Para lectores contemporáneos, quienes pueden analizar los años cincuenta desde un momento de la historia, en el que ya es socialmente aceptado discutir temas como los roles de género o la salud mental, quizá sea difícil dimensionar lo subversiva que fue la escritura de Sylvia Plath.
Parece imposible, las señales siempre están presentes, tan minúsculas para contemplarse y, sin embargo, dan cuenta de la forma en la que terminaremos este camino.