Uno de los casos paradigmáticos del desarrollo independiente nacional en el territorio de África es Etiopía, que, junto con Liberia —fundada por esclavos repatriados de Estados Unidos y con el apoyo de esta nación—, mantuvo la soberanía y fue inmune al ominoso mandato colonial ejercido por Reino Unido y Francia, principalmente, en el continente durante el siglo XIX y hasta la segunda mitad del siglo XX.