A estas alturas del siglo podría pensarse que leer revistas culturales es una costumbre de la antigüedad, una romántica tradición propia de almas sensibles, apegadas a la textura del papel y los efluvios de la tinta.
Entre el libro y la traducción
Con el pelo corto y sus gafas de pasta gruesa, deportivas, Rodolfo Mendoza me recibe en su mesa habitual de un conocido café del centro de la ciudad.
Al cierre de la edición impresa, Agustín del Moral fungía como director editorial de la Universidad Veracruzana, cargo que ahora ocupa Édgar García Valencia.