Cuando comencé a leer Cualquier Cadáver, de Geney Beltrán Félix, vino a mi mente la reseña que escribió el ahora fallecido David Foster Wallace sobre Hacia el final del tiempo, de John Updike.
Compilado a partir de un “espíritu generacional”, como asegura en el prólogo Diego Trelles Paz (Perú, 1977), también a cargo de la selección, los veintitrés autores latinoamericanos reunidos aquí escriben sin una estética ni ideología compartida, pero sí con el trasfondo histórico que definió el rumbo finisecular del siglo XX y el comienzo deL XXI.