Tierra Adentro

En lo más profundo de la zona maya de Quintana Roo, el hip-hop es una apuesta por mantener vivo un lenguaje y una forma de ver el mundo. Lejos de los grandes hoteles, del turismo masivo, y de la burbuja de la moda de Playa del Carmen y del ruido del spring break, los jóvenes de Felipe Carrillo Puerto hacen hip-hop en su lengua, con su ritmo, con el que reflejan sus costumbres, su historia y cosmogonía.

GUERREROS DE LA PALABRA

En una población mayoritariamente maya, donde más del ochenta por ciento son bilingües, Pat Boy, Dj Joe, Cima y Zamorajhobick son algunos de los muchos jóvenes hiphoperos, todos entre los diecisiete y los veinticuatro años de edad, que narran el mundo desde su lengua, como mayas vivos y no como piezas etnográficas. Si se refieren al 2012 lo hacen porque viven en este año, si hablan de clases sociales lo hacen desde el macehual y no desde las ideas del mundo contemporáneo. Las canciones de estos jóvenes son invitaciones a descubrir el mundo prehispánico vivo, las costumbres de los quintanarroenses fundadores, sus tradiciones, su forma de vida y sus comunidades.

Jesús Pat es conocido en el mundo del hip-hop en maya como Patboy, tiene veinte años y sus canciones son muestra de la vida en el centro del estado de Quintana Roo. Jesús vive a treinta kilómetros de Carrillo Puerto, enclavado en la zona maya, de la que ha heredado una historia profunda y un rostro indígena. De diecisiete años, Roger Cima ha decidido que su apellido sea su nick y así, es “El Cima”; Miguel Zamora se convierte detrás del micrófono en ZamoraJhobick, una mezcla entre su apellido y lo que “yo vi”; mientras que Joel David Tuz Kauil, de veinticuatro años, es parte del colectivo MayanPoetry bajo el nombre de Dj Joe. Todos ellos escriben canciones desde su concepción del mundo, en maya y en español.

En las calles de Felipe Carrillo Puerto las bicicletas son un medio de transporte común y el silencio de la siesta es casi una obligación después de la comida. En los portales de las casas encaladas, de una sola planta, las mujeres visten el hipil tradicional y platican en maya. Aquí las raíces no son de oropel ni impuestas, la zona maya de Quintana Roo, a poco más de una hora de la famosa zona turística de Tulum, está viva en sus costumbres y tradiciones.

En este lugar, llamado así por el “apóstol de la raza de bronce”, Felipe Carrillo Puerto, los camiones sólo se detienen cuando van de paso hacia Chetumal o hacia Valladolid. Pocos llegan, menos se quedan, la vida no cambia mucho en sus más de ochenta poblaciones de menos de cinco mil habitantes, y eso es lo que cuentan los guerreros de la palabra en su hip-hop: desde la historia de la cruz parlante (fundacional de este municipio en la guerra de castas), hasta la vida de una juventud que está orgullosa de su pasado y que lo vive cada día, que entienden el mundo a través de la cotidianidad de la zona y que abordan, desde sus peculiares puntos de vista, temáticas recurrentes de nuestra sociedad: el maltrato, el poder, el dinero, la desigualdad, el pandillerismo, la violencia, el amor, el respeto a las tradiciones, las problemáticas, la falta de espacios, la competencia, la vida, la muerte, los abundantes embarazos no deseados entre adolescentes quintanarroenses, la sociedad y sus prejuicios, la intolerancia y el racismo. Temas que “voltean”, es decir, que traducen al maya o al español, dependiendo del caso, del gusto y de la necesidad.

Los hiphoperos de Carrillo Puerto concuerdan en que rimar en maya no condiciona, aunque reconocen que cada lenguaje tiene su nivel de dificultad; para ellos, el maya tiene palabras cortas que riman a gran velocidad y lo comparan con el inglés. Patboy afirma que hacer hip-hop en esa lengua resulta más fácil, porque la conjugación de verbos da una velocidad de rima que el español no, y por ello, coincide Dj Joe, se producen frases con un ritmo vertiginoso.

HERRAMIENTAS DIGITALES EN MAYA

La tecnología es sin duda una puerta para todos estos jóvenes, no sólo como medio de difusión, sino de creación. Gracias al acceso a computadoras personales y teléfonos de última generación, los hiphoperos graban canciones, editan, distribuyen en mp3 y suben a YouTube el registro de sus presentaciones.

Patboy está a punto de grabar su primer disco oficial, lo hará en Xalapa, Veracruz, con el productor Manuel Monforte, quien se interesó en su propuesta por dos razones: por ser actual y por ser en maya. Mientras que el colectivo MayanPoetry ha editado dos discos, producidos por ellos mismos en su pequeño y humilde estudio enclavado en Carrillo Puerto. Los integrantes de MayanPoetry han estado juntos más de siete años haciendo hip- hop en maya, originalmente eran cuatro integrantes, ahora son un trío, dos hombres y una mujer. En este largo recorrido han logrado buena aceptación en la península de Yucatán, pero fuera de ella las posibilidades de escucha son menores, reconoce Dj Joe.

Por su parte, “El Cima” y Zamorajohbick producen sus canciones en estudios caseros. La tecnología les permite a todos gestionar sus proyectos, sin depender de las decisiones de otros y darlos a conocer a través de Internet. Y en esta plataforma, a través de las redes sociales, estos jóvenes se comunican en maya y así difunden sus canciones.

Los hiphoperos de Felipe Carrillo Puerto afirman que hacen falta espacios, que aunque a nivel casas de cultura municipales se les brindan lugares para cantar, no hay una infraestructura que les permita mostrar su hip-hop maya a nivel nacional. A pesar de ello, todos coinciden en que se les abren más puertas por hacer hip-hop en maya, que si lo hicieran en español.

En el caso de Felipe Carrillo Puerto, el Sistema de Radio Indigenista Xenka, les ha permitido grabar en su estudio, lo que ha redituado en mejor calidad de sonido, mejor mezcla y en la difusión a través de un espacio radiofónico comunitario. Aunque para estos hiphoperos no sólo es cuestión de espacios, sino de acceso a la tecnología como tal. En su búsqueda de profesionalización tienen que hacer viajes de más de tres horas para adquirir las cosas en Mérida, la capital yucateca, a donde deben ir para conseguir desde una consola, bocinas, un micrófono o programas de computadora, tan necesarios en un mundo en el que tantas cosas se gestionan a través del Internet.

Como muchos hiphoperos, los de la zona maya son autodidactas musicalmente hablando; gracias a la tecnología han descubierto posibilidades y herramientas para mejorar y profesionalizar sus canciones. La música que lo mismo abarca la realidad personal que la difícil realidad social de la zona en la que viven, porque estos músicos defienden su arte como una expresión multifacética, una mezcla de sonidos y géneros, que se mete en la política, en la cultura y, obviamente, en el amor y el desamor.

ESTEREOTIPOS

Patboy, “El Cima”, Dj Joe y Zamorajohbick no pueden evitar vestirse como hiphoperos de cualquier parte del mundo, usar cadenas enormes, gorras de béisbol, jerseys de futbol americano, tenis de marca (comprados en la zona libre de Belice) y jeans caídos y amplios; porque a pesar de las distancias, tienen una fuerte marca de los raperos norteamericanos. Admiran a 50 Cent y Eminem, como ídolos a emular.

A pesar del estereotipo obligado, respetan su cultura, no van en contra de ella. Aunque incorporan pocos elementos tradicionales musicales en su hip-hop, los tienen presentes de manera inevitable, porque han crecido con ellos, como el Mayapax, una categoría musical típica de la zona utilizada en las fiestas en los centros ceremoniales, música que en algunos casos han utilizado y mezclado de manera eficaz en sus ritmos y canciones.

En un municipio de poco más de setenta y cinco mil habitantes, cuya localidad más importante apenas rebasa los veinticinco mil, es fácil descubrir a los hiphoperos, reconocerlos en las calles terregosas de la zona maya, bailando en los portales de la casa de la cultura, haciendo piruetas y buscando la mejor rima en pequeñas batallas en el antiguo quiosco. Este movimiento musical/cultural, de reivindicación maya, cada día atrae a más jóvenes. De acuerdo con las autoridades de la dirección de cultura municipal, de un año a otro, la participación en eventos organizados en el municipio se ha incrementado. Actualmente se cuentan más de veinte grupos de hip-hop, de los cuales entre siete y diez hacen rap en maya. Aunque no haya un interés comercial, los hiphoperos de esta región afirman que hay una vida underground más allá de los sellos discográficos, en la que los artistas defienden su integridad musical “sin venderse”.

Para Patboy, “El Cima”, Dj Joe y Zamorajohbick no hay reglas sociales, saben que no transgreden su cultura, que no utilizan su lengua para denostar o agredir, tienen muy claro que sí es una visión diferente de su mundo, de su historia. Para ellos la lengua maya es la rima, la vida, la posibilidad y dentro de esta posibilidad hay de todo, desde el hip-hop hasta reggae. Todos con una concepción respetuosa de su entorno y de su cultura. Saben que su cultura y su lengua están vivas, porque como ellos, hay otros haciendo hiphop en otras comunidades y estados, incluso en algunos países centroamericanos, y aunque no se conocen, se saben hiphoperos y, lo más importante, se saben mayas.

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