Sedimento, 29 cm x 21 cm, tinta china con acuarela.
Autor: Alejandra Torres García
Primero fui hombre
Un cinturón de agua escondía entre la espuma
la mitad de mi cuerpo,
como la charca a los lechones.
Jugué con pájaros de hule.
Mi mano cabalgó el gallo de lunares
en el montículo de la rodilla:
pequeña isla desnuda.
Dicen que inventé la risa,
una ciudad flotante entre la espuma.
Yo primero fui hombre.
Una creatura batiendo los collares de gotas
en el cuarto de baño.
Pájaros y pájaros,
el agua estuvo llena de pájaros,
plumas de goma que distorsionaron
la ardentía de mi voz.
Yo primero fui hombre.
Ahí estuvo y no lo supe,
mi reflejo más limpio
más transparente.
Fuera del agua corrí
como animal sin nomenclatura
hasta la cama:
nocturno brillo de infancia.
Mi madre dijo mi nombre al espejo,
cepilló mi cabello a través
de la profundidad de un rostro
perdido.
Yo primero fui hombre hasta que no.
Mi imagen oscura
se la tragó el desagüe.
Primero fui hombre, 29 cm x 21 cm, tinta china con acuarela.
Sedimento
A las cuatro vueltas se echa el perro en mitad de la casa:
lugar distorsionado que me habita.
Envuelto en su letargo,
el perro es un caracol marino
donde puedo escuchar todo el mar que
llora.
La tarde desenreda su lomo a contraluz.
Supongo que me lleno de tristeza.
Sedimento, 29 cm x 21 cm, tinta china con acuarela.
Autor: Alejandra Torres García
Ojo de agua sucia
Ver, mirar y observar,
desenvolver la atadura de la luz
en el ojo.
Colarse por la herida de los signos,
hundir los dedos en su costado putrefacto.
Vestir de abogado, de poeta,
y decir por ejemplo
mi nombre es Gregorio
y soy una cucaracha.
Observar d e t e n i d a m e n t e
la hoja, la pluma, la escama,
una ruta posible.
Mirar el camino sobrenatural de la lluvia.
Tener el secreto del agua en el
ojo.