Tierra Adentro
Fotografía de Héctor Río.

Era 1999. Yo cursaba el último mes del tercer grado de secundaria. A mi escuela entraron unos jóvenes con camisetas negras, blancas y rojas. Pasaron a cada salón de clases para informarnos sobre el movimiento estudiantil en la UNAM. Todos permanecimos en silencia durante la plática. Al final del día, como era costumbre de todos los estudiantes de allí, nos reunimos en “La Glorieta”; me sorprendió que los jóvenes del movimiento aún permanecieran en los alrededores de la escuela entregando volantes, pidiendo cooperación monetaria para así poder llevar a cabo más volantes; también informaban a todo el que se cruzara enfrente. Los miré detenidamente hasta que uno de ellos se acercó a mí y con una sonrisa me entregó un volante y una fotocopia con esto:

 

Confianzas

Se sienta a la mesa y escribe «con este poema no tomarás el poder» dice «ni con miles de versos harás la revolución» dice

y más: esos versos no han de servirles para que peones maestros hacheros vivan mejor coman mejor o él mismo viva mejor ni para enamorar a una le servirán

no ganará plata con ellos no tendrá cine gratis con ellos no le darán ropa por ellos no conseguirá tabaco o vino por ellos

ni papagayos ni bufandas ni barcos ni toros ni paraguas conseguirá por ellos si por ellos fuera la lluvia no mojará no alcanzará perdón o gracia por ellos

«con este poema no tomarás el poder» dice «con estos versos no harás la revolución» dice se sienta a la mesa y escribe

 

En aquella época leía la poesía que el enjuto maestro de Español nos dejaba de tarea, Sor Juana, Amado Nervo, Octavio Paz. Fue la primera vez que alguien me regaló un poema y me pidió que leyera en voz alta. De regreso a casa repasé muchas veces esos versos; hasta esa fecha no había leído nada así. Gelman me hizo compañía en mis primeros años de Prepa, cuando decidí estudiar literatura como carrera universitaria, cuando dejé la casa de mis padres a los 21 años; cuando me alejé de la universidad para ser poeta, para no buscar plata, para no conquistar nada en la vida de nadie; para escribir de él, quien sin saber, me enseñó a descubrir que existen esos  que escriben versos contundentes y hermosos, y se convierten en tus confidentes, en amigos para toda la vida.

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Juan Gelman nació en la ciudad de Buenos Aires, el 3 de mayo de 1930. Fue poeta, periodista y traductor. Debido a su actividad política y periodísticas vivió en el exilio entre 1975 y 1988. Durante los años fuera de Argentina padeció en carne propia el dolor de la desaparición de su hijo y nuera, víctimas de la cruenta dictadura militar. Entre sus obras más destacadas están Velorio del soloGotánEl juego en que andamos, Serfíni o Cólera Buey, así como Los poemas de Sydney West, Traducciones, Fábulas, Relaciones, Hechos y relaciones o Si tan dulce; País que fue ser, entre otros. A lo largo de su vida recibió numerosos galardones, como el Premio Nacional de Poesía en 1997 y el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 2005;  el Premio Cervantes en 2007,  y dos años después la Asociación de Poetas Chinos le otorgó el Premio Antílope Tibetano. Vivió durante muchos años en la ciudad de México, donde finalmente falleció hoy martes 14 de enero de 2014. El mundo por ahora está en silencio, detenido, solo, ausente. Adiós, che. Adiós, querido amigo.


Autores
(ciudad de México, 1984). Poeta, narradora y editora. Ha publicado en diversas revistas literarias como Casa del TiempoDédaloSíncopeEste PaísPalestraMaldoror (Uruguay); la revista digital Valderrama y el suplemento cultural Guardagujas, de la Jornada Aguascalientes. Su primera obra poética Cosas que nunca dije antes de que estallaran las bombas fue publicada en 2012 por el sello editorial catalán Foc. Fue becaria en el área de narrativa por la Fundación para las Letras Mexicanas (2009-2010).