La czarigüeya huérfana, antídoto
[Fragmento de La czarigüeya escribe de Diana Garza Islas y Sergio Ernesto Ríos, Editorial An.alfa.beta, Monterrey, 2014].
En cierta forma te vuelves político
cuando no tienes la oportunidad de ser poético.
Creo que los seres humanos preferirían
sin duda ser poéticos.
Cildo
Cuando soy padre, cuando aparento ser padre frente a la sociedad en los bailes, el libro es un juego en el sin sentido, algo lúdico juguetón. Lo infantil, lo naif en cruce con las nuevas tecnologías brindadas a todos nosotros desde silicona vali. Niños poetas.
Es un juego.
Sólo un juego.
Se burla, es un juego.
Se burla del gremio literario, es un juego.
Se burla de los que se burlan del gremio literario, es un juego.
Se burla de ella misma en su czarigüeyísima personalidad, es un juego.
El niño está jugando.
Cuando soy padre, el niño sólo quiere atención, sólo quiere jugar, por más que se burle, grite, llore o malacopee. Y se le brindará la misma cordial respuesta con una sonrisa de gozo. Soy padre y cuanto más padre soy, mayor es mi capacidad para reaccionar de la misma manera, para apropiarme de la potencia del niño, enunciando qué tan tremendo es, qué tan infantil es, qué tan inapropiado es, qué tan excéntrico es. Y su potencia política real, con estas enunciaciones, se va desvaneciendo, en actos en realidad sistemáticos. Sobra decirlo.
El sin sentido no es infantil, ni loco, ni un juego. Es una potencia política para desarticular dirigida hacia la nada.
Dentro del sin sentido no hay nada y del niño tampoco.
Agujero negro.
¿Qué tiene que ver este libro, con lo que está afuera de este libro?
En realidad nada pasa adentro de este libro.
Está multiplicado al infinito de la materia que lo genera, y su generación es la propia conexión al exterior. Taberna, Casa de las américas, 1969. Todo está pasando afuera del libro. Todo está pasando dentro del libro.
El niño es el perro flaco que es la calle que corre por la calle que mira Virginia Woolf desde cualquier otro lugar que no sea su escritorio.
Pero hay un padre que todo lo ve y siempre, siempre, siempre, tiene un escritorio.
La locura del niño ocupada.
Y una propuesta de contra absurda ocupación.
Seguimos.
La czarigüeya escribe:
Yo te reclamo, no humildad, no obsecuencia, sino enlace con “esto” que nos envuelve a todos, llámale la luz o César Vallejo o el cine japonés: un pulso sobre la tierra, alegre o triste, pero no un silencio de renuncia voluntaria.
Pero la czarigüeya no es enlace que nos envuelve a todos, no es la luz, ni César Vallejo, ni el cine japonés: no es un pulso sobre la tierra, alegre o triste.
Triste sabiduría: enlace que nos envuelve a todos, tampoco es enlace que nos envuelve a todos, y la luz tampoco es la luz, ni César Vallejo es César Vallejo, ni el cine japonés es el cine japonés: y ni el alegre o triste pulso sobre la tierra, es en realidad un pulso sobre la tierra.
Sólo el silencio de renuncia voluntaria, es en realidad, el silencio de renuncia voluntaria.
La nada en su positividad.
Luther Blissett y su huelga de arte, 14 años atrás.
La huella del czar remata, ya no hay escapatoria al final, fe, esperanza o posibilidad.
Y en un cinismo prodigioso, cuando lo único que no cambia de bando es la traición y como ya no es posible articular, la czarigüeya obedece al opuesto dios.
El desarticulagod.
Juego lúcido lúdico musical.
Cambie la letra c por la letra d a voluntad.
Hasta que las palabras juego y luz se vuelvan a encontrar en el libro de Diana y Sergio.
Carcajada: todo va perdiendo sentido. Es una czarigüeya en parodiada. Satiriza todo, rompe todo.
Conquista: la czarigüeya ocupa todo. Está en todos lados. A todas horas. Es la metástasis. Ridículamente absurdo es este texto kamikaze y sigue. Es interminable, Recurso inagotable. Todo es una czarigüeya.
Nota al pie de página: ahora encontrarás czarigüeyas hasta en la sopa. Y cuando la nota dice, hasta en la sopa, quiere decir, afuera de la sopa.
Recuerdo cancerígeno: ¿alguien sabía del tipo de células llamadas “hela”? Las células de un tumor extirpado a una paciente a finales de los sesentas, llamada Henrietta Lachs. Que hoy siguen vivas en laboratorios en todo el mundo, mientras el cuerpo que las generó, murió hace muchísimo tiempo. Las czarigüeyas están en todos los laboratorios del mundo también. Y están en el trabajo, en la fila para cualquier lugar, en el camión, en la deriva, en la comida, en la comedia, en la crítica, en la fotoperiodista de la pobreza.
Y digo libro kamikaze porque muere. Porque al final está haciendo un homenaje. Porque inevitablemente con esto se adhieren a cierto linaje. Porque es veneno y envenenado pero al mismo tiempo antídoto. El antídoto del absurdo llevado al máximo. La czarigüeya abarcó el cuerpo del todo. Carl Sagan, Carl’s Junior, oh Carl.
Y todo se refuerza de sentido. Y todo se retuerce de delirio.
Un antídoto es una versión burda de la enfermedad. Una sátira de la enfermedad. Un sarcasmo del virus para que nuestros propios anticuerpos puedan identificarlos, y desarticularlos. Parodia de ellos mismos. Risa de delirio hermosa con los ojos más abiertos.
Ahí donde está la enfermedad, ahí también crece lo que salva. Hölderlin, México, 2014.
Y la enfermedad es la velocidad. Un golpe no hace nada si no va a kilómetros por hora. Una bomba que cae un centímetro no explota. El ¡ya! El ¡ya! del grito del dictador. Lo quiero ahora. “I want it now. Now, now, now”. Un ejército ocupando Gaza o uno desapareciendo a 43 estudiantes, lo hacen rápido y de manera fulminante. Y el camino al éxito, a la fama, siempre se da de un salto. Un premio por llevar puesta una camiseta con rombitos cuando al juez desde niño le gustaron los rombitos. Pues bien, las czarigüeyas han invadido al mundo entero, al lenguaje entero. No dejaron nada y lo hicieron muchísimo más rápido, en un libro muy cortito. La velocidad al límite, es la czarigüeya que escribe. Ironía sobre la imposición y todas sus formas. Libro homenaje y sátira del homenaje.
Si como Foucault dice, un libro es una caja de herramientas, la que yo encontré en la czarigüeya escribe, es la herramienta de czarigüeyizar todo lo que me parezca czarigüeyizable. Todo lo que parezca dirigido. Todo lo que sistemáticamente se ha reproducido hasta el forzar su repetición en nosotros. Todo lo que ya ha sido ocupado por la Urstaat, la CIA, la multinacional.
Lo terminé de leer.
No sé qué decirte. Hay cosas que me gustan.
Algunas me parecen muy divertidas. Lo volveré a leer.
Hablamos mañana.
Hay una cosa que me gusta: el discurso roto pero hay algo de soledad. Cuando lees la nota al final, todo hace un sentido espiraloso.
Creo que habla de un momento… hoy. Nada tiene sentido y cualquier cosa puede ocupar la variable significantástica. En este caso la czarigüeya, pero para los morenazis del PAN, la svástica.
Hay una cuestión política. Hay una cuestión de paranoia.
Pararoña.
Me pasa que cuando el modelo neoliberal ocupa los espacios del sin sentido que antes no ocupaba, ¿dónde estamos parados?
El sinsentido fue respuesta del orden. El establishment nuvó es antiestablishment. Pero ellos no son los que se muerden la cola.
El formato ya está ocupado, ha sido apropiado. Quizá cultivado. Evidentemente cultivado.
¿Y ahora dónde estamos parados?
En el no poder enunciar, enmudecidos.
Como esas canciones de protesta argentinas que tenían que decir cosas que no eran, para decir las que sí eran. Pero ahora se puede decir todo. En teoría todo. Sí, en teoría. Estamos atrapados a repetir versos y vivir del Estado.
Sí, la autopista de Deleuze, hablando de Foucault hablando de Burroughs. Yo creo que nos atacan por todos los flancos contando a este que escribe. La paranoia es la búsqueda de la orfandad, la orfandad es la paranoia atravesada.
Lectura inmediata: esto es una cosa que se está burlando de todo. Con pequeños chistecillos internos que sólo interesan a los escritores, en un formato pop, de zapping, haciendo un mix de cuestiones políticas, vanguardias, hollywood y arte. El formato está ya ocupado, hay que moverse más rápido.
Si entran al ego, las formas del capitalismo estético extremo, soy el cáncer y el canceroso.
Vestido de azul platino. Que ingenuo, que ingenuo, que ingenuo camarada, tu muerte no será vengada.