ALGUNOS SUEÑOS SOBRE EL CAPITALISMO
PRIMER SUEÑO SOBRE EL CAPITALISMO
Las preguntas escondidas entre las plumas de una paloma.
Échale maíz.
El cisne degollado.
Su cabeza adorna la esquina de las avenidas Juárez
e Independencia.
Y si todo esto es posible y bello
es el resultado absurdo
del primer sueño que tuve
sobre el capitalismo.
Para los que vienen en búsqueda de teorías
yo solo tengo una manzana en la mano.
EL VALOR DE X
Porque nunca encontramos el valor de X.
Porque la Biblia se cansó de ser una pata que sostiene la cama,
tomó su sombrero de copa y salió otra vez a las calles.
Porque vuelven, siempre vuelven.
El fascismo es un sueño intermitente y un insomnio de pasillos y museos
y una vela prendida por las abuelas y una escuela muy cara.
Porque el alcohol no falta.
Porque ser fruto de tu vientre es ser fruto que se pudre.
Porque nos dejaron la maquinaria y perdimos el instructivo.
Estas máquinas arderán mejor que cualquier fotografía.
Porque las fotografías en los postes de las calles ya no arden.
Porque en mi mano izquierda tengo un aerosol amarillo
y en la derecha a mi perro como un triste vellocino callejero.
Porque la punta del lápiz se rompió sobre la hoja de cuadrícula.
Porque amaneció y una cabeza de cerdo adornaba el horizonte.
—¿No es hermosa esta resignación ante la furia?
—No.
Porque la retórica es como la parte azul del borrador que lo deshace todo.
Porque en repetirse está el perderse y, solo a veces, el encontrarse.
Dos gatos miran un pollo rostizado, dos personas miran sin miedo el sol.
La parábola de esta piedra romperá el cristal de la rosticería.
Habrá fuego, como antes. Predicadores ardiendo,
máquinas y tanques como sarcófagos inútiles,
infancias que lloran en el rincón mientras abrazan una mochila negra,
un muchacho desnudo frente al pizarrón
que no ha podido encontrar el valor de X.
UNA LEY ES UNA LEY NO ES UNA ROSA
Romper las leyes como no debe romperse
la pasta para verterla en una olla muy pequeña.
Romper una ley amparado en otra ley
es no romper nada.
Romper los pantalones para venderlos rotos
no se compara al hecho
de que con el tiempo se vayan
rompiendo por el viaje
y por sí mismos.
Un agujero en el calcetín es ya un avance.