Tierra Adentro
Fotografía por Pixabay.

22.

Sigo dándole vueltas a la eliminación de México a manos de Holanda. Lejos del #Noerapenal, no dejo de pensar en que la selección mexicana acarició la meta del quinto partido. Y duele. A los futbolistas y al Piojo les faltó entereza, pero a la afición no: nos faltó humildad. La base de la selección mexicana parece muy cercana a lo que veremos en cuatro años, salvo sorpresas (como siempre) mayores. Que esta lección sirva.

 

23.

Uno de los partidos que más me interesaban de los cuartos de final era el de Alemania y Francia porque representaba un duelo atractivo entre equipos sólidos en la defensa y con un buen ataque (aunque nunca he visto a Benzema, ese monstruo francés, como el goleador que debería ser por sus condiciones físicas). La solidez de los franceses se perdió ante el gran equipo alemán. No había mucho, por desgracia, que los franceses pudieran hacer. Otro partido que pasó de noche en los cuartos fue el de Argentina contra Bélgica, que se solucionó gracias a un gol en los primeros diez minutos del encuentro. La mala noticia fue que Ángel Di María, de gran temporada en el Real Madrid y medular para que el equipo blanco consiguiera su décima estrella continental, se lesionó y no pudo continuar.

 

24.

El quinto partido fue un adiós a los equipos latinoamericanos, los patitos feos que se convirtieron en cisnes durante el mundial: Costa Rica y Colombia. Los colombianos sufrieron gracias a que el equipo brasileño no juega bonito. Esta selección brasileña no es la de Neymar, sino la de sus extraordinarios defensas. David Luiz y Thiago Silva hacen una pareja de centrales terrorífica, lo que hace que sus laterales se agreguen al ataque de mejor manera. Dani Alves y Marcelo, acompañando a los ya mencionados, le dieron vida a un equipo brasileño que olvidó el toque que los ha distinguido como futbolistas (al respecto, por cierto, escribe Leonardo Waldman en Cuadrivio). James Rodríguez fue el blanco de muchas de las faltas, pero ninguna fue tan brutal como la que dejó a Neymar fuera de los próximos partidos. Al final del juego, la selección colombiana se despidió de la copa del mundo, pero Brasil había perdido a Neymar y a Thiago Silva, dos fallas muy sensibles para el juego contra Alemania.

 

25.

Vi el partido de Costa Rica y Holanda con cierto recelo. Por un lado, Holanda eliminó a México; por el otro, los ticos alcanzaron el quinto partido antes que el tri. Por donde se viera, era un partido triste que ni siquiera televisaron en la señal abierta. También fue un juego ríspido en el que los holandeses pusieron todo su ataque para derribar a la muralla costarricense que no jugaba con los pies, sino con el corazón (¿cuántos goles no se anotaron gracias a las intervenciones milagrosas de los defensas, el portero y el travesaño?). La historia, sin embargo, gana. Y si los equipos “chicos” jugaron con todo en la fase de grupos y quisieron derrotar a los grandes, las rondas de eliminación directa fueron una vuelta a la norma: la tranquilidad después del temblor. Louis van Gaal aguantó el movimiento en el campo por ciento veinte minutos, pero al 119’ hizo un cambio rarísimo que me impactó porque quitaba al portero titular para que entrara el segundo portero en la ronda decisiva de penaltis. Los mundiales se hacen de estos momentos.

 

26.

Tim Krul es el portero suplente de Holanda, actual guardameta del Newcastle (equipo de media tabla en Inglaterra, cuyo gran mérito contemporáneo es ser el equipo en que juega Santiago Muñez, jugador mexicano de la película Goal!). Krul, lo comprobé después, no es un especialista. Pero sí es más grande. Y van Gaal es lo más cercano a un genio técnico del futbol. Faroleó y ganó a una Costa Rica que no pudo en derrotar al trol que fue Krul. Como la mano de Suárez o el cabezazo de Zidane, Krul permanecerá en los anales del futbol como el as bajo la manga de van Gaal. Pero no se pueden repetir esas hazañas dos veces seguidas: Holanda perdió, también en penales y sin Krul en portería, contra Argentina.

 

27.

Antes de que se definiera que Argentina iba a ser finalista, Brasil perdió 7-1 ante la selección alemana. Esto fue una sorpresa, pero el resultado que importa (la victoria teutona) ya se veía venir. En Sudáfrica 2010, los alemanes se quedaron en la semifinal pero con una gran esperanza porque el equipo era, en su mayoría, joven y virtuoso. Lo sorprendente fue la fragilidad de Brasil. Jugar sin Thiago Silva, el capitán, fue una herida grave para la línea defensiva. Y Dante, con todo y su experiencia en el futbol alemán, no pudo parar los embates alemanes que anotaron tres goles en menos de cinco minutos. Brasil se fue al descanso después de cuarenta y cinco minutos en los que ya perdía por cinco goles. Nunca regresó.

 

28.

La final que esperaba era un Brasil-Argentina sólo por el ambiente sudamericano, por el placer de ver a las dos fuerzas históricas del futbol americano en el escenario mundial. No se dio porque Brasil olvidó que era Brasil. Pero fue aún mejor: los alemanes reclaman el trono como la mejor selección contemporánea (muy por encima, a mi parecer, de España en el 2010). El juego de la selección alemana es agresivo, divertido y balanceado. Aplica el tiki-taka español de manera mucho más vertical sin dejar de lanzar balones a los delanteros. Y no es para menos, tener en un mismo equipo a Müller, Kkedira, Özil, Lahm, Neuer, Kroos, Schweinsteiger, Klose y Götze debe ser una tranquilidad para todos los fanáticos que creen en los dream team nacionales. Alemania aplastó a Brasil y a Portugal, aunque le costó ganar a Argelia, Estados Unidos y Argentina. Argentina apostó a la velocidad y a la genialidad de sus jugadores (menos geniales por la ausencia sensible de Di María). Alemania apostó a hacer goles y a mostrarse sólidos en defensa. Resolvieron ocho minutos antes de los penales gracias a un gol de Götze, joven prodigio.

 

29.

No es la primera vez que Argentina y Alemania se enfrentan en una final. En 1986, México, los argentinos ganaron con un equipo que tenía a Maradona en sus filas. Después, en 1990, le tocó a Alemania. Ningún equipo había vuelto a ganar la copa del mundo desde entonces. Quizá por eso la presión fue mucha para la selección argentina: Maradona se encumbró en México 86, el mundial del barrilete cósmico. Ya en Brasil 2014, Argentina no tenía a Maradona; pero sí a Messi. ¿Qué fue de Messi? Un jugador con sus estadísticas y condiciones no debe darse por sentado, ni hay que minimizar todos sus logros en equipo o individuales (el Barcelona, aunque no fue campeón en ninguna competición que jugó el año pasado, quedó en los primeros lugares). Pero Messi, con todo lo eficiente que es, no ha podido consolidar su carrera en la selección albiceleste. La relación entre el jugador y la selección argentina se puede representar con la última jugada, la única oportunidad argentina, del partido que coronó a Alemania: una falta a buena distancia del arco le daba a Messi la posibilidad de pegar al balón y hacer un gol de tiro libre. No sucedió así. Messi mandó el balón a las gradas y lo recompensaron con el premio a mejor jugador del torneo. ¿Por qué? Misterio.

 

30.

El fin del mundial fue apropiado. Lo que empezó con partidos con giros de tuerca inesperados, terminó en una trilogía digna del blockbuster de verano. Ganaron los alemanes y ganó el futbol. Lo agradezco como aficionado y espero con ansias Rusia 2018. Si tomamos como medida lo visto en este mundial, España, Brasil y Argentina querrán superarse por mucho. Queda también la espina mexicana de querer llegar al quinto partido y de seguir jugando mejor. Rusia quizá no tenga la exuberancia brasileña, pero no hace falta. El futbol, por noventa minutos, existe sólo en la cancha.

 

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