Penúltimo exponente de la Nouvelle théologie, Hans Küng perteneció a una generación perdida y nunca suficientemente aquilatada de teólogos católicos (la mayoría franceses) de la talla de Rahner, Congar, de Lubac, Teilhard de Chardin, von Balthasar, Schillebeeckx y Daniélou, todos acusados de heterodoxia (y en el caso de la obra del jesuita Teilhard de Chardin, con una advertencia decretada post mortem sobre imprecisiones rayanas en la herejía).