Tierra Adentro
Fotografía por Pixabay.

Soberbio, amado, hambriento, odiado. Puro en la pura sinrazón que nos gobierna. País que del verde al rojo salta sin detenerse en el blanco porque el blanco, punto medio y perdido, es el infierno-paraíso que comparte los templos.

(Vivimos rodeados de pureza, Efraín: lavamos el dinero, tenemos drogas y mujeres blancas Y el territorio es un áspero edén de muerte cuartelaria donde la sangre de los buenos corre todavía.)

Es nuestro país el alcohol y el asco entre la prórroga de los préstamos y de los créditos. Es decir: ¿Qué le parece el mar de dólares, Mister President? Y es así como la patria deja de ser patria para volverse museo y sepulcro y jauría de huesos y divisas que la tierra reclama.

Y es piedra cíclica la Historia: vendrán los mismos gases, vejaciones y calumnias de otro tiempo. Nos quedaremos soñando la patria sin crímenes; viviremos vendados con banderas cobardes, bajo la negra niebla de las más negras condiciones.

(Ya escucho las botas de la Gestapo criolla, Efraín. ¿A dónde vamos ahora?)

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