Poemas: Como en las películas de ficheras, Las tres f, Como bolsas raídas de mandado
Como en las películas de ficheras
Al cumplir dieciocho, mi padre y mi padrino
me llevaron a quitar lo marica,
era un lugar con luces de neón
como en las películas de ficheras,
con nombres de planetas y constelaciones.
Crazy de Aerosmith,
una bailarina de cabello dorado
y olor a chiles en vinagre,
nos dieron la bienvenida.
Mujeres, desnudas,
como mi dignidad
se deslizaban
por un tubo de acero.
Nos dieron trato de reyes,
una mesa frente al escenario.
Elige una, dijo papá
mientras nalgueaba a una muchacha con culo de durazno
¿Cuál te gusta?, insistía
mientras mi padrino lamía otros pezones
con forma de hotcake.
Temblando, señalé a la más pequeña,
la que parecía sufrir con las miradas
de los hombres que escupen en las aceras.
Invítale una chela, me ordenó.
Ella se sentó en mis piernas,
¿Cómo estás, papito?
me dijeron ella y su perfume insoportable de vainilla
como en supermercado.
Vas a tener que tocarme mientras estamos aquí, dijo
cuando nos enviaron al privado
un señor que veía todo tras una reja.
Sus pechos eran dos higos pequeños,
¿No te gusta? Ya sé que no eres como ellos, me decía
¿Cómo te llamas?
Juan Pérez, le dije
¿Por qué lo haces?
Aquí tenemos que hacer quince puntos para salir, me explicó.
Cuando el guardia dijo tiempo,
yo tenía una nueva amiga.
En la mesa
mi padre borracho descansaba
como un garrafón de agua lleno de polvo
mientras mi padrino y yo nos besábamos,
ese fue mi último regalo de cumpleaños.
Las tres f
Para ser bellos se necesita:
una hora de gimnasio,
visitar la barbería
cada quince días,
un perfume amaderado
usar ropa planchada, en tendencia
hablar grave, pero no mucho tiempo,
tener barba.
ser cuidadoso con la piel pero no tanto
porque se malinterpreta.
Tener un coche, pero no cualquiera
un Mercedes o un BM.
Si es posible un perro
que intimide a los pequeños chihuahuas
y a los poodle que se pasean en el parque.
Una maestría,
un trabajo con muchos ceros en la cuenta,
prestaciones.
Fotos por Europa
pero no muchas
porque debes ser humilde, pero no tanto
porque hay que poner el ejemplo,
mostrar el éxito.
Un hombre debe tener
las tres f
como lo dicta
la sabiduría popular
feo,
fuerte,
formal,
de lo contrario,
no llevará de comer
no funcionará
para cargar cosas pesadas.
No podrá casarse
mas que con sus heridas.
Como bolsas raídas de mandado
Hay días en que las palabras ciñen
como bolsas raídas de mandado.
El plástico a punto de explotar
dibuja en los pliegues de mis dedos
el morado que detiene nuestro camino.
La pausa, es inevitable,
es el peso de los que protegemos
la generosidad y el cariño
con la mejor artillería y mente de ajedrez,
como una suerte de inocente Pandora
pienso, en la derrota
de los que hemos entregado el corazón
a todo aquel que ejerció una sonrisa farisea.
Otra pausa,
el rayo de sol en el rostro cansado
y el sudor del medio día, indican:
hay días en que las palabras ciñen
y el cambio de mano es inevitable.