Estamos ante otro cierre de año, afuera, el panorama parece como si los saberes y la reconfiguración de la vida social que formuló la pandemia fueran sostenidos únicamente por la variedad de cubrebocas, las formas híbridas a las que la transmisión de conocimientos en el área académica ha tenido que volcarse y el constante crecimiento de índices que marcan las diversas formas en que la desigualdad opera en todas aquellas formas de vida, cuerpas y corporalidades que indican su disidencia al estar fuera del campo de visión del orden heteropatriarcal.