Tierra Adentro
Octavia Estelle Butler firmando una copia de Fledgling. Nikolas Coukouma (CC BY-SA 2.5)
Octavia Estelle Butler firmando una copia de Fledgling. Nikolas Coukouma (CC BY-SA 2.5)

 

Belief

Initiates and guides action—

Or it does nothing.

 

Octavia E. Butler, Parable of the Sower

 

 

Por mucho tiempo, demasiado tiempo, la ciencia ficción y la distopía fueron soñadas solo por hombres blancos. Así, sus protagonistas por excelencia fueron similares a sus creadores: ¿quién puede olvidar a Winston Smith de 1984, Bernard Marx de Un mundo feliz o a Montag de Fahrenheit 451? Durante la primera mitad del siglo XX, la ciencia ficción fue masculina, casi olvidando sus orígenes en la pluma de Mary Shelley, y se mantuvo blanca como había sido desde el inicio. Podría haber permanecido así por mucho tiempo, de no ser por la llegada de Octavia Butler.

 

Devil Girl from Mars

Hija de Octavia Margaret Guy y Laurice James Butler, Octavia E. Butler nació un 22 de junio de 1947 en Pasadena, California. Después de la muerte de su padre, su madre la educó en las enseñanzas de la iglesia cristiana bautista. Octavia pronto aprendió a leer y a soñar con mundos distantes que echaban raíces en las estrellas.

Acostumbrada a crear historias para entretenerse y a pesar de ser una ávida lectora con aspiraciones literarias, Octavia nunca había imaginado que podía haber un futuro para ella en la escritura. Todo eso cambió cuando a la edad de 12 años, Butler se sentó a ver Devil Girl from Mars: la película de ciencia ficción que la impulsaría hacia la escritura.

Su salto al mundo de la ficción especulativa se debió a la siguiente serie de revelaciones que tuvo al mirar esa película y que compartiría en una charla para el MIT: “la primera [revelación] fue: ‘caramba, puedo escribir una mejor historia que esa’. Después pensé: ‘cualquiera puede escribir una mejor historia que esa’. Pero la clave estuvo en la tercera revelación: ‘le pagaron a alguien por escribir esa historia horrenda’. Así que empecé a escribir.” Sus cuentos y manuscritos no tardaron en llegar a todas las revistas posibles en espera de ser publicados.

Rechazada una y otra y otra vez, Butler temía que la sentencia de una de sus tías fuera realidad: “no existen los escritores negros”. Pero Octavia se mantenía decidida a hacer de la escritura su profesión por lo que años después llamaría la “obsesión positiva” de escribir y ser reconocida por ello. Había encontrado su hogar en la ciencia ficción y en la distopía y no pensaba renunciar a ellas.

Se levantaba temprano y escribía, iba a trabajar en su empleo en una fábrica y regresaba a seguir escribiendo. Escribía durante los descansos y durante el almuerzo y eventualmente su escritura la llevó en 1968 al Screenwriters’ Guild Open Door Program. Ahí, sus textos llamaron la atención del entonces reconocido escritor de ciencia ficción Harlan Ellison, quien le recomendó que asistiera al Clarion Science Fiction & Fantasy Writers’ Workshop, un taller de escritura de seis semanas.

El taller le trajo a Butler dos victorias, las primeras de muchas en el mundo de la escritura: ver publicado por primera vez uno de sus cuentos y conocer al que por muchos años había sido el único escritor negro de ciencia ficción, Samuel R. Delany.

Su amistad con Delany la acompañaría el resto de su vida, pero aún pasarían más de cinco años de empleos mal pagados en fábricas y tiendas antes de que Butler volviera a ver publicado su trabajo. Pero la espera valió la pena y en 1976 vendió los derechos de su primera novela y el inicio de su primera saga: Patternmaster.

 

Obsesión positiva

“Parece existir una regla no escrita, hiriente y en desacuerdo con las realidades de la cultura americana. Dice que no se supone que te preguntes si por ser mujer o por ser una persona negra eres realmente inferior: no lo suficientemente brillante, rápida o buena para hacer las cosas que quieres hacer. […] ¿Quién era yo, después de todo? ¿Por qué alguien debía prestar atención a lo que tenía que decir? ¿Tenía algo que decir? Pero aún así no podía parar. La obsesión positiva se trata de no poder parar aún cuando estás llena de miedos y de dudas.”

Octavia Butler, “The Birth of a Writer”

 

Afrofuturismo

El crítico Mark Dery acuñó el término “afrofuturismo” en su ensayo de 1994 “Black to the Future”. Según Dery, el afrofuturismo es “la ficción especulativa que toca temas y preocupaciones afroamericanas en el contexto de la tecnocultura del siglo XX. Y, en términos más generales, [que toca] significaciones afroamericanas que se apropian de imágenes tecnológicas y de un futuro prostéticamente mejorado”. Desde entonces, el afrofuturismo ha crecido para convertirse en un movimiento artístico de reivindicación multidisciplinaria de la diáspora africana, no simplemente limitado a la literatura.

Pero al momento de la publicación de ese artículo, el número de autores afroamericanos de ciencia ficción, y por lo tanto los únicos exponentes del afrofuturismo, se reducía a cuatro: Samuel R. Delany, Octavia Butler, Steve Barns y Charles Saunders. Era un panorama escaso y profundamente masculino, pero para el final de la vida de Butler, esa cifra se multiplicaría exponencialmente.

 

¿Una falta de confianza?

Trabajo escribiendo ciencia ficción y fantasía, hasta donde sé soy la única mujer negra que lo hace. Cuando empecé a hablar en público, una de las preguntas más comunes era ‘¿Qué bien le hace la ciencia ficción a las personas negras?’[…] Resentí esa pregunta, ¿por qué tendría que justificar mi profesión?
Cuando vendí mi primera novela, solo éramos dos escritores negros, Samuel R. Delany y yo. Ahora somos cuatro. ¿Por qué tan pocos? ¿Es una falta de interés? ¿Una falta de confianza? Una mujer negra joven me dijo una vez: ‘Siempre he querido escribir ciencia ficción, pero no pensé que era algo que una mujer negra pudiera hacer’”

Octavia Butler, “Birth of a Writer”

 

 

La gran dama de la ciencia ficción

Una vez concluida la saga de 5 volúmenes de Patternmaster, Butler publicó Kindred (1979), la novela que la sacaría de los trabajos mal pagados e iniciaría su fama como una de las mejores escritoras de ciencia ficción del mundo.

En ella, Butler cuenta la historia de Dana, una escritora que viaja al pasado accidentalmente donde conoce, en una plantación, a sus ancestros: una esclava y un esclavista. Dana es capturada y hecha esclava en esa misma plantación donde descubre que su existencia depende de la violación de su antepasada. Kindred no se asusta de explorar la realidad de la vida en esclavitud ni de las herencias dolorosas que construyen la identidad de su protagonista. Así, Butler confronta a sus lectores con los horrores que conforman no solo la historia de la diáspora africana, sino la fundación de los Estados Unidos. Kindred fue su primer éxito editorial y se ha mantenido como un bastión de la literatura afroamericana. Después de su publicación y con sus obras subsecuentes, Octavia Butler se convirtió en la primera autora negra en ganar los premios Nébula de ciencia ficción a mejor novela y relato corto, el premio Hugo de ciencia ficción a mejor relato y en ser la primera escritora de ciencia ficción en ser escogida como ganadora de la beca Genius de la fundación MacArthur y llegó a ser llamada “la gran dama de la ciencia ficción”.

En sus siguientes novelas, Butler continuaría hablando de raza, religión, identidad afroamericana, género y espiritualidad creando mundos y protagonistas complejos; conformados desde antes de su nacimiento por historias y herencias que los moldean.

La mayoría de sus protagonistas, mujeres jóvenes, fuertes y afroamericanas deben enfrentarse a mundos que, como el nuestro, están plagados de racismo, violencia, clasismo y machismo. Tal es el caso de Lauren Olamina, la protagonista hiperempática de La parábola del sembrador (1993) y La parábola de los talentos (1999), la serie que le valió a Butler su primer Premio Nébula a mejor novela de ciencia ficción.

Lauren busca refugio tras la destrucción de su comunidad a manos de unos pirómanos en unos Estados Unidos destrozados por el calentamiento global, el racismo, la mala administración, la drogadicción y la violencia rampante. Lauren tiene dos secretos: sufre de hiperempatía, una habilidad que le permite sentir el dolor o el placer de los demás al verlos y es la primer creyente de Earthseed, una religión creada por ella misma que se rige bajo los principios de “Dios es cambio. Dios siempre permanece. Dios moldea a todos. Todos moldeamos a Dios”.

A su alrededor se va formando, poco a poco, la primera comunidad de creyentes de Earthseed conformada por esclavos emancipados, migrantes latinoamericanos, mujeres que lograron escapar de la prostitución y niños rescatados de los caminos; todos ellos destinados a llegar hasta las estrellas. Entre sus oponentes están primero las bandas de drogadictos pirómanos que arrasan con todo lo que pueden incendiar y después, grupos de supremacistas blancos liderados por un presidente que sostiene el lema de Make America Great Again.

La saga de Las parábolas ejemplifica el tipo de narración que Octavia Butler le dio al mundo: una que no se oculta de los temas difíciles de raza, religión o género, que no siente la necesidad de blanquear a sus protagonistas y sociedades, que no teme mostrar la vulnerabilidad de sus personajes o sus cuestionamientos filosóficos, morales y religiosos y que pone el foco en la vivencia femenina y afroamericana. Una que muestra al mundo como es y cómo podría llegar a ser, con toda su terrible brutalidad.

 

Africanofuturismo

La escritora estadounidense Nnedi Okorafor acuñó en octubre de 2019 el término africanfuturism como el siguiente paso del afrofuturismo. Según Okorafor, donde el afrofuturismo se encargaba de las preocupaciones e historias distópicas y de ciencia ficción del futuro de los afrodescendientes en occidente, el africanofuturismo no privilegia ni se centra en Europa o las Américas. Sino en África, su historia, su magia y su diversidad cultural. El afrofuturismo y el africanofuturismo están conectados en tanto que las personas negras comparten, dentro y fuera de la diáspora, “sangre, espíritu, historia y futuro”, pero para Okorafor, es importante dejar de centralizar en occidente las historias de ese futuro.

Afrofuturismo: Wakanda construye su primer puesto de avanzada en Oakland, CA, USA.

Africanofuturismo: Wakanda construye su primer puesto de avanzada en un país africano vecino.”

 

Transformaciones en la imagen de las distopías modernas

Hagamos un ejercicio de visualización: imaginemos juntos un futuro distópico. Pensemos en una ciudad en un futuro medianamente cercano, pero tecnológicamente más avanzado, arrasada por el hambre, la guerra, el cambio climático y un gobierno opresor. Pensemos en que en esa ciudad hay una persona decidida a arriesgarlo todo por una oportunidad de escapar de ese infierno. ¿Cómo es la persona que acaba usted de imaginar?

Por mucho tiempo, al hacer este ejercicio, mi cerebro conjuraba alguna mezcla de Neo de Matrix y Winston Smith. Ambos protagonistas perfectamente aceptables, pero al menos para mí, ajenos. Al pensar en la ciudad, me la imaginaba en algún lugar perdido de los Estados Unidos, blanca y distinta al lugar donde crecí, pero correcta según mi percepción de la ciencia ficción. Ahora creo que preferiría imaginar a una mujer de mi edad en algún lugar desolado de un México futurista y distópico. El deseo por esas nuevas historias me lo dio Octavia Butler.

Es difícil imaginar que la ciencia ficción y la distopía pueden contar algo más que historias de hombres blancos cuando no se ha leído más que a hombres blancos. Cuando el mercado nos satura con sus creaciones, tan buenas y disruptivas como han llegado a ser, es fácil acomodarnos en esa percepción de la ciencia ficción como la tierra de Luke Skywalker, Paul Atreides y Spock. Es fácil marginar, entonces, a los afrofuturismos, africanofutursimos y narraciones feministas, es fácil decir que la ciencia ficción no se trata de eso. Pero la ciencia ficción siempre ha estado en el margen, siempre ha sido el lugar donde todo puede ser cualquier cosa y sería una traición a la esencia del género pretender, ahora, ponerle fronteras.

 

Personajes creíbles

“La ciencia ficción se extiende hacia el futuro, al pasado, a la mente humana. Alcanza otros mundos y otras dimensiones ¿Es, aún así, tan limitada como para no poder alcanzar las vidas de los humanos que no son blancos? Los personajes negros, asiáticos, hispanos, amerindios o pertenecientes a alguna otra minoría han estado notoriamente ausentes de la ciencia ficción, ¿por qué será?
[…] ¿Son los personajes que forman parte de minorías raciales, en este caso los personajes negros, tan disruptivos que su mera presencia afecta tanto la historia que termina girando el foco de la trama a cuestiones de raza en lugar de la historia planeada por el escritor? […] Este es el mismo tipo de estereotipo, consciente o inconsciente, con el que las mujeres han luchado por mucho tiempo. Ningún autor que ve a las personas negras como personas, con preocupaciones, fallas, deseos y habilidades, tendría problemas creando personajes negros con contextos y anhelos creíbles.”

 

Octavia Butler, “The Lost Races of Science Fiction

 

La parábola del sembrador

Octavia Butler falleció el 24 de febrero del 2006 a los 58 años. Hoy, 22 de junio, sería su cumpleaños 75. Su obra se parece a la historia bíblica que le dio nombre a una de sus novelas más famosas: La parábola del sembrador. Butler, con su educación bautista debió conocerla muy bien. Es la historia de un hombre que va arrojando semillas, que representan la palabra de Dios, unas caen en terrenos poco adecuados y no germinan y mueren, pero otras caen en tierra fértil y se convierten en plantas que crecen y dan mucho fruto.

Butler fue esa sembradora que plantó las semillas de una nueva era de ficción especulativa en tierra fértil. Esa tierra ya ha dado a luz en nuevas voces y nuevos estilos; en africanofuturismos y ciencia ficción latinoamericana o asiática; en mundos que nos pertenecen a todos.

 

 

 

 

Bibliografía

Butler, Octavia, “The Lost Races of Science Fiction” en “In 1980: Octavia Butler Asked, Why is Science Fiction so White?”, Garage Magazine.

—————— “Birth of a Writer” y “Furor Scribendi” en Bloodchild and Other Stories, Seven Stories Press, 2003.

——————- Parable of the Sower, Grand Central Publishing, 1993.

—————— “Devil Girl from Mars: Why I Write Science Fiction”, MIT Press, 1998.

Damián Miravete, Gabriela, “Misión en órbita: los africanofuturos”, Gatopardo, 2021

Dery, Mark, “Black to the Future: Interviews with Samuel R. Delany, Greg Tate and Tricia Rose”, Flame Wars. The Discourse of Cyberculture, Duke University Press, 1994.

Okorafor, Nnedi, “Africanfuturism Defined”, Nnedi’s Wahala Zone Blog, 2019.