David Bowie, el precursor del streaming
La música de David Bowie fue innovadora, mucho se ha escrito sobre el impacto que esta tuvo en la cultura popular; pero me interesa abordar las diferentes facetas del ídolo del rock para llegar a su relación con el Internet y cómo sentó las bases de los servidores de streaming que hoy conocemos.
Esta conexión surgió de forma paulatina por lo que retomaré cómo el músico, después de saltar de los escenarios al cine, se adaptó y exploró diversos formatos del arte; incluso aprovechó los cambios de diferentes eras para lograr explotar sus ideas y proyectarlas a más personas.
El modista: “Fashion, turn to the left, Fashion, turn to the right”
A cinco años de la muerte de David Bowie, el 10 de enero de 2016, lo que más se resaltaba de su historia es que en cada álbum desarrolló conceptos diferentes, los cuales se apreciaban no solo a través de los géneros musicales que elegía para componer su obra, sino en los personajes que creaba.
Cada alter ego tenía características únicas, y su mejor aliada para hacer notar esas diferencias era la moda, pues en los años sesenta, la imagen de los rockeros se reducía a solo dos matices ya establecidos por dos grandes bandas: los niños buenos (The Beatles), y los rebeldes (Rolling Stones).
En ese mundo, apareció una entidad cósmica, quien impactó por su esbelta figura y su alucinante ojo con midriasis. Fueron sus vestuarios y su maquillaje los que le permitieron romper los esquema de género de esa época y dar paso a lo que hoy conocemos como “androginia”, cuyo estilo adoptarían otros cantantes como Prince, Brian Molko, Pink y artistas más actuales como Lady Gaga.
Este ser extraño se presentó en nuestro planeta como Ziggy Stardust, con la publicación del álbum The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars en 1972. La unión de su música y su extravagante imagen lo convirtieron en un pionero de las presentaciones teatrales, donde Stardust (personaje creado por Bowie) narraba una historia a través de su atuendo y actuación en el escenario.
Según David Bowie, Ziggy Stardust era un extraterrestre con la misión de transmitir paz y la esperanza a la raza humana; utilizaba ropa entallada, con estampados y texturas llamativas que lo hacían lucir irreal. Sin duda este alienígena pasó a la historia como una de las figuras referentes del glam rock.
Un año más tarde, Bowie mataría a Ziggy para dar vida a Aladdin Sane, un personaje inspirado en su medio hermano Terry Burns, quien sufría esquizofrenia y se suicidó a los 47 años al arrojarse a las vías del tren. Aladdin Sane surgió del anagrama “A Lad Insane” (un joven insano) y se quedaría impregnado en la memoria colectiva por llevar un rayo en el rostro.
Bowie tuvo otros personajes como Diamong Dog, The Thin White Duke, Mayo Tom, Tao Jones y Blackstar, pero fueron Ziggy y Aladdin los más recordados por demostrar la capacidad actoral del músico: interpretaba las canciones sobre el escenario como su alter ego en turno se lo exigía.
La atmósfera de sus conciertos era tan delirante que la audiencia olvidaba a la persona frente a ellos. Este talento para encarnar a otros seres, algunos intergalácticos, llevó a Bowie al cine.
El cineasta: “The Man Who Fell to Earth”
David Robert Jones, mejor recordado como David Bowie, actuó en al menos 25 películas, pero la cinta más recordada fue El hombre que cayó a la Tierra, estrenada en 1976 y dirigida por Nicolas Roeg. La trama gira alrededor de un extraterrestre que llega a la Tierra con la intención de buscar agua para su planeta, donde hay sequía.
El primer papel protagónico del músico le quedó como anillo al dedo, porque su apariencia “reptiliana” hizo más sencilla la interpretación del alienígena; aunque fue su apropiación del personaje lo que hizo esta cinta icónica a más de cuarenta años de su estreno.
Bowie entonces no solo interpretó a personajes arriba del escenario, sino que se adaptó a otros formatos como el cine; fue su paso de un arte a otro (de la música y el escenario al cine) el aprendizaje que lo ayudaría a aprovechar los avances tecnológicos y diversas corrientes artísticas para dejar impregnada su esencia, como lo haría más adelante en la era digital del streaming.
El gadget, Omikron: The Nomad Soul
El músico británico se vio seducido también por los videojuegos y prestó su imagen para dar paso a “Omikron: The Nomad Soul”, el debut de la empresa Quantic Dream en 1999. Bowie hizo parte de la banda sonora e involucró aspectos creativos al juego.
¿Por qué retomar estas facetas de Bowie? Porque hablamos de un artista multifacético que plasmó su visión en todas las ramas del arte que le fue posible. Incluso un lado menos conocido, pero no por eso menos importante, fue la pintura, la cual presentó solo una vez en una galería en 1995; la prensa señaló su obra como una mezcla de “lo tradicional con lo actual”.
No es de extrañarse que sea real la historia de que un alienígena cayó a la tierra, el cual vino a salvarnos de la autodestrucción y utilizó todas las expresiones artísticas a su alcance para que sus ideas tuvieran más impacto; y si Bowie logró grandes aportes a la música, los shows en vivo, la moda, el cine y los videojuegos, ¿por qué no hacerlo en la web y plasmarlo por siempre?
El día que David Bowie inventó el streaming: “Ch-ch-ch-ch-changes”
Bowie sospechó que se avecinaba una revolución tras la llegada de Internet, y por ello en 1998, decidió lanzar BowieNet: su propio proveedor de música en línea, incluso antes de que Napster (creado en 1999) y MySpace (creado en 2003) vieran la luz.
En su plataforma estaban disponibles otros conciertos en vivo y pistas descargables (lo que más adelante haría iTunes en 2001); pero a diferencia de las primeras redes sociales concentradas en la música, BowieNet tenía ciertas ventajas que incluso podrían darle batalla a Spotify o Deezer.
En este servicio se podía crear un usuario y compartir canciones con los demás, lo que significaba entrar a una comunidad; no solo había un emisor y receptores de contenido, en BowieNet los perfiles podían interactuar, y si tenían suerte, hablar con Bowie, quien en ocasiones se daba el tiempo de responder a sus seguidores.
The Guardian calificó al proyecto como “tecnológicamente ambicioso” y a la fecha suena a un ensayo de la web 2.0: “un concepto desarrollado en 2004 por Tim O’Really para referirse a las aplicaciones de Internet que se modifican gracias a la participación social”.
Si comparamos su sitio web con el streaming tal como lo conocemos ahora, no dista mucho en cuanto a beneficios para los consumidores, porque no solo ofrece su discografía, sino invita a los usuarios a ser parte de la plataforma y crear composiciones originales. El consumidor se convierte en creador.
Un año después de crear BowieNet, el músico ofreció una famosa entrevista a la BBC donde se refiere a la exploración del Internet como algo “excitante y terrorífico”, además de predecir que la red tendría efectos “inimaginables” para la sociedad y que cambiaría el “contenido” para siempre.
Bowie, siempre un paso adelante, veía en la Internet la respuesta y reciprocidad de los fanáticos a la música creada por los artistas; tal cual como lo haríamos ahora arrobando a nuestro músico o banda favorita para comentar qué nos pareció su última producción.
“Rebel Rebel”
Bowie retaba al orden establecido cada que podía, rechazó una condecoración que le ofreció la Reina Isabel II, argumentando que “nunca tendría la intención de aceptar algo como eso” y que no es para lo que trabajó toda su vida, criticó a la famosa y exitosa cadena televisiva MTV porque no transmitían videos musicales de artistas afroamericanos y protagonizó cientos de escándalos sexuales que en este texto son irrelevantes, pero reafirman que estaba contra lo heteronormativo, y justo ahí radica su importancia, en que fue un ser que nadó contra corriente.
¿Era David Bowie un alienígena? Muchos afirman que el músico visualizó hasta su muerte y que por ello nos dejó un regalo antes de partir. Ya sea predicción o casualidad, el mensaje que dejó en su última producción Blackstar no lo pudimos descifrar hasta el día que cerró los ojos para siempre, pero el legado que nos dejó Bowie fue más grande que su discografía o participación en los proyectos ya mencionados.
Al hablar sobre Internet, resaltó que “la interacción entre el usuario y el proveedor será tan simple que aplastará nuestras ideas sobre los medios”. Consideraba que una obra no está terminada hasta que el público llega a ella y agrega su propia interpretación; quizá por eso el músico buscó siempre ampliar su arte a través de diversos formatos, como lo hizo con su salto de la música a el cine. El resultado de estas experiencias se concretaron en su proyecto en línea.
Con BowieNet surgió un espacio para la gente que no contemplaba las grandes disqueras, una comunidad donde la música era el propósito y lenguaje. La plataforma sentó las bases de lo que hoy llamamos streaming y la manera personalizada de consumir contenido.