IZeus mide con su relámpago de metal mis huesos pélvicos: caderas estrechas, dicey su diagnóstico frena el impulso de un rayo en la cabeza de mi hijosiento el fragor detenerse en el hueco final y el hueso es un trueno petrificadolas estrías violáceas de mi vientre anuncian que se aproxima una tormentano hay lluvia que descienda entre mis piernasZeus ha dicho —imponiéndose con su luz plateada— que no he de alumbrar a este dios porque soy incapaz de permitirle la salida.