreto demoniaco.
¿Por qué verla?
H. P. Lovecraft y Stephen King tienen cosas en común: son dos autores ineludibles del género de terror del siglo XX y los dos son homenajeados en esta película de John (El Capo) Carpenter. El escritor maldito, Sutter Cane, tiene tintes tanto del nacido en Providence como del de Nueva Inglaterra. In the Mouth of Darkness es la película de un fan, el homenaje a dos de los escritores que han definido lo que nos da miedo hoy en día. Plus: al final de los créditos, esta imagen.
Last House on the Left (18 de octubre)
Película completa aquí.
NOTA: La película está alojada en uno de los mejores servicios de películas por streaming (orgullosamente pirata): Cultmoviez. Tiene una videoteca increíble; es un sí o sí de tener para cualquiera que le guste el cine.
¿De qué va?
Un par de chicas van a un concierto de rock. En el camino, conocen a un muchacho que les promete drogas. Llegan a la casa donde les venderán las sustancias sólo para encontrarse con que ahí vive un grupo de maleantes que acaba de salir de la cárcel. Los maleantes las violan y las asesinan. Tiempo después, los criminales se hospedan, sin saberlo, en casa de los padres de una de las chicas.
¿Por qué verla?
Por la conexión entre música e imagen. Wes Craven (director de Scream) crea una atmósfera irónica con su montaje: soundtrack “cotorro” (sonidos graciosos, melodías infantiles) junto a escenas fortísimas (acuchillamientos, violaciones). Este sólo elemento es suficiente para poner a The Last House on the Left en la repisa de los clásicos. Si a esto se le suma una mezcla de rape vengance y de Mi pobre angelito, el resultado es un hilarante slasher, tal vez el primero de ellos tan en forma.
The Blob (19 de octubre)
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¿De qué va?
Un meteorito cae en un pueblo aburrido y sin mucho que ofrecer. Dentro del meteorito viaja una sustancia rosa que consume todo ser vivo a su paso y, con cada uno, aumenta exponencialmente de tamaño. Un equipo militar asegura la zona mientras una pareja de adolescentes intenta sobrevivir al frenesí asesino.
¿Por qué verla?
Es un remake de una película de 1958 protagonizada por Steve Mcqueen, y aunque eso le podría restar puntos, su fuerte está en tirarse de lleno al terror-comedia-acción. Lo muestra todo, desde motocicletas en alcantarillas, pasando por sacerdotes desfigurados que se vuelven locos, hasta frases como: “Es una película sobre un tipo con máscara de hockey que masacra a unos adolescentes. No se preocupe, no tiene sexo o algo malo”. Hay un par de homenajes a Friday the 13th y Nightmere on Elm Street. The Blob demuestra que el uso inteligente del montaje, el látex y la green screen puede más que cualquier CGI.
Killer Klowns from Outer Space (20 de octubre)
Película completa aquí.
¿De qué va?
Un meteorito se estrella en el bosque y una pareja de adolescentes descubre que ha aterrizado una nave de payasos alienígenas, cuyo plan es convertir a la población humana en algodón de azúcar para llenar los estómagos de los invasores.
¿Por qué verla?
Payasos. Asesinos. Extraterrestres. Esta película es una chorrada sobre las “travesuras” de los payasos en el pueblo. Asistimos a las variaciones del asesinato con recursos del icónico personaje del circo: cochecitos, animales de globo, algodón de azúcar, narices rojas y, en una de las escenas más memorables del cine de payasos, una ejecución con pasteles de crema.
The Cabin in the Woods (21 de octubre)
Película completa aquí.
¿De qué va?
Un grupo de adolescentes llegan a una cabaña en el bosque y descubre que, en el sótano, hay una serie de objetos malditos. Después de leer un diario en latín, unos zombis reviven y los cazan. Poco a poco, se van dando cuenta que no pueden escapar del bosque, no tanto por un elemento sobrenatural, sino por explosiones controladas y cámaras de video.
¿Por qué verla?
Los esquemas del terror estadounidense llegaron, en los noventas, a sus últimas condiciones. Ya no había argumentos posibles sobre las bases que se habían propuesto a finales de los setentas. Hasta que llegó The Cabin in the Woods. Bajo una forma posmoderna de “innovar sin inventar”, el director, Drew Goddard (qué giño), demuestra que el remix sí puede sorprender: no hay nada nuevo bajo el sol más que saturar, juntar y mezclar todo lo que hay. La idea de todas las variantes de monstruos y escenarios de las películas de terror son sólo formas de un ritual antiguo —que, ayudado por la tecnología actual, trata de mantener el mal primordial en su sueño eterno— abre las posibilidades de una nueva lectura del género. A pesar de la referencialidad (desde Evil Dead hasta la Sinister), la película se sostiene como una nueva mitología. De entre toda la aburrición que desde hace años padece el cine hollywoodense de terror, The Cabin in the Woods es un refrescante trago y, al mismo tiempo, su epitafio.
Para ver la primera y segunda parte de Octubre en películas da clic aquí y aquí.